"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 23 de enero de 2016

¿Hay razones para "no dramatizar"?

Tamames, en La Razón,
 

... Y aquí vuelve la Historia: lo que sucedió en España en 1936, cuando el nuevo Presidente de la Republica, Manuel Azaña, quiso configurar una gran coalición republicano/socialista; esperando tener como gran operador de esa plataforma a uno de los lideres más populares del PSOE, Indalecio Prieto. Y es imaginable que de haber asumido el socialismo español esa propuesta, el programa electoral del Frente Popular, modernizante en muchos aspectos, (reforma agraria, restruc- turación del crédito, Seguridad Social, etc.), podría haberse aplicado. Cierto que en un ambiente difícil, pero con resultados que habrían sido, seguramente, muy distintos de los que se produjeron.

A aquel proyecto de Azaña se opuso otro de los máximos líderes del PSOE de por entonces, Largo Caballero, que pasaba por la especial circunstancia de haber llegado a creerse que era el “Lenin español”; y que por ello mismo, su misión histórica no era sino acabar con el “Kerenski”, también español: el mismísimo Azaña. Lo cual le llevó a contraproponer que antes de ir a esa coalición, el parti- do había de celebrar su Congreso, que se demoró a septiembre... fecha en la cual ya estábamos inmersos en la más cruenta de nuestras guerras civiles.

No se trata de dramatizar, porque la situación de hoy es muy distinta a la de 1936. En el escenario exterior, no están ni Mussolini, ni Hitler, ni Stalin. Y España ya no es un “caso de libro”, como lo era el del 36, de oligarquía/burguesía contra proletariado. Ahora somos una Nación de clases medias, y además, la Unión Europea en la que estamos, es garante de la paz, y de una comparativa prosperidad hasta niveles que tiempo atrás no pudieron imaginarse.

Pero en lo esencial si que hay algunas similitudes históricas inquietantes entre ayer y hoy: tenemos un Presidente del Gobierno, en funciones, que quiere ir a una gran coalición. Y un líder del PSOE que la desprecia, y que aspira a formar un bloque de sedicentes izquierdas, en un viaje a no se sabe dónde. Y con el ries- go máximo de que los compañeros de viaje de esa travesía, Podemos, hagan peli- grar la Constitución con sus prometidos referendos para Cataluña, el País Vasco y no se sabe que más; con toda la frivolidad característica del populismo trans- versalista cuyo único fin es llegar al poder.

Yo creo que sí hay razones para dramatizar. Envidio a los que están tan panchos hozando al sol, los que dicen, "nunca pasa nada". No, una guerra civil nunca pasa en este país. Pues ha habido muchas más que la llamada "guerra civil". En realidad son incontables desde que cayó el "Antiguo Régimen" y echamos a Napoleón, que fue la última guerra "externa", no civil. Y la Unión Europea, que el bobalicón de Tamames abraza como siempre lo ha hecho, no es garantía de nada. Es un gigante con los pies de barro. Está a punto de suspender uno de sus pilares, Shengen, que era como su máximo orgullo después del fatídico Euro. Declaración de impotencia, impotencia y conflicto profundo entre el centro y la "otra periferia", la de los paises del Este, que se ven abandonados a ser invadidos, ¡después haberse librado de los soviets! A lo que Europa no les ayudó, al revés, con su Ostpolitik... Sólo cuando no hubo más remedio. Y por eso se ríen ahora de la UE. Ellos no entraron en Europa para rendirse con las manos esposadas... Nosotros sí.
 
Europa NO intervino en el avispero español en 1936, pese a que Francia tenía un "Frente Popular" como el español, ni intervendría ahora: no tiene ejército, y las divisiones aflorarían en cuanto se planteara la cuestión.
 
Tengamos en cuanta que este régimen constitucional actual no ha durado tanto como el anterior, el de la Restauración, 1875-1923. Y no digamos la República, que además fue un estado de excepción permanente, por la "Ley de Defensa de la República" de Azaña. Y Largo Cabellero no fue el único malvado -aparte de que no era tan gilipollas como Sánchez. Azaña, mismamente, estuvo detrás del golpe de estado de 1934, antesala de la Guerra Civil, la Enésima .
 

2 comentarios:

Miguel E. dijo...

Tranquilo porque "ahora somos una Nación de clases medias".

Jajajajaja Qué cachondo el tío.

La clase media está desapareciendo en España a pasos agigantados.

Vamos hacia un conflicto civil; siempre lo he pensado (desde que en el 2008/2009 me abriste los ojos con lo de la crisis).

www.MiguelNavascues.com dijo...

Es genial. Con la velocidad de crucero que lleva en su viaje desde el leninismo hacia la democracia liberal, tardará hasta los 130 años en llegar, jajajajaja