"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 25 de abril de 2015

El Quijote no es para niños

Creo que El Quijote va a ser obligatorio en la educación primaria y secundaria. Me parece un desatino. El Quijote ha tenido a lo largo de la historia grandes renacimientos, gracias a las generaciones de buenos escritores, como la generación del 98 y su sucesora, la del 27.
La generación del 98 relanzó el interés por la obra, pero no fue un propósito estudiado, sino una consecuencia de una oleada de grandísimos escritores, los cuales no pueden ser entendidos sin su amor a Cervantes. La siguiente generación, la del 27, se enredó mas en el Gongorismo, como paradigma del formalismo extremo que para ellos era lo principal. Para alguno de ellos, el Quijote estaba escrito con desaliño.

Recuerdo una carta de Unamuno a los organizadores de la celebración del centenario de Góngora, en 1927, denegando educadamente la invitación a participar porque el conocía mal a Góngora, y además no le gustaba. Aparte de que este gesto sería impensable hoy en día, denota bien las distancias que había de una generación más cordial con la otra más técnicista y de estética racional.

Cada uno de los miembros de la generación del 98 dedicaron una o varias obras a su visión del Cervantes. El que más fue probablemente Azorin, seguido de muy cerca por Unamuno con su "Vida de son Quijote y Sancho". Los ensayos de Azorín sobre Cervantes y el Quijote son especialmente entrañables y devotos; "La ruta de don Quijote" es un viaje por la Mancha del personaje, y su poder de evocación de (paradójicamente) la Mancha de principios del XX valen como un testimonio histórico de gran valor.

En cambio, "Meditaciones del Quijote", del joven Ortega y Gasset, aunque interesante por su visión filosófica de España, tiene ya poco que ver con Cervantes, el fuego cervantino de sus mayores parece haberse apagado. Creo recordar que baraja no lo apreciaba mucho.

Claro, esto hizo renacer el interés por la obra cervantina, aunque ninguno de ellos fue partidario de que se obligara en la escuela. Fue una invitación a la estima cordial por una obra única, no a la pedagogía pedestre y monstrenca que solo induce a odiar. Yo leí obligatoriamente un versión aniñada, y le juré odio eterno. Prefería los tebeos de Superman, que leíamos en clase de formación del Espíritu Nacional (Recio espíritu, que repartía hostias recias cuando te pillaba con una producción del imperio yanqui); y por encima de todo prefería las "películas de vaqueros" (otra yanquilada).

Mas tarde leí el Quijote, cuando me podía gustar, lo que no era posible a una edad en que no entiendes la tristeza del libro. Hay una edad para cada cosa (obviedad), y el Quijote no es para niños. Si un niño dice que lo ha leído y le ha gustado, es un cursi o un retorcido. No es cuestión de inteligencia, sino de la sensibilidad que se adquiere con los años. Para leer el Quijote con gusto tienes que haber aprendido, sin querer, que la vida no es Jauja, que los reyes magos no existen, que el amor no es absoluto, y que la justicia es relativa, a no ser que creas en el Juicio Final.


Los libros tiene un mensaje encriptado, y no todos lo pueden pillar, y si lo pillas, a veces no sabes explicarlo. Los buenos libros son buenos porque trasmiten ese mensaje personal sin agotarlo, porque te hacen descubrir cosas de ti mismo que no sospechabas. Te engrandecen porque te ahondan en simas que de otra manera hubieras muerto sin conocerlas. Es un dialogo, a veces un duelo, con un muerto que habla desde un pasado que ya no está cifrado más que ahí. Pero cada libro ha de encontrar su lector, que es único, aunque sean muchos.


En todo caso, nunca puede ser un motivo de aburrimiento. Borges recomendaba dejar de leer un libro cuando te aburre. Por cierto, creo que habría que distinguir entre la sensibilidad de ellos y de ellas. Me lo dice la experiencia, como también me dice que no conozco a ninguna que haya leído el Quijote o hable de él. Por ejemplo, me gustaría saber qué pensarían del discurso de don Quijote "De las armas y las letras", en el que Cervantes vuelve a poner por encima su estima por la nobleza de las armas sobre las letras.


En fin, a cada uno lo suyo.

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