"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 3 de marzo de 2015

Podemos no Puede

Un artículo del Confidencial, y otro de José Zorrilla, sobre Podemos y sus pretendida socialdemocracia, me incitan a comentar la absoluta falsedad de Podemos. No debería ser necesario, pero hay tanto loco por ahí suelto... Además, sus colegas han llegado al poder en Grecia, y la están hundiendo aun más de lo que estaba...

En el primero leemos que Monedero, el carterista de Podemos, en un consejo de la ONU en Ginebra sobre los derechas humanos, ha propuesto que se declarase el Derecho Universal al Desarrollo. (Pregunta, ¿qué hacia ahí Monedero?)

En el segundo, José Zorrilla hace una brillante comparación entre la Socialdemocracia nórdica (ahora dicen que la brújula de este eximio partido), y las bases ideológicas de Podemos. Me temo que los debeladores efectos de la LOGSE han devastado las neuronas de un par de generaciones, de modo que se hacen necesario recordatorios de este tipo, A = B, B # C, entonces A # C.

Monedero no es socialdemócrata, ni lo es don Pablo Iglesias II (tampoco lo fue del todo el I), ni Billy-El-Niño Errejón. Da no se qué decirlo, pero es que conozco personas de mi entorno que se lo creen. Creen que democracia es socialismo. A más socialismo más democracia. Falso.

Ya he dicho lo que me asombra la velocidad con la que han conseguido borrar de la memoria social la caída del muro de Berlín. Yo vivo cerca del Parque de Berlín, y en él hay un monumento, con trozos auténtico del Muro de la Vergüenza, puesto ahí para recordar... ¿Qué? La gente ni lo ve, y si lo ve no sabe qué es. Esta pérdida de la memoria es lo qur llamo el Alzeimer social".

El tal monumento Conmemora que hace 25 años la URSS implosionó por ineficiencia y parálisis y quiebra, y sus países saltelites, como Alemania Oriental (sí, chiquitines y chiquitinas, había una alemanas occidental y otra oriental, ésta bajo la bota de la URSS) no pudieron impedir la estampida de ciudadanos y ciudadanas (y ciudadanes), que querían huir por pies, y que asaltaron el Muro tras 30 años de vergüenza. Había que ver a aquella pobre gente, en cualquier coche de tres ruedas, andando, en bicicleta...

Hasta entonces, el que intentara saltar el Muro era acribillado sin piedad. No había ciudadanos buenos y malos; había súbditos obedientes al terror, unos pocos eran libres por dentro, y otros no. Estos últimos trabajaban para la STASI, policía política, y se dedicaban a espiar a sus más próximos amigos y familiares, como se puede ver todavía en la película "Los Otros". De manera que sabías que, cuando hablabas con tu mujer, o tu hijo, no podías hablar sin consecuencias, porque lo que decías podía ser oído por la Stasi. Había veces en que los cónyuges se espiaban mutuamente sin saberlo, creyendóse cada uno que era el listo y el otro el tonto, como contaba Christa Wolf en "Lo que queda".

Cuando cayó el Muro, se descubrió que la famosa eficiencia de Alemania Oriental era un mito entre la izquierda irredenta. Era una sociedad improductiva hasta límites desconocidos, un país realmente subdesarrollado que hubo que subsidiar masivamente para que la reunificación Alemana no fuera brutal para ellos. La Canciller Merkel viene de ahí, de Alemania Oriental, por lo que tiene recuerdos y reflejos mentales que seguro que no se le borran en la vida. Por otra parte, su acceso a la cabeza del partido CDU y a la jefatura de gobierno atestiguan que la reunificación fue un éxito.

Bueno, pues eso es Podemos. Me da igual lo que dicen algunos ingenuos: que no les dejarán llegar hasta ahí, que se contendrán cuando lleguen al Poder... Para mí, la historia pesa un huevo. La historia demuestra que la democracia es un sistema político endeble, porque llega un momento que nadie está interesado defenderla cuando otros emplean la violencia para llegar al poder.

Años treinta del XX. Crisis económica devastadora. Las democracias europea se ven cada vez más impotentes ante la crisis. Surge el comunismo y el fascismo, ambos inextricablemente ligados, como dos cabezas de JANO, pues el fascismo es el refugio de la arruinada clase media, aterrorizada ante el comunismo. El comunismo, controlado dese la Comintern de la URSS (entre cuyos miembros sobresale "Pasionaria", Dolores Ibarruri) usa el fascismo como enemigo a batir. En medio, la ruina y desaparición de la democracia capitalista, contra la que ambos partidos se declaran enemigos. No hay más que leer textos de Hitler y de Lenin, o de José Antonio y Largo Caballero, para ver lo que ambos odiaban la democracia "judía", "plurocrata", "burguesa". Prueba de que no se odiaban tanto entre ellos: 1939: pacto Molotov-Ribentroff, por el que Hitler y Stalin acordaban repartirse Europa. Hitler aprovechó ese pacto para, dos años más tarde, invadir Rusia (su mayor error, su principio del fin).

La democracia no está garantizada, y menos en países como Grecia, que no distinguen líneas que no deben cruzar. España es así. España pasó por ello. La república española fue comunista, el primer ministro en la guerra era Largo Caballero, llamado el "Lenin español". Era un régimen de terror. Miren a quién era obligatorio venerar:

Pero bueno, yo les invito que lean "La Forja de un Rebelde", de Arturo Barea, un republicano del PSOE. Por cierto la mejor novela de esa época.

Volviendo al principio, no crean a Podemos cuando se reclama socialdemócrata. No pueden. Podemos no Puede ser socialdemócrata. Simplemente, no puede ser demócrata. Vean "Pablo Iglesias por sí mismo".



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Llegaron los camiones de la limpieza del Ayuntamiento de Madrid,
que venían a recoger los cuerpos. Uno de los chóferes dijo:
-Ahora vamos a regar esto y lo vamos a dejar como la patena para
el baile de esta noche.
-Se echó a reír, pero sonaba a miedo.
Alguien nos dejó montar en un coche hasta Antón Martín, y nos
fuimos a desayunar al bar de Emiliano. Sebastián, el portero del
número 7, estaba allí con un fusil arrimado a la pared. Cuando
nos vio dejó el vaso de café sobre el platillo y comenzó a
explicar con gestos extravagantes:
-¡Vaya una noche! Estoy reventado. ¡Once me he cargado hoy!
Ángel le preguntó:
-¿Qué has estado haciendo? ¿De dónde vienes?
-De la pradera de San Isidro. He estado allí con los compañeros
del sindicato y nos hemos llevado unos cuantos fascistas con
nosotros. Luego han venido otros amigos de otros grupos y les
hemos echado una mano para acabar antes. Creo que hemos
suprimido más de ciento esta vez.
Se me contrajo la boca del estómago. Aquí había alguien a quien
yo conocía casi desde que era niño. Le conocía como un hombre
alegre y trabajador, enamorado de sus chiquillos y de los
chiquillos de los demás; seguramente, un poco rudo, con pocas
luces, pero honrado y decente. Y aquí estaba convertido en un
asesino.
-Pero, Sebastián, ¿quién le ha metido a usted en semejante cosa?
-Empleé intencionadamente el «usted» en lugar del «tú» que todos
usábamos.
Me miró con los ojos llenos de vergüenza:
-Pues, mire usted, don Arturo... -no se atrevió a hablarme como
me había hablado durante veinte años-, no va usted a empezar con
sentimentalidades. Al menos, así lo espero. Tenemos que acabar
con todos esos cerdos fascistas.
-No es eso lo que le pregunto, Sebastián. Lo que le pregunto es
¿quién le ha metido a hacer esas cosas?
-Nadie.
-Entonces, ¿por qué las está usted haciendo?
-Bueno, alguien tiene que hacerlas, ¿no?
No dije nada, y comenzó a tartamudear:
-La verdad es... la verdad es, para decirle la verdad en
confianza, es así: ¿usted sabe? Hace un año o cosa así eché a
trabajar con una recomendación de la CEDA que me había dado el
casero. Y como después de las elecciones de febrero ya no me
hacía falta la recomendación, pues volví al sindicato, claro.
Los compañeros todos me tomaban el pelo porque había pertenecido
a la CEDA, y decían que me había vuelto un reaccionario y otras
cosas. Y así, un día, pues se llevaban a unos fascistas para
darles el «paseo» y fue uno y dijo: «Tú, Sebastián, tú que
siempre andas hablando de matar fascistas, vente con nosotros;
ahora tienes la ocasión.» Y se puede usted imaginar el resto;
estaba entre la espada y la pared, porque era lo uno o lo otro:
o yo me cargaba a uno de esos pobres diablos o los compañeros se me echaban encima y a lo mejor me daban el «paseo» a mí. Desde
entonces he seguido yendo, y cuando hay algo que hacer, pues me
avisan... -Se interrumpió, se quedó pensativo y movió la cabeza
lentamente-: Lo peor de todo, sabe usted, es que acaba uno
tomándole gusto.
......
Barea. La Forja de un Rebelde.
La Llama
Cap IX La caza del hombre

Miguel E. dijo...

Mi punto de vista en base a mi experiencia; lo explico por puntos:

-muchos votantes del PSOE no son demócratas por naturaleza (alma leninista), ya que creen en la "acción directa" y la "redistribución de oportunidades" (venganza hacia "los ricos", etc.). Son demócratas como "haciéndole un favor a la sociedad" ("venga, vaale, vamos a ser majos y no prohibiremos ciertos medios de comunicación, aunque se lo merecerían, etc.").

-ése era el espíritu de Felipe en el 82 (o eso cree esa parte de votantes).

-Felipe luego no fue tan radical (el poder amansa a las fieras, nos portaremos bien de momento, etc.).

-surge Podemos, que reivindica ser el auténtico socialdemócrata (el PSOE del 82)...y cumplirlo.

-esa gente dice...por fin haremos justicia (Felipe les traicionó).

Conclusión; por mucho que usemos argumentos racionales (Podemos = Dictadura...) nunca serán suficientes para vencer a los argumentos emocionales (Podemos = PSOE 82, el que molaba). Son reglas de marketing puras y duras.

Stuart Medina dijo...

Largo Caballero podía tener muchos defectos pero entre elllos no estaba el de ser comunista. Precisamente Largo Caballero odiaba el comunismo. Te puedo mandar su autobiografía en formato PDF.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Largo no le gustaba la REP. Quería una REP socialista, no un a burguesa. La revolución del 34 fue para sustituir la constitución aprobada dos años antes por una de corte socialista. En este caso socialista quiere decir comunista.