Como había prometido, Draghi ha anunciado nuevas medidas pro inflacionistas sobre las que ya estaban en vigor. Ha aumentado el plazo de vigencia de las compras de deuda hasta marzo de 2017, añadiendo más títulos suceptibles de ser comprados, como deuda municipal. El monto total de compras via QE se aumenta en. 360 mm hasta 1,5 billones de euros. Los ingresos del BCE por vencimiento de títulos los dedicará a la compra de más deuda.
A eso se añade la ampliación de vigencia del tipos de interés cero en los préstamos a la banca hasta finales de 2017.
Además, ha reducido los tipos de interés de los depósitos de la banca en el BCE, de un tipo penalizado del -20% al -30%. La banca acumula ya 550 mm de euros atesorados en depósitos, y el objetivo del BCE es que se movilicen hacia el crédito al sector privado.
La primera reacción de los mercados no ha sido muy eufórica: la bolsas han corregido y el euro se ha apreciado frente al dólar.
En los gráficos adjuntos podemos ver que la política expansionista del BCE no ha sido un triunfo clamoroso. La inflación sigue cayendo, cada vez más alejada del modesto objetivo máximo del 2%, el crecimiento arrastrándose, y el euro no se ha depreciado en términos efectivos reales suficientemente. Desde que empezó el QE en 2014, el euro se ha depreciado un 10%, lo que puede ser de sobra para Alemania, pero no para los paises del sur. Mientras, vemos que los paises anglosajones que fueron los primeros en implementar medidas monetarias inusuales, sus monedas se han apreciado notablemente en términos medios reales, lo que se puede interpretar como una vuelta a cierro vigor económico que evidencian sus estadísticas nacionales.
La escasa efectividad de las medias del BCE se deben a que no han logrado generar expectativas firmes de crecimiento. Es dudosos que las nuevas medidas produzcan una marcada diferencia. Falla la trasmisión desde la oferta de la base monetaria al último escalón del crédito bancario, que es lo que produce aumento del gasto. La inversión en capital dijo, como se puede ver en el gráfico del BCE,
Sigue arrastrándose muy alejada del nivel anterior a la crisis, aunque algo se ha recuperado desde la recaída de 2013. Pero es insuficiente: en todo el periodo post crisis la inversión -pública y privada - ha pedido 60 mm de euros, un 12%, cuando en condiciones de crecimiento normal podría esperarse un aumento equivale neta esa cifra.
No contamos con la cifra separada de la inversión pública y privada, pero es obvio que las restricciones presupuestarias impuestas por la QUE, que se han cebado en al inversión pública, han cercenado la inversión pública, redundando en menor inversión privada, la cual además no ha recibido plenamente las teóricas facilidades introducidas por el BCE. El crédito a las PYMES y a las familias sigue siendo escaso y caro.
En suma, parece claro que las buenas intenciones del BCE tropiezan con la falta de demanda de crédito, que es el motivo de que el dinero inyectado por el BCE se quede atesorado en la banca. En esa debilidad de la demanda tiene algo que ver, en opinión de Krugman, la desastrosa política fiscal de la UE, no sólo porque no haya propiciado un aumento del déficit, sino por haber decretado una reducción draconiana en condiciones de Trampa de la liquidez, cuando, dice Krugman, los multiplicadores del gasto, hacia arriba y hacia abajo, son más contundentes. En el gráfico del citado autor se puede ver el esfuerzo fiscal contractivo de la Zona Euro.
Ni siguiera se ha permitido un papel suavizador a los estabilizadores automáticos. Se ha metido la tijera "transversalmente" sin criterio, y el capital social productivo no se ha repuesto y se ha dejado perecer.
A eso se añade la ampliación de vigencia del tipos de interés cero en los préstamos a la banca hasta finales de 2017.
Además, ha reducido los tipos de interés de los depósitos de la banca en el BCE, de un tipo penalizado del -20% al -30%. La banca acumula ya 550 mm de euros atesorados en depósitos, y el objetivo del BCE es que se movilicen hacia el crédito al sector privado.
La primera reacción de los mercados no ha sido muy eufórica: la bolsas han corregido y el euro se ha apreciado frente al dólar.
En los gráficos adjuntos podemos ver que la política expansionista del BCE no ha sido un triunfo clamoroso. La inflación sigue cayendo, cada vez más alejada del modesto objetivo máximo del 2%, el crecimiento arrastrándose, y el euro no se ha depreciado en términos efectivos reales suficientemente. Desde que empezó el QE en 2014, el euro se ha depreciado un 10%, lo que puede ser de sobra para Alemania, pero no para los paises del sur. Mientras, vemos que los paises anglosajones que fueron los primeros en implementar medidas monetarias inusuales, sus monedas se han apreciado notablemente en términos medios reales, lo que se puede interpretar como una vuelta a cierro vigor económico que evidencian sus estadísticas nacionales.
La escasa efectividad de las medias del BCE se deben a que no han logrado generar expectativas firmes de crecimiento. Es dudosos que las nuevas medidas produzcan una marcada diferencia. Falla la trasmisión desde la oferta de la base monetaria al último escalón del crédito bancario, que es lo que produce aumento del gasto. La inversión en capital dijo, como se puede ver en el gráfico del BCE,
Sigue arrastrándose muy alejada del nivel anterior a la crisis, aunque algo se ha recuperado desde la recaída de 2013. Pero es insuficiente: en todo el periodo post crisis la inversión -pública y privada - ha pedido 60 mm de euros, un 12%, cuando en condiciones de crecimiento normal podría esperarse un aumento equivale neta esa cifra.
No contamos con la cifra separada de la inversión pública y privada, pero es obvio que las restricciones presupuestarias impuestas por la QUE, que se han cebado en al inversión pública, han cercenado la inversión pública, redundando en menor inversión privada, la cual además no ha recibido plenamente las teóricas facilidades introducidas por el BCE. El crédito a las PYMES y a las familias sigue siendo escaso y caro.
En suma, parece claro que las buenas intenciones del BCE tropiezan con la falta de demanda de crédito, que es el motivo de que el dinero inyectado por el BCE se quede atesorado en la banca. En esa debilidad de la demanda tiene algo que ver, en opinión de Krugman, la desastrosa política fiscal de la UE, no sólo porque no haya propiciado un aumento del déficit, sino por haber decretado una reducción draconiana en condiciones de Trampa de la liquidez, cuando, dice Krugman, los multiplicadores del gasto, hacia arriba y hacia abajo, son más contundentes. En el gráfico del citado autor se puede ver el esfuerzo fiscal contractivo de la Zona Euro.
Ni siguiera se ha permitido un papel suavizador a los estabilizadores automáticos. Se ha metido la tijera "transversalmente" sin criterio, y el capital social productivo no se ha repuesto y se ha dejado perecer.
Como dice Cullen Roche,
El problema no es el tipo de interés negativo del pasivo bancario. e problema es la caída de sus párgenes entre ambos lados del balance.Unfortunately, negative interest rate policies like the one recently implemented by the ECB will just act like a tax on consumers because the banks will inevitably be forced to pass on the costs to consumers. In the aggregate, banks can’t force depositors to hold fewer deposits than they want so this turns into a game of hot potato where banks charge customers for deposits until the deposits move to some other bank that causes the same problems for a different bank.But there’s a bigger problem in all of this. Charging negative interest rates can’t increase the demand for loans. So the only way banks are likely to increase their lending as a result of this type of policy is by reducing their lending standards. This means that banks are not only taxing their customers in new ways, but they are also likely to reduce lending standards in an effort to make more loans and boost profitability.This negative interest rate thinking is all supply side economics promoted by people who don’t understand proper banking dynamics and have generally poor conceptualization of risk management. It’s a very strange policy to continue with.
Es claro que ese caída histórica sólo puede repararse con un fuerte tirón de la demanda, que a su vez aumente la tasa de inflacion y reduzca las deudas en tñerminos reales.
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