"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 26 de abril de 2016

Helicopter Money: Desde luego que Friedman era keynesiano

Nunca lo negó, aunque  no lo decia muy alto. Eso sí, le dedicó a Keynes un artículo encomiable. Friedman era un gran propagandista, aparte de un economista académico, y por razones de propaganda, decidió crearse un espantajo al que combatir: lo llamó Keynes, aunque no era Keynes. Si acaso era un de los mediocres keynesianos que en los años sesenta se empeñaron en quitarle a Keynes su principal aportación a la historia de la economía: su teoría me monetaria, el dinero como activo financiero cuya demanda no rs estable. Eso ya no se ha podido sevolver al cajón: no sólo existe una oferta monetaria, hay un demanda y es inestable. 
Gran artículo de David Glasner sobre este trozo de historia, muy recomendable. Incluye, como no puede se de otra forma, referencias al oro, al que Friedman renunció definitivamente porque el oro no garantizaba la estabilidad del dinero, sólo garantizaba la estabilidad de sí mismo (en realidad nunca ha funcionado porque los gobiernos nunca respetaron las reglas del juego). Por eso Friedman quiso sustituir la disciplina oro por su famosa regla: el avance anual del dinero por un múltiplo constante k. Así, k*M2, siendo k = 5%, lo que sería más estable aún que un patrón oro, sujeto a las veleidades de la oferta y demanda y, por ello,el precio del oro. 
Peo cuando la FED, en 1980, quiso aplicarla, fracasó, y tuvo que renunciar a ella, decidiendo controlar los precios mediante el tipo de interés. Seguía siendo monetarismo, pero subsanaba el error de Friedman: el banco central no controla la creacion de dinero, M2. Esta es el resultado de la oferta y la demanda de crédito a los bancos, que son los que crean dinero con la colaboración de los usuarios de él. La política de los BC desde 2008, intentando insuflar más inflación aumentando sin tasa la base monetaria ha demostrado que el monetarismo no tenía razón: los BC no son autosuficientes ni todopoderosos. 
De paso, se ha demostrado que Keynes tenía razón: la Trampa de la Liquidez existe en determinadas circunstancias de expectativas muy pesimistas. La demanda de dinero se hace infinita por mucho que baje el tipo de interés, y los precios tienden a caer, lo que refuerza la demanda de liquidez, pues la deflación se convierte en un interés positivo por guardar dinero. 
Glasner se pregunta, ¿y entonces qué queda? 
En mi opinión solo queda el mal llamado Helicopter Money. Por supuesto que no se trata de sacar uno o varios helicópteros regando la ciudad de billetes. Eso es absurdo, y de eso se aprovechan los críticos. 
Se trata de circunvalar el obstáculo de los bancos, que atesoran el dinero que les da el BC. Se trata de hacer llegar el dinero a los bolsillos de la gente. 
¿Cómo se instrumenta? A través del Tesoro. El gobierno decide, o bien dar una paga extra a cada ciudadano, o bajarle los impuestos por idéntica cuantía, o una mezcla de ambos. El caso es aumentar la renta monetaria de los ciudadanos, que se enfrentarán de muy distinta manera a la evolución de sus deudas y a sus gastos de consumo e inversión. Seguramente se sentirá más optimista respeto a ambas cosas, y gastará más. Naturalmente, la inflación aumentará, que es lo deseable. 
¿Cómo se financia? por el dinero que el BC ahora inyecta en los bancos, y que éstos se niegan, por razones de solvencia, a prestar. Es el mismo dinero, pero que se da a la gente, que sin dudar lo depositará en la banca - en realidad lo recibirá a través de su cuenta bancaria- lo que hace que ese dinero vuelve a la banca, pero con titularidad distinta. Es un cambio de cauce, no de finalidad. Ergo, para los bancos no supone una debilitación d su solvencia. En todo caso, es mejor que los tipos de intere negativos. 
¿Hasta cuándo? Hasta que se considere que se ha recuperado un nivel de PIB y de precios (o de PIB nominal) suficiente. O hasta que la inflación amenace con dispararse demasiado. Ya sé que esta respuesta es inconcreta, pero, ¿para qué concretar, si nadie se lo plantea? En todo caso, una respuesta razonable es cuando la inflación esté varios años por encima del 2% y no supere el 4%, no es más que un ejemplo. 
¿Es viable en Europa? rotundamente NO. Ya dije que haría falta una unidad fiscal que está lejos, muy lejos, de conseguirse. Y es necesario un cambio de ideas, de modelo que está remotamente lejos de producirse. Pero eso no obvia que sería mejor que lo se ha intentado hasta ahora.  


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