"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 30 de septiembre de 2014

El mejor ministro de economía de la democracia

Nunca conocí personalmente a miguel Boyer. Entré en el Banco de España cuando él todavía ocupaba un puesto de "asesor" liberado, que no debía oculparle mucho tiempo. Luego se fue a ser ministro en el primer gobierno de Felipe González. Creo que lo hizo bien. Lo primero que hizo fue devaluar la peseta, decisión que explicó el TVE con gráficos que habíamos elaborado en el Servico de Estudios.

Esa y otras decisiones eran una prueba de que, detrás de su infinita soberbia, había una inteligencia, y no sólo económica. No he viso a nadie con esa capacidad de mirar por encima del hombro de los demás, a pesar de no ser de gran talla. Tenía una gran curiosidad intelectual que le llevaba a leer de todo. Cuando estaba en la facultad llegó a mis manos un cuaderno suyo de apuntes de sus clases: dis garabatos dejaban claro que sabía economía.

Con soberbia o son ella, fue una pena que no se quedara más tiempo en el gobierno -pese a la nacionalización de Rumasa, que no fue idea suya. En todo caso, con ese gobierno se empezó a crecer y salir del estancamiento, pero Boyer se marchó, y poco a poco el PSOE empezó a dejarse dominar por los sindicatos, anuló la excelente reforma de Boyer de los alquileres (desaparecieron los carteles de las casas de "se alquila piso"), y al final de la legislatura se había alcanzado una deuda del 72% del PIB. Se habían creado un millón de puestos de trabajo, de los que 600 mil eran funcionarios, pero con la crisis del 92 del SME (antecedente del euro), el paro subió en 1993 al 23%.

No sé si Boyer podría haberse enfrentado a las fuerzas más anti económicas, pero Carlos Solchaga no pudo, pese a sus discusiones a cara de perro con Nicolás Redondo padre. Posiblemente Boyer hubiera acabado dimitiendo en algún momento. Mientras contó con la confianza de Felipe González, fue un gran ministro de economía, el mejor de la democracia, pese a su fugacidad.

Creo recordar que se opuso a la idea del euro (algo que seguro nadie de los que le están haciendo un obituario recordará me temo) un detalle más de sus conocimientos económicos. No lo hizo desde luego en plan combativo, sino como todo lo que hacía, con un toque de profesor alejado de las peleas barriobajeras en las que se metían otros. Con ese distanciamiento fue ministro y lo hizo bien. Luego desde su vida privada lo siguió ejerciendo, por los que es de suponer que era natural en él.

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