"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 19 de septiembre de 2015

Economía: Perfeccionismo o Consecuencias no deseadas

La economía es el estudio de la consecuencias de la actividad económica. Dichas consecuencias son muchas veces indeseadas. Los modelos de Equilibrio General (SGEM) no admiten que las consecuencias sean indeseadas o no planeadas.

Nueva reflexion de David Glasner sobre los Modelos de Equilibrio General en "The neoclassical Synthesis and the Mind-Body Problem". El título se refiere a a que el no resuelto problema de la relación entre la conciencia y la materia cerebral se parece al "agujero negro" sobre en que se sustenta la teoría de los modelos de Equilibro General y de la RBCT.
Glasner dice que la ciencia no ha encontrado todavía la conexión de un estado de conciencia con una manifestación del cerebro, por lo que negar la existencia de ese estado de conciencia como metafísico es, de hecho, una manifestación metafísica.
De igual manera, los economistas del SGEM, que dicen fundamentar sus teorías en un comportamiento del individuo, no han demostrado que los fenómenos macroeconómicos (ciclos, recesiones, paro, etc) sean debidos a un teórico individuo con expectativas racionales y capacidad para prever el curso de los precios futuros. De ser así, dice Glasner, habría que concluir que los ciclos son manifestaciones de equilibrio, resultado del plano óptimo de su individuo representativo. Rozan mas aún lo metafísico que sus oponentes, aunque ellos creen lo contrario.


La teoría alternativa valoraría los ciclos como fenómenos inesperados, o consecuencias no deseadas, de la interacción de múltiples agentes que toman decisiones imperfectas, porque no pueden saber ni cuales serán los precios de equilibrio, y menos aún los precios de desequilibrio (los precios como reacción a un choque inesperado).

Desde el momento que hay errores, es absurdo suponer que no son seriados, que no dan lugar a reacciones que alejan del equilibrio. Lo natural es dar por hecho que decisiones alejadas del equilibrio, es decir, erróneas, originan otras decisiones que son más erróneas aún.

In business-cycle theory, the analogue of such a reductionist assertion of identity between higher-level and lower level phenomena is the assertion that the business cycle is not the product of the interaction of individual agents, but is simply the optimal plan of a representative agent. On this account, the business cycle becomes an epiphenomenon; apparent fluctuations being nothing more than the optimal choices of the representative agent. Of course, everyone knows that the representative agent is merely a convenient modeling device in terms of which a business-cycle theorist tries to account for the observed fluctuations. But that is precisely the point. The whole exercise is a sham; the representative agent is an as-if device that does not ground business-cycle fluctuations in the conduct of individual agents and their interactions, but simply asserts an identity between those interactions and the supposed decisions of the fictitious representative agent. The optimality conditions in terms of which the model is solved completely disregard the interactions between individuals that might cause an unintended pattern of relationships between those individuals. The distinctive feature of methodological individualism is precisely the idea that the interactions between individuals can lead to unintended consequences; it is by way of those unintended consequences that a higher-level pattern might emerge from interactions among individuals. And those individual interactions are exactly what is suppressed by representative-agent models.
En suma, tenemos dos caminos para el análisis. Una, la de los perfeccionistas, es asegurar que los desequilibrios, como una recesión, no son indeseados, sino pertenecen al plan óptimo del individuo teórico que representa a todos.

La más ridícula manifestación de esta vía es la afirmación de que 2008 fue una manifestación de equilibrio debida al comportamiento racional de los agentes. Toda intervención previa o posterior llevaría a soluciones peores.

La otra vía es suponer que hay consecuencias indeseadas, debido a decisiones que se piensan razonables, pero que interactúan incontroladamente y producen situaciones no deseadas, como ajustes en la producción y el empleo de las que no se sale fácilmente sólo a través del me añadimos de mercado.

Por esta vía se llega a una conclusión totalmente opuesta sobre 2008. Fue la consecuencia de decisiones financieras erróneas, que produjeron una burbuja de la vivienda mediante el endeudamiento excesivo de los compradores. La regulación bancaria debería haber intervenido para reducir las graves consecuencias. A posteriori, la intervención fue necearia para evitar otro 1929.

Alan P. Kirman (HT Marcus Nunes) nos ilustra sobre los errores a que conducen este tipo de modelos. De este incisivo artículo destaco el párrafo central de la página que reproduzco,

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En el que Stocker (1986) dice: los únicos dos casos en que el supuesto del Agente Representativo de todos los demás tiene sentido, es a) porque es un agente que toma como referencia de sus decisiones solo variables macroeconómicas (lo que es inverosímil), o b) cuando todos los agentes a los que se supone representa tienen la misma reacción marginal a cualquiera cambio (lo que es heroico).

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