"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 24 de septiembre de 2015

Sobre la pregunta de Alsina

Carlos Alsina es un periodista alocado que cree que en periodismo esta permitido todo, que vale la anécdota sobre la categoría, el ruido sobre las nueces. La pregunta que le planteó a Rajoy el otro día era un absurdo, pero consiguió lo que quería: confundir al Presidente estúpidamente, porque de esa confusión no se llega a ninguna verdad, puesto que el problema es ficticio.


No es santo de mi devoción, y menos la cadena donde trabaja, pero a Ana Pastor nunca la he visto plantear jueguicitos tramposos para confundir al entrevistado. Ana va por derecho, y las preguntas son realmente comprometidas porque buscan la verdad, sea lo que fuere lo que responda el de enfrente. Que tome nota y aprenda el seudo periodista.

De paso, que tome nota que la meliflua equidistancia, de la que muchos presumen, y de la que él alardea, es cobardía. Una cosa es imparcialidad, y otra no tener opinión. Pues sepa el melifluo que el criterio se basa en la opinión, no en estar por encima de las nubes observando el partido de la vida y la muerte. Como decía Antonio Machado, "hay que estar a la altura de las circunstancias, no 'par dessus de la mêlée'". Si hay alguien que está a la altura de las circunstancias, comprometida, es Ana.


Arcadi Espada le reconviene al melifluo que tira la piedra y esconde la mano, ganando fama de inquisitivo cuando en realidad es un inquisidor, pues es lo que hacían los inquisidores: tender trampas ilógicas para debilitar al reo mentalmente. Véase el proceso contra fray Luis de León.
"No parece legítimo que un periodista utilice mentiras sandias en su trabajo y mucho menos sin citar su denominación de origen"
Y luego viene la retahíla de ensañamientos contra la patosería de Rajoy, cuando la verdad es que nadie, ni siquiera Alsina, sabía la respuesta a la absurda pregunta. Por que no la tiene. Es como los absurdos que Alice in The Wonderland tiene que aguantar de los personajes de su sueño: una tortura para la mente, que es en realidad el absurdo cuando se intelectualiza. Pero claro, el mundo de las redes sociales es, como siempre ha sido, ejecutivo, no reflexivo, por lo ue además se manipula a placer.

Hay un absurdo liberador, que es el de los niños. Los niños son geniales en sus planteamientos, como decía Chesterton, porque tiene su lógica mágica, pero no hacen ostentación de ella: para ellos es la verdadera. Lo malo es un adulto jugando al absurdo y tendiendo trampas, que encima se cree la esfinge.

NOTA: he oído el debate de hoy entre Alsina y Arcadi. Realmente un sofista, el tal Alsina.
Pero volvamos a la pregunteja.
¿Y si un catalán, después de declarar la independencia, quiere conservar la nacionalidad española? Es imposible. Si deja de pagar impuestos en España, no puede ser titular de ningún derecho español. Es obvio, no?

1 comentario:

Hipona dijo...

No estoy muy de acuerdo. Una cosa es la nacionalidad y otra la residencia fiscal.
Si me voy a China a vivir sigo siendo español, aunque no pague impuestos aquí.
En cuanto a la doble nacionalidad, hasta 2002 estaba claro que un español que se nacionalizaba de un país sin tratado de doble nacionalidad, perdía la nacionalidad española
En 2002 añadieron una coletilla al art.24 del código civil y ahora si el nacionalizado avisa dentro del plazo de tres años, no pierde la española. Un disparate más de nuestros incultos y obtusos legisladores
Así qué Alsina tiene razón. En una eventual república catalana independiente los catalanes tendrían derecho a seguir siendo españoles.
Una razón más para que no se pueda negociar la independencia. Ningún estado del mundo puede dejar a siete millones de sus nacionales fuera de sus fronteras. Sería una auténtica locura