"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 26 de febrero de 2015

Los silencios de Rajoy

Rajoy parece un paranoide que sólo tiene un registro: una cantinela seudo-económica cogida con alfileres, que en cualquier momento se le derrumba. Es su refugio contra la realidad circundante, cada vez más desapacible y amenazante para todos, aunque hoy, por conjura de los medios, no se hable de ello.
Por conjura o por necedad, o por ambas, una conjura de necios que no se hartan de de frívolizar sobre quién ganó es debate del EN, como sí eso resolviera algo. Y la gente entra al trapo.

Dice Arcadi Espada hoy, en El Mundo:

"EL PRESIDENTE Rajoy acudirá a las próximas elecciones generales con un gravísimo problema político entre las manos: la tácita, o incluso explícita, declaración de independencia de Cataluña, como resultado de la mayoría nacionalista en las elecciones anunciadas para el 27 de septiembre. No se sabe aún la fecha exacta de las elecciones generales, pero no es probable que se celebren antes de noviembre ni después del 15 de diciembre. Los nacionalistas quizá ganen esas elecciones con dificultades, pero es difícil que las pierdan. Es puramente delirante que pretendan romper un Estado con su insignificante mayoría; pero desde hace tres años los nacionalistas catalanes viven en el delirio. El otoño, sobre el que planea además la querella contra el presidente Mas, va a traer graves problemas políticos. A la mayoría parlamentaria saliente y a la entrante. Los nacionalistas no van a llevar a cabo su propósito. Les falta, sin embargo, tocar fondo. Es indiscutible que la cosa acabará; pero no acabará así.
"El presidente del Gobierno apenas dedicó al asunto un par de palabras desganadas en el Debate de la Nación. Eludiré por piedad las que pronunció su sobrero Hernando. Hasta cierto punto es comprensible que en su anual balance político el presidente eluda su mayor fracaso, que ha sido la gestión de la flagrante desobediencia del gobierno catalán que se produjo el 9 de noviembre. Una gestión que tan bien refleja, por otra parte, sus dificultades globales con la política en sí. Pero la sorpresa desmoralizante fue que tampoco el joven Sánchez pronunciara acerca del asunto una sola palabra de reproche. Y que no fuera más allá, en su propuesta de reforma constitucional, de los cansinos balbuceos federalizantes de su partido y allegados."
Escrito así, A y después B, resulta que en septiembre nos encontraremos con una Cataluña que será un espejo perfecto de Grecia, es decir, dispuesta a independizarse si no se les da tal y cual cosa. Sigo lo de Grecia porque como Grecia, Cataluña dirá que se quiere quedar en la Unión Europea y el Euro, pero quiere la independencia, y si no, romper la caja única fiscal. Con una diferencia: que Cataluña se encontrará con un gobierno debilitado por sus ausencias estratégicas.
Septiembre, es decir dos meses antes de a la elecciones generales, y cuatro meses después de las autonómicas. Es decir, un maratón de campaña electoral continua, situación en la que los políticos no suelen tomar dedisiones graves, no sea que pisen algún callo. Un año interesante, sobre todo si se fija uno en que no se puede hacer ninguna previsión aproximada del resultado final. Rajoy parece. Creer que va a saltar a través de estos incendios y ganar las elecciones generales en noviembre, lo que cifra en una recuperación segura que será inmune al desquilibrio constante: sospechamos por ello que el gasto público y la deuda van a acelerar su avance, para acercar el PIB a ese 2,4% que traería 500 mil empleos (que es lo que ha funcionado hasta ahora) . Ergo, a final de año tendremos una deuda añadida al 143% actual y un déficit exterior en aumento como ya lo ha sido en 2014. ¿Y por qué descartar una huida de capitales como en Grecia? no digo de depósitos, pero de empresas que estén hartas de la indefinición política de España. Es lo que pasó en Grecia, y de eso no tendrá la culpa el euro, esta vez.

Eso, si no hay antes un descarrilamiento monumental de Cataluña y España. Todo lo que puede empeorar empeora. Y hay un amplio margen de probabilidades.

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