Cameron, como en el referendum de Escocía, se ha llevado el gato al agua en el caso de un Brexit: la possible salida de Gran Bretaña de la UE. Convocó el referéndum para aplacar a sus parlamentarios, aunque nunca tuvo la intención de irse. Ha negociado con eficacia con la UE, que le ha dado libertad en temas que, de todas formas, van a tener que ser reformados, como la libre circulación de personas .
Ahora se presenta con un bueno triunfo para el referéndum convocado para el 23 de junio, que ganará probablemente, vencerá a sus parlamentarios ariscos que ya se están dividiendo, dejando claro las ventajas económicas de quedarse dentro del mercado único europeo, a lo que se añade las ventajas asumidas en estas negociaciones. Aparte de seguir siendo un miembro influyente
Por otra parte, la salida o Brexit hubiera supuesto un quebranto para Reino Unido, pero también para la UE, para la que podía haber supuesto el principio de fin.
La gran ventaja política de GB es haber conservado su moneda, lo que, como explico en el post anterior, le ha supuesto una enorme ventaja sobre los países del euro para enfrentarse a la crisis. La cesión de sus monedas al euro por parte de los miembros de éste no ha sido sólo un cuestión técnico-monetaria, sino un desgarro irreparable de su soberanía. Esos países se han quedado en Estados que prometen lo mismo que antes a sus ciudadanos, pero sin la pieza fundamental, cuya llave han tirado al mar.
Un brindis por Cameron, un político de talla, de los que nosotros no tenemos. Le auguro una victoria en el referéndum y un tercer mandato legislativo, si no surge nada raro. Chapeau. Olé, maestro, vaya faena.
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