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Libertad Digital |
En Barcelona un sicario del PP intentó desplazar a empujones a Vidal Cuadras, para sacarle de la cabecera. Alicia Sánchez Camacho se mostró muy irritada al ver que Vidal Cuadras (de su propio partido), fue inviado por Albert Rivera a ponerse a su lado, en cabeza. Quizás quizas, fuera ella misma la que mandó sacarlo a empujones de su sitio: le salió el tiro por la culata. Esa es la mezquina visión de los líderes nacionales: que los disidentes no salgan en la foto. Acabarán manipulando las fotos como la hacían los líderes comunistas en sus años dorados, cuando uno de ellos caía en desgracia y era "baneado" (físicamente también). En todo caso, ¡a empujones, y delante de todo el mundo, no, por favor! Al menos un poco de estética.
Mientras, la fría celebración del 35 aniversario de la constitución en las Cortes, más de los dos tercios de de los presidentes autonómicos ausentes. Tendrían cosas más importantes que hacer. Me gustaría oír las excusas ofrecidas, sobre todo los no nacionalistas, que son los peores. Los asistentes de medio pelo se ríen mucho, satisfechos de sus corralitos, los personales y los públicos. Porque eso es su interés, en ese orden: sus corralitos, "que hay de lo mío", seguro que tema de conversación en cuchicheo por los pasillos. Los periodistas pastueños se hacen pis de gusto entre tanta cara y escote de relumbrón.
Todo está en suspenso. España tiene su futuro en suspenso. Suspendido de estas garrapatas (Sic) que la manejan todo desde sus partidos. A lo mejor hay una persona oculta, desconocida, que es el futuro, el líder capaz de sacarnos de esta podredumbre. A lo mejor. Pero lo normal es que acabe como Vidal Cuadras, y tantos otros, arrinconado. No hay peor cuña que la de la misma madera.
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