"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 5 de julio de 2014

La peor de las democracias posibles, exceptuando las demás

Sobre la propuesta de Pablo Iglesias, de que habría que controlar a la prensa para liberarla de "millonarios y políticos", Enric González tiene una respuesta contundente y me temo que cierta: sí, la prensa es canallesca, pero si no es por esa prensa domada y sometida a los ricachos y a la casta, no sabríamos nada del caso Noos, por ejemplo. O del ya olvidado caso Faisán, del que Rubalcaba se ha librado airosamente, sin mayores raspones ni heridas, gracias a la desmemoria y falta de educación de la ciudadanía. Pero el caso faisán fue una caso de alta traición, nada baladí o un error perdonable. Sin embargo el responsable es ahora un gran estadista. Esa es la tesis de Enric González:
"Tenemos una prensa mediocre, muy cercana a las ubres del poder porque solo mamando de esa leche venenosa cuenta con alguna garantía de sobrevivir hasta la semana próxima. Ahora bien, esa prensa no es inútil: gracias a ella, o mejor a una parte de ella, sabemos de Bárcenas y del dinero negro en el PP; de los fraudes de Urdangarin y su esposa; de una corrupción que pudre el edificio institucional. ¿Y qué? ¿Pasa algo? Poca cosa. El 15-M y su derivación política, Podemos, son fruto de la información ofrecida por los medios, algunos medios. Más allá, el PP sigue siendo el principal partido, nadie dimite, nadie asume ninguna responsabilidad en esta situación deplorable.
¿Culpa de los medios? No, culpa del ciudadano. Quizá por resignación, porque pensamos que no hay alternativas, o quizá por miedo a los cambios, el ciudadano español, en su mayoría, calla y asiente. Dispone de la información pero no de la capacidad de reacción. Sin una sociedad viva y mínimamente esperanzada, la información constituye solamente un accesorio, un testigo incómodo al que nadie defiende y que el poder ignora o aplasta. No hace falta regulación sobre la prensa. Hacen falta ciudadanos críticos y valientes."
Es decir, que la prensa canallesca y vendida al dinero podrido está más cerca de la verdad que el ciudadano, que no se entera porque no quiere. Ahora mismo me imagino a la mitad de las marujas deseando que sea desimputada la Infanta I-14, pobrecilla.
La verdad no la hace la democracia, que por cierto, si no es un régimen de defensa de los derechos individuales frente a los poderosos, no es democracia. Y desde luego que sería para echarse a temblar un gobierno de Pablo Iglesias "controlando" los medios. Es posible que acabara con la telebasura, y Belén Esteban (princesa del pueblo, esa vida ejemplar para la juventud, que cada dos por tres tiene que desintoxcarse), pero también dejaríamos de saber los que queremos saber qué pasa tras las bambalinas.

Así que mejor nos acostumbremos a la imperfección humana, a compartir el mal gusto de unos siempre que la verdad sea alcanzable, la verdad de Pablo iglesias, por ejemplo, que si alguien quiere saberla esta publicada con datos y fechas: ha sido (o es) filo etarra, amigo y asesor del gobierno de Venezuela, un ejemplo de democracia según dicen sus adeptos, y semilla del proyecto social de Podemos para España. En esos momentos es cuando me siento confortable en Europa.

Bueno, he de rectificar un poco: no sólo se trata de (falta) de educación. Yo me he movido durante 30 años en medios de alto nivel cultural y científico, y nunca dejó de pasmarme la capacidad de muchos para no ver la evidencia política - o económica - porque así lo mandaba su jefe, para cuya eficacia se había implantado antes el tercer grado de obediencia de san Ignacio de Loyola. Es más, he vivido en medio a de doble moral, una para el ámbito oficial y otra para cuando se están tomando unas cañas y las cosas se ven achispadas.

Me pregunto: ¿sabremos algún día quienes son los dueños de los millones que tiene Bárcenas en Suiza? ¿Sabremos algún día los detalles del caso, ya obliterado, de las ventas ficticia de tierras inexistente por parte de DNI 14? No: antes bien sabremos de qué colores son las bragas de la Esteban, aunque realmente casi nadie (siempre hay un casi) las quiere ver: ¡Dios, aparta de mí ese cáliz!

La democracia española no es mejor porque la ciudadanía no da más de sí. Por eso soy un poco escéptico de los que han hecho y rehecho una lista de reformas electorales, constitucionales, etc, pensando que tiene en su caletre la solución final. Tenemos la peor de las democracias posibles, exceptuando todas las demás.

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