"Normalidad" de España en el concierto de las naciones

Algún lector que otro me ha criticado el post sobre la historia de España: ¿En qué momento se jodió el Perú Zabalita?

Lejos de mí aseverar con rotundidad que España no es un país normal. Es más, comparado con la media del mundo, España es un país privilegiado. 

Lo que hacia era plantearme serias dudas de que algunas de sus características más profundas no haya alejado de España, en ciertos periodos, de Europa.

Enric González, a quien citaba en el post, aludía a una serie de anomalías históricas "cuando los demás países se afanaban por construir una nación". Por ejemplo, las guerras Carlistas. Yo añadía algunos ejemplos más, y un comentarista aportaba uno sin querer: que lo que pasa es que los españoles tenemos muy poca afición por España. ¿No es eso un ejemplo de salirse de la historia de nuestro entorno? 

Aquí hay dos posiciones claras. La de Ortega y Gasset, que en su "España invertebrada" mostraba su inclinación hacia la particularidad de España, y la de su discípulo Julián Marías, que por el contrario, mostraba un contagioso entusiasmo por la historia de España. Los dos tenían razón, porque en este tema no hay verdades seguras. Julián Marías consigue demostrar que España tiene una historia paralela a Europa, una historia que además empezaron juntos. Eso es difícil de rebatir. Pero claro, Julián Marías, e su entusiasmo, hace poca alusión a periodos de anomalías evidentes, como la guerra civil y la dictadura de Franco de cuarenta años. O de nuevo, las guerras carlistas. 

Eso no son más que síntomas, pero difícil de no tropezarse en ellos. 

España es un país occidental, europeo, que un tiempo imperó en Europa y llego a ser el país más temido. Como muestra Julián Marías, después España no entro en decadencia más que en el último de los Austrias, Carlos II. La llegada de Felipe V supuso un gran impulso a España y a sus colonias, que dieron un gran salto adelante (Gonzalo Anes dice lo mismo). 

Pero el problema se plantea cuando la invasión napoleonica rompe el antiguo régimen, y el siglo XIX, con sus Carlistas, con las guerras brutales, con la guerra de los cantones en la primera República (¿fue normal la corta duración de ese régimen?)... La Restauración con Cánovas y Alfonso XII fueron, de nuevo, una saludable vuelta a la normalidad europea. Durante 50 años, España tuvo un régimen político similar al de Francia, Inglaterra, y otros países. Ese régimen cayó gracias a los empujones de hunos y hotros (Unamuno), y España se metió en un bucle de violencia y desprestigio, acabo en la guerra civil y Franco. 

Es verdad que Europa no fue para nada estable en aquellos años, marcados por la crisis mundial del 29 y sus efectos políticos, que acabaron en la II Guerra Mundial. Pero el hecho diferencial es que España es ensimismó em una guerra propia, mientras que los demás participaron en una guerra en la que están en juego la civilización. 

No creo que Europa tenga una trayectoria clara, pero si trazáramos una línea de los países más civilizados, España se acerca a ella hasta, que de repente cae, y luego vuelve a subir penosamente la cuesta hacia la normalidad. 

La "normalidad" es para mí resolver los conflictos sociales civilizadamente, mediante la ley democrática aceptada por todos. Hoy mismo, en España, eso está totalmente en peligro. El hecho separatista catalán es una anomalía profunda, que no es la primera vez que comete. Cataluña tuvo un comportamiento errático y golpista en muchos momentos del siglo veinte, como el el 1934, en que Companys declaró la independencia de manera compulsiva y con gran estimación de la guerra (Se puede ver en YouTube). 

En suma, España es un país con muchos grupos (antes los anarquistas, Luego ETa, ahora otros) que desean romper el estado, la ley, y no hacen ascos a la violencia. Eso tampoco demuestra una gran normalidad.  Más anormal aún es que partidos parlamentarios quieran hacer lo mismo, porque han decidido que la Constitución "es vieja", el colmo de la frivolidad. ¿Hay algún país europeo pasando por estas vicisitudes? 

Eso nominaré decir que no quiera vivir en él. Es mi casa. Pero no me molesta saber la verdad completa de su historia.