No vale la excusa del petróleo. Sí, el precio del oil esta cayendo, y sí, la inflación subyacente esta en el 0,9%. Pero sigue estando muy alejada del objetivo del 2%, como dice Krugman.
Con el dinero prácticamente gratis, una inflación tan baja significa que la demanda es muy débil, que los productores no pueden subir los precios. Vale, los margenes suben si los salarios suben menos que la inflación y el petróleo cae. Pero esos márgenes no incentivan la inversión, si las expectativas de ventas están estancadas. Tampoco el consumo, en la medida en que la gente espera que los precios no suban o bajen.
Todo esto, aparte de otras consecuencias que son analizadas por el FMI.
Es curioso que el único país que este creciendo bien sea España, y que lo haga por razones opuestas a la que predica. España crece por una combinación de políticas muy keynesiana: dinero gratis movido por un gasto público muy activo en este año electoral. Eso sí, se pregona todo lo contrario: que España crece gracias a los ajustes. Pero los sectores que se están animando están todos muy incluidos por el tirón del gasto público, en construcción, por ejemplo.
El problema es que el gobierno tendrá que frenar eso después de las elecciones. Arrancada de Alazán, frenazo de burro.
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