"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 29 de noviembre de 2015

El sueño eterno

Según leo en Gonzalo López Alba, el PSOE tiene un problema de identidad. No se encuentra a sí mismo. Dice Gabilondo, el dinosaurio zapateril: lo peor no es perder amigos, es perdernos. Sería por eso que no encuentra a sus votantes. Lo más gracioso es que algunas mentes punteras dicen que hay que reivindicar a Zapatero (Torres Mora): pues si la clave está ahí, adiós PSOE adiós.
Esto me suena mucho a a aquello de "¿Qué es España?" Que empezó con la pérdida de las colonias y la generación del 98. Primero había que profundizar en sí mismo para llegar a saber cuál era nuestro destino. A esa indagación se dedicaron décadas, durante las cuales se liquidó el régimen de la Restauración, pese a ser prolongado, ya cadáver, por la dictadura de Primo de Rivera. Hubo una Republica fracasada, una guerra civil, y una transición prometedora que al cabo de 40 años no ha encontrado todavía la respuesta a qué es España.
Uno está tentado de decir que España se jodió cuando la caída de la monarquias absoluta con la invasión napoleonica, en 1808. No es que ello fuera sostenible, es que la convulsiones para liquidarlo vinieron encadenadas. Es una observación meramente cronológica.
 
Desde entonces hemos dando tumbos entre guerras civiles (4 Carlistadas, más la del 36) y innumerables golpes de estado, pasando por una República que acabó como el rosario de la aurora (me refiero a la primera, que fue cómica dentro de la tragedia, pues ahí nos enfrentamos todos contra todos). Cánovas y su restauración tuvo el mérito indiscutible de asentar cinco décadas de estabilidad (sí, más longeva que nuestra eterna transición), virtud al parecer no muy apreciada por los españoles. Ni la derecha conservadora de ese sistema, ni la izquierda liberal, consiguieron atraer a España hacia el parlamentarismo (ue muy bien pudo haber sido reformado con el tiempo) y se empezaron a oír cosas como las que se oyen ahora, de voces a ver quién grita más con su solución mágica y única. Es raro que, siendo todas mágicas, ninguna coincida. Que si federalismo, que si nacionalismo, que si socialismo, regeneradionsimo (Joauin Dosta y su cirujano de hierro)...
 
Pronto prendió una nueva "moda", la del anarquismo, un virus que le dio fuerte a estas tierras, siempre soñadoras y violentas (para consigo mismas). Bakunin, el gran gurú del anarquismo, se sorprendió del éxito logrado por su enviado a propagar la Idea, un italiano que no sabía español. Le entendieron perfectamente, o es creyendo los nuevos adeptos.
 
Cuando el PSOE y el anarquismo cuajaron, y empezaron los primeros a acercarse a una representación parlamentaria, compitieron a ver quién era más convincente en la violencia justificada por la justicia social. La violencia se dividió en dos ramas teóricas. El PSOE no fue socialdemócrata, no sabía que era eso, ni lo aprendió nunca, y justificaba la violencia par conquistar el poder en nombre de la clase trabajadora (díganme si ven alguna diferencia con el programa marxista). Los anarquistas creían que la violencia directa -bombas, atentados, palabra inventada por Bakunin- servía para derribar el poder y establecer la sociedad libre, donde cada uno es dueño de sus actos sin imposiciones de un gobierno que ha sido borrado. Sin poder todos seremos buenos. Era un protoforma del buenismo de hoy. El buenismo-budismo-yoguismo sirve para muchas cosas: decir no a la guerra pero también para matar en nombre de una nueva humanidad.
 
En toda esta historia, la derecha ha sido débil y dividida. Dividida porque la mitad o más se fue a la guerra contra la otra mitad con el Carlismo, la quintaesencia del extremismo conservador. Lo que quedó de derecha española era poca cosa; Fernando VII la persiguió y asfixió a la ves un a la izquierda, y después de su muerte, se vio constantemente golpeada, nunca mejor dicho, por golpes de estado de los militares más ilustrados, que eran de iquierdas. Esa visión de España como un país dictatorial de militares de derechas y curas es totalmente falsa. El anticlericalismo, que hizo furor desde la muerte del infausto Fernando VII, fue un método de agitación popular muy socorrido para las logias, que entonces tenían mucho peso (sobre esto, leer a Galdos, "los hijos de la Viuda").
 
Entre tanta confusión es lógico que España fuera un país conspiranoico. Lo sigue siendo, demostrando que el espíritu nacional ni se apaga ni se corrompe, únicamente se transforma.

3 comentarios:

Pablo Bastida dijo...

Otra del genio de la izquierda:
https://www.youtube.com/watch?v=GG0jLUgvCIg
¡Y es profesor universitario! (en España, claro)

www.MiguelNavascues.com dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
www.MiguelNavascues.com dijo...

Lástima ue no sea más largo, ¡las que debe eus deben ser de antología! que Newton era de derechas y liberal, por ejemplo...