Que España necesita un renovación, lo demuestran cotidianamente los despropósitos que se producen. Así, un ejemplo: Carrillo, excelentísimo rector de la Complutense, gracias a un sistema electivo surrealista que implantó uno de los hombres que mas daño han hecho a la Universidad: el ministro de Educación Maravall.
¿Y qué hace el rector con el poder casi omnímodo que le da su puesto? Pues enfangarse con un sujeto turbio como es Monedero, protegerle y ocultar la documentación que se le requiere... Y es que se acercan elecciones rectoriles, y Carrillo quere asegurarse el puesto. Como dice en El Condidencial, GP,
Insisto, estas cosas no son más que detalles que dan un idea de la descomposición de España; detalles que me temo no van a desaparecer, porque todos está bendecidos por la democracia, la falsa democracia que nos han endilgado. Una democracia débil de la que se apoderan los saqueadores y los que quieren sustituirla por otra cosa mas ruín aún.
Llegue quién llegue al poder, no tendrá fuerza legal ni apoyo social suficiente para acabar esos miles de desatinos. La economía a lo mejor se recupera, pero la Universidad será cada vez más basura. Y tantas otras cosas a la que la gente de la calle es insensible.
No fue solo Zapatero quien destrozó el tejido, aunque fue el que más puso de su parte. Todos los gobiernos participaron en la fiesta, aunque sólo sea porque en España se ha instalado un ciclo político de 2 años, (¡que tonto, iba a decir cuatro años!), que obliga a montar un circo electoral que no sirve para nada bueno si ni es reforzar el poder de los partidos.
Para cambiar esto tendría que haber un gran pacto nacional, en el que las cúpulas se hicieran el harakiri, y devolvieran los poderes de los que se han apropiado y que cambalachean entre ellos cuando les conviene. Un gran pacto sin excluir a los partidos nacionalistas, si es que quieren. Una utopía. No hay la más mínima convergencia de intereses. Todos quieren controlar donde alcanza sus tentáculos, y lo ultimo que les interesa es ceder para obtener objetivos de interés nacional, como recuperar un Universidad de verdad.
Sí, esto es un gobierno de partidos, que además están fragmentados porque no pueden sujetar a sus barones autonómicos una vez instalados. Esto fomenta la demagogia y el populismo, con los que el barón se hace imprescindible para ganar la elecciones. Lease, como ejemplo paradigmático, Monago, que con sus vídeo de Rap va ganar en Extremadura de nuevo, distanciándose cada vez más de Madrid. Y es que vende mazo eso de tirar piedras contra Madrid, rinde electoralmente, más si te declaras simpatizante de Podemos. Así que un bombero es y será quien rija los destinos de la universidad(es) de Extremadura. Porque hoy hay una o dos universidades por capital de provincia que se precie.
¿Y cómo se deshacen tantas tropelías, tantas universidades sobrantes, tantas instituciones costosas, tanto funcionario ain función, que se ven obligados a inventar un función para ejercer el derecho al cobro? ¿Cómo, si por un propuesta razonable de hacer menos AVEs y más empresas, se ha despertado una jauría de protestas de paletos que no son capaces de hacer la cuentas?
De modo que ahora hemos de estar orgullos de ser el país de Europa con mas AVES, mas que Alemania. Cada vez que oigo estas cosas me deprimo y me doy cuenta que no tenemos remedio. Creemos todos que el dinero cae los árboles.
Ayer, en su blog, le preguntaba Frances Coppola, la economista Keynesiana, que si el nivel de deuda inicial era un impedimento importante para hacer un política fiscal y monetaria de recuperación. Su respuesta:
¿Y qué hace el rector con el poder casi omnímodo que le da su puesto? Pues enfangarse con un sujeto turbio como es Monedero, protegerle y ocultar la documentación que se le requiere... Y es que se acercan elecciones rectoriles, y Carrillo quere asegurarse el puesto. Como dice en El Condidencial, GP,
Resulta una vergüenza para el escaso prestigio de la otrora inmortal Universidad Complutense de Madrid que su actual rector José Carrillo no haya podido localizar el ‘contrato’ suscrito en su día por el profesor titular Juan Carlos Monedero con sus ‘clientes’ a lo largo de tantos años de cobrar de la UCM y al mismo tiempo facturar fuera.Carrillo es un prisionero de Monedero y sus cuates ante la inminente cita electoral para el rectoral de la universidad menos prestigiosa de toda Europa. Se llama andanas a la hora de hacer cumplir la ley a uno de sus funcionarios cuando el caso es de libro. Un caso que ha provocado gran escándalo entre los miles de profesores de ese centro. Un centro en el que un día no muy lejano fueron profesores las mejores y más reputadas cabezas de España y hoy se ha convertido en un mal remedo donde se da asilo con altas nóminas y prebendas de todo signo a conmilitones políticos y amigos de carnet que no cuentan con capacidades técnicas para ser agraciados con los dineros públicos que tan generosamente reparte el señor Carrillo
Y la autoridad, léase ministerio, o léase Comunidad de Madrid,no puede hacer nada. Eso es un pais de miles de taifa, y taifitas, y como es difícil quitar la silla a un tipo como el bombero Monago, que sería lo único digno, más difícil aún es mover a un bulto sospechoso como Carrillo, que todavía no ha aclarado lo de los cadetes putrefactos abandonos en locales universitarios.
Insisto, estas cosas no son más que detalles que dan un idea de la descomposición de España; detalles que me temo no van a desaparecer, porque todos está bendecidos por la democracia, la falsa democracia que nos han endilgado. Una democracia débil de la que se apoderan los saqueadores y los que quieren sustituirla por otra cosa mas ruín aún.
Llegue quién llegue al poder, no tendrá fuerza legal ni apoyo social suficiente para acabar esos miles de desatinos. La economía a lo mejor se recupera, pero la Universidad será cada vez más basura. Y tantas otras cosas a la que la gente de la calle es insensible.
No fue solo Zapatero quien destrozó el tejido, aunque fue el que más puso de su parte. Todos los gobiernos participaron en la fiesta, aunque sólo sea porque en España se ha instalado un ciclo político de 2 años, (¡que tonto, iba a decir cuatro años!), que obliga a montar un circo electoral que no sirve para nada bueno si ni es reforzar el poder de los partidos.
Para cambiar esto tendría que haber un gran pacto nacional, en el que las cúpulas se hicieran el harakiri, y devolvieran los poderes de los que se han apropiado y que cambalachean entre ellos cuando les conviene. Un gran pacto sin excluir a los partidos nacionalistas, si es que quieren. Una utopía. No hay la más mínima convergencia de intereses. Todos quieren controlar donde alcanza sus tentáculos, y lo ultimo que les interesa es ceder para obtener objetivos de interés nacional, como recuperar un Universidad de verdad.
Sí, esto es un gobierno de partidos, que además están fragmentados porque no pueden sujetar a sus barones autonómicos una vez instalados. Esto fomenta la demagogia y el populismo, con los que el barón se hace imprescindible para ganar la elecciones. Lease, como ejemplo paradigmático, Monago, que con sus vídeo de Rap va ganar en Extremadura de nuevo, distanciándose cada vez más de Madrid. Y es que vende mazo eso de tirar piedras contra Madrid, rinde electoralmente, más si te declaras simpatizante de Podemos. Así que un bombero es y será quien rija los destinos de la universidad(es) de Extremadura. Porque hoy hay una o dos universidades por capital de provincia que se precie.
¿Y cómo se deshacen tantas tropelías, tantas universidades sobrantes, tantas instituciones costosas, tanto funcionario ain función, que se ven obligados a inventar un función para ejercer el derecho al cobro? ¿Cómo, si por un propuesta razonable de hacer menos AVEs y más empresas, se ha despertado una jauría de protestas de paletos que no son capaces de hacer la cuentas?
De modo que ahora hemos de estar orgullos de ser el país de Europa con mas AVES, mas que Alemania. Cada vez que oigo estas cosas me deprimo y me doy cuenta que no tenemos remedio. Creemos todos que el dinero cae los árboles.
Ayer, en su blog, le preguntaba Frances Coppola, la economista Keynesiana, que si el nivel de deuda inicial era un impedimento importante para hacer un política fiscal y monetaria de recuperación. Su respuesta:
Es decir, no. No hay margen para política fiscal con un gobierno que tiene un deuda de al menos el 140% del PIB, con un despilfarro corriente enorme, que no puede controlar porque no tiene poder para ello.