"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 16 de diciembre de 2014

Expectativas encadenadas

La caído del precio del petróleo se ha convertido velozmente de buena a regular, y de regular a alarmante. Iba a ser buenísimo para abaratar el consumo y el coste de producción, pero se nos habían olvidado las posiciones financieras de unos y otros.

Para empezar, un gigante como Rusia se desfonda como un soufflé. Podrá haber insensatos que se alegran de este bofetón a Putin, pero en la caída de Rusia y del rublo hay muchos intereses encadenados. La prueba es el contagio al mundo entero de las penalidades de Rusia. Y no sólo Rusia: países productores ya muy escorados, como Venezuela, Ecuador (los paraísos de Pablo Iglesias), se acercan aún más a la quiebra. N general, todos los países que predicen en el margen de la eficiencia.

(Tim Duy tiene una excelente explicación de la caída de Rusia. Que, por cierto, empieza con las sanciones de EEUU y Europa...).

Total, lo que vemos es que las bolsas mundiales caen a la par que cae el precio del barril:

En un movimiento de pánico, el rendimiento de los bonos EEUU caen, también a la par con la caída del barril.ero no los de los países periféricos, que repuntan su diferencial con los grandes.

 

Si la noticia fuera buena, tendríamos que ver subidas en las bolsas (aumento de los beneficios esperados de las compañías no petrolíferas) , caídas de los bonos (aumento de sus rendimientos), y mejora de las expectativas mundiales. Que es, como dice John Authers, lo que sucede normalmemte cuando el petróleo baja:

That is why falling oil prices have been accompanied usually by rallying stock prices, particularly in the US, where most Americans are still wedded to the automobile. This week, however, investors’ attitude has pivoted. Oil prices are still falling, but now that is viewed as a Bad Thing.

The critical moves are in bond markets. In the US, 10-year treasury yields have dropped well below 2.2 per cent once more, and below the level at which they closed on October 15 — the “flash crash” day in the bond market when yields suddenly dropped below 2 per cent, triggering consternation.

In the eurozone, German five-year inflation break-evens — the inflation forecast that can be taken from subtracting the yield on fixed income bonds from the yield on inflation-linked bonds — dropped below zero this week. Traders expect deflation in the eurozone for the next five years. In the US, inflation break-evens for the next 10 years have dropped to 1.62 per cent, their lowest since the autumn of 2010 — when falling break-evens prompted the Federal Reserve to launch the “QE2” round of bond purchases.

This demonstrates unambiguous alarm that the world economy — even after the stimulus from a 50 per cent oil price cut — is slumping.

China is the source of the alarm. Until now, a falling oil price has been regarded as a function of strong supply. US shale production is rising while Opec’s refusal last month to limit supply pushed crude prices down dramatically. Plentiful supply is a Good Thing for anyone who does not make their living selling oil.

Pero, ¡qué desasosiego, sucede todo lo contrario! lo primero que se ajusta es lo financiero, que ha visto que las empresas petrolíferas están enjugando pérdidas y buscando dinero como locas, lo que ha impactado en la banca que había apostado por y prestado a dichas compañías.

Este movimiento era de esperar, pero en una situación normal, sería un pequeño terremoto hasta que el dinero que se va del petróleo fluyera hacia los sectores beneficiados. Más, con las facilidades de liquidez que parece haber hoy en día... Sí, parece. Pero es unas sensación falsa. En Europa, como anunció el jueves pasado Draghi, el crédito todavía cae (y más en España). Sí, lo tipos de interés del pasivo bancario dan la sensación de grandes facilidades, pero es una sensación falsa. Los bancos no están del todo sanos, y en cuanto una parte de su activo (créditos al petróleo) se tambalea, sus acciones se tambalean. Si algo anuncia esto, es más restricciones crediticias. Y si esto promete algo, es más enfriamiento de la economía real.

Ante esta tormenta de la que ni se ve el fondo, sería más importante aún si cabe una señal de los bancos centrales de que van a facilitar la fluidez del crédito. Pero la FED está pillada a contrapié, pues pensaba anunciar esta semana una subida inminente de tipos. El BCE, por su parte, es prisionero de sus peleas internas, que se reavivan con la declaración de Wiedmann (presidente del Bundesbank) de que es opone a las intenciones de Draghi.

En otra palabra, las incertidumbres de hoy se podrían ver amplificadas ante cualquier señal de debilidad (p mejor, de dureza) de la FED o del BCE.

 

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