Cuando Rajoy celebraba un festín con los suyos ( en honor de los llamados "Pactos de Santiago"), usando la vajilla traída secretamente de un banco de Suiza, quedóse aterrorizado al ver una mano que escribía en la pared: Mene, Mene, Terkel, Uphasin, tan ininteligible para él y su cohorte, como claras para sus aplastados súbditos:
Mene Mene (Mariano), te veo (Tekel), nada escapa a mi vista (Uphasin). Soraya (derecha de la foto) derrama el vino que le iba a servir a su amo, mientras Cospedal (fondo izquierda) no puede ocultar su pánico. Arias Cañete (debajo de Cospedal) no da crédito, él, que esperaba ser Comisario de Babilonia, la de Europa. Fue el principio del fin.
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