"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 24 de abril de 2014

Los dos extremos de la cuerda financiera

La actividad financiera es un complejo sistema de transformación del dinero en préstamos rentables. Los demandantes finales de estos préstamos son los inversores de activos reales. Están en el extremo final de una cuerda, que se estira cuando las expectativas de ganancia de la inversión aumentan. En el otro extremo está el Banco Central, que establece el tipo interbancario al que los bancos se prestan liquidez en el interbancario. Cuando las expectativas de crecimiento repuntan, aumenta la demanda de fondos prestables y suben los tipos de interés del extremo final de la cuerda, que se tensa. Cuando reina la incertidumbre y la gente está cargada de deudas, la cuerda está arrugada y aplanada: no hay demanda de crédito.

Los que como aquí, S. McCoy, dicen que los bancos centrales son los culpables de mantener muy baja la rentabilidad financiera, no piensan rectamente.

"Pero no es menos cierto que buena parte de lo que está sucediendo en el ámbito de las finanzas, en términos de sobredimensionamiento e influencia, responde a que la acción de los bancos centrales ha pasado de ser circunstancial a convertirse en estructural, distorsionando la formación de los precios, obligando a los agentes privados a buscar imaginativamente retornos razonables, facilitando el retorno de la financiación a coste irrisorio, generando la direccionalidad necesaria para que el HFT se infle y los modelos históricos vuelvan a estar construidos sobre pies de plomo."

Aparte de confundir el culo con las témporas y los tipos del pasivo con el "HFT" (de momento no hagan caso a este latinajo), Los BC deciden los tipos de interés del pasivo bancario, no del activo. Esto lo decide la Demanda (de crédito de los particulares) y la Oferta del crédito del banco.

¿Quė pasaría si los BC aumentaran su tipo interbancario hasta donde el señor McCoy lo considerara adecuado? Caeteris paribus, los tipos del activo subirían más, y probablemente más que proporcionalmente, puesto que la incertidumbre aumentaría.

Pero es que no saben distinguir entre tipos de activo y de pasivo, demanda y oferta de fondos prestables, ambas destrozadas por la resaca de la crisis.

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿por qué baja el crédito, porque la demanda es débil o porque no hay oferta por parte de los bancos? Las condiciones que ponen los bancos para prestar (menos a las AAPP) son leoninas en tipos de interés reales y colateral, y la sola posibilidad de que el BCE vaya a subir los tipos colapsaría aún más el crédito bancario. Unos dicen que "no hay colateral sano" tras el estallido de la crisis, y otros que los bancos están tocados, con montones de activos sobrevalorados, y mientras no digieran ese paquete de hormigón, no normalizarán su actividad crediticia. Ni la demanda ni la oferta son elásticas al tipo de interés.

Los bancos centrales mantienen bajos los tipos de interés porque hay una trampa de liquidez: la gente, ante la incertidumbre, prefiere la liquidez a la rentabilidad con riesgo. La prueba definitiva de que hay una trampa de liquidez es la incesante caída de la inflación pese a los bajísimos tipos de interés del pasivo. Si los BC subieran los tipos del pasivo, Adiós Madrid. Si los McCoy de turno desean ver ampliarse la curva de rendimientos y que haya más terreno para la especulación y el arbitraje, no tienen más que esperar a que la inversión real se relance. Entonces la demanda de crédito emergerá y los tipos del activo subirán. Y a continuación, cuando eso sea sostenible durante el tiempo suficiente para que de nuevo amenace la inflación, los BC también subirán sus tipos, pero no antes. El BCE está empeñado en ampliar su lucha contra la deflación, y se le critica no porque lo hace, sino porque se muestra dubitativo sobre como emprender acciones. Sería suicida subir los tipos ahora, un verdadero contradiós. Al revés, si hace algo, será adquisiciones de activos a largo plazo que bajarán los tipos a largo plazo. Con gran pesar de McCoy, supongo.

Si el margen entre tipos de pasivo y del activo no son normales, es porque estamos en deflación, las expectativas de ganancias empresariales están hundidas, y mientras esta parte final de la cuerda del crédito no se estire, nada será normal. Pero no es el otro extremo de la cuerda, el BC, el culpable de esta anormalidad. Al revés, está haciendo lo posible por levantar la demanda de crédito del otro extremo.

El problema es pues, tensar el extremo final de la cuerda. Es decir, incentivar la inversión productiva. Según los monetaristas, esto vendrá por sí sólo con la política monetaria. Según los keynesianos, eso no basta, porque es "empujar el primer extremo de la cuerda", como demuestra el estancamiento desde hace siete años: hay que "ayudar al dinero a llegar al mercado", y eso lo hace el gobierno dirigiendo el gasto público a donde más puede ayudar a restaurar la inversión y el empleo y la confianza de los inversores. Es decir, "tirando del último estremo de la cuerda". En una crisis como ésta el gobierno tiene un amplio campo de actuación para reparar las vías de agua: el rescate de la banca, por ejemplo, que aquí se ha hecho a medias. Claro que los Mccoy de turno se rasgan las vestiduras ante tales herejías, pero, como dice Shiller, cuando las cosas no se arreglan por sí solas se emponzoñan, y la sociedad entra en una crisis moral mucho más grave que la económica.

Los gobierno ha de actuar y deprisa cuando las acciones de los particulares llevan a empeorar las cosas. Si los acreedores se empeñan en cobrar sus deudas, y los deudores no pueden pues sus rentas y sus activos han caído, es difícil imaginar una acción espontánea suficientemente generalizada para renegociar esas deudas. Esas acciones son bienvenidas, pero nunca serán suficientes, pues además afectarán negativamente a terceros y no cerrarán la incertidumbre. Como dijimos el otro día, el gobierno debe sortear la rigideces de los mercados para ayudar a que los contratos financieros se cumplan. Actuando mediante la ilusión monetaria: sosteniendo una tasa de inflación positiva, relanzando la demanda cuanto antes, y permitiendo que el tipos de cambio se devalue para ayudar al ajuste externo.

2 comentarios:

Pablo Bastida dijo...

¿Te acuerdas del "idiot in Brussels"? Está muy bien, gracias.
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/eu/10782767/Rebellion-is-brewing-against-the-politicalelite-that-has-ruined-Europe.html

www.MiguelNavascues.com dijo...

Jajaja, no lo,había leído. Está muy bien. El "idiota de Bruselas" representa muy e bien a los idiotas en España, pese a ser separatista. O quizás por eso mismo.