Fray Josefo (Jiménez Losantos) me aclara un poco el ángulo por el que mirar y juzgar el discurso.
@FrayJosepho: O sea, de la corrupción en su Casa, chitón. Y de lo del separatismo, que es un problema de "actualización de los acuerdos de convivencia".
Efectivamente, esa frase fue la única que conseguí destacar de entre los vapores etílicos que me estaban abduciendo, debido a unas copas de champán con las que me disponía a disfrutar del espectáculo. Repitamos la frase.
"Hay voces en nuestra sociedad que piden una actualización de los acuerdos de convivencia".@FrayJosepho: El Rey, anoche, sobre el separatismo:
O el rey quiere el divorcio, cosa que no es descartable, o el rey sigue pensando que "hablando se entiende la gente". Pongamos las dos frases seguidas, como si no hubieran transcurrido años entre ellas.
"Hay voces en nuestra sociedad que piden una actualización de los acuerdos de convivencia. Hablando se entiende la gente".
Eh, eh, ¿van pillando por donde voy? El rey, que ya no se molesta en maquillarse, es un señor viejo, cansado, y dispuesto a que le dejen en su trono al precio que sea, precio que han de pagar todos los españoles, por supuesto. Eso también lo ha pillado Fray Josefo:
@FrayJosepho: Parece evidente que el Rey de España quiere seguir siendo el Rey de lo que venga después.
Esto le viene como anillo al dedo a lo que dijo al final del discurso:
Pero sin duda lo más llamativo del mensaje fueron los últimos parrafos, en los que expresó su «determinación» de continuar su «mandato» como jefe del Estado con el «fiel desempeño» de «las competencias» que le atribuye la Constitución, cerrando así toda especulación sobre su abdicación. Don Juan Carlos recalcó: «Asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad», unas palabras que suponen un compromiso personal por el que se le va a medir de ahora en adelante. (Editorial del Mundo).
No hay duda de que el Rey es perfectamente consciente del deterioro de la imagen de la Monarquía y pretende con esa aseveración tan contundente salir al encuentro del problema. Eso es positivo, pero seguro que muchos españoles recordaron anoche que hace dos años aseguró que «la ley es igual para todos» en relación al caso Urdangarin y luego se ha demostrado que no es así.
Aquí ya vamos perfilando un cuadro bastante preciso de lo que había detrás del mensaje navideño. El rey no quiere irse, pero tampoco quiere hacer el más mínimo esfuerzo para conservar la unidad de España, su único deber. Está maniatado, el mismo se ha maniatado, al dar la defensa de su hija a un separatista catalán, el señor Roca, algo que sólo podía pasar en este país desenfrenado y sin medida. ¿A quién se le ocurre? Y el rey ayer dejó claras sus intenciones sobre el problema Noos: su hija y su yerno cenaron con él en paz y ataraxia navideñas, y supongo que todos con un profundo sentimiento de gratitud hacia los españoles que invocaba SM en su discurso, a que fueran ejemplares.
En este contexto, el Monarca apeló a «una regeneración que no es competencia exclusiva de los responsables políticos» sino de toda la sociedad española. También era la primera vez en sus discursos navideños que empleaba el término «regeneración».
Al menos Franco no tenía esa caradura.
Un discurso desgastado antes de ser leído. Un "Dejà vu" en sus apelaciones a la regeneración, sólo que ahora todos somos responsables. De sus pasos por quirófano por su caída agitada entre elefantes y señoritas de compañía, de eso nada, porque ya pidió perdón... Y se lo concedimos. Nada de nada sobre el tufillo de Urganda, que es de nuevo invitado a entrar en la Zarzuela, seguro que tendrían mucho de que hablar.Una cosa para partirse el culo a reír y no parar.
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