"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 8 de mayo de 2016

La revolución de Adam Smith. Europa pre Adamista

Tiene razón Yuval Noah Harari en "Sapiens" (ese libro que no hago más que recomendar, y que se está descubriendo para mí incluso en un buen libro de historia económica), cuando dice que Adam Smith dijo algo que fue una revolución. Hasta entonces se creía que la economía era una tarta dada, de una dimensión fija. Si yo conseguía un trozo mayor de tarta, era a costa de alguien, que debía renunciar a algo de su porción. De ahí que la opinion dominante era que los ricos llevaban una culpa a cuestas. La religión lo confirmaba.

Smith desveló al mundo que esto era falso. Que existía el futuro y que en el futuro la tarta podía crecer, y podía haber más tarta para repartir. Se murió sin ver cuánta razón tenía. Ahora es una obviedad (no aceptada por los grupos y partidos del rencor y la envidia), que entre 1776, año de la publicación de "La riqueza de las naciones", y hoy, la producción de bienes por capita se ha multiplicado por cifras astronómicas. Hasta entonces, el mundo apenas crecía, sólo en la medida que aumentaba la población. A partir de entonces, se empezó a creer en el futuro como campo de progreso. 

Pero lo importante es no sólo el crecimiento material, sino el cualitativo: se generan nuevos bienes y con técnicas cada vez más avanzadas, lo que ha significado un progreso inconmensurable en bienestar de todo orden, empezando por el más básico, como la salud y la educación. 

Antes el progreso de las naciones consistía en enriquecerse a costa del vecino. La forma más segura y manejable de riqueza era el oro, ergo el objetivo era que los monarcas acumularan la mayor cantidad posible de oro. No se esperaba que la cantidad de oro global aumentara, por lo que seguramente se lograría empobreciendo a los demás países. El oro permitía financiar ejércitos con los que conquistar nuevos territorios que añadir a la corona, lo que acrecentaba la riqueza de la nación, empezando por el rey. 

Esa mentalidad caduca fue liquidada por Smith, el primer economista en demostrar que la tarta podía crecer indefinidamente. Es más, el crecimiento de uno no era a costa del vecino, al contrario. El crecimiento del beneficio del panadero le impelía a invertir más, mejorar su negocio, lo que aumentaba la oferta de pan. La riqueza no era un bien estanco, sino algo en constante aumento gracias al aumento de la productividad de todos. Como dice Harari, es una de las ideas más revolucionarias de la historia humana.

Bien. Esto puede parecer trivial. Pero me pregunto hasta dónde lo es: no hace falta escudriñar mucho para ver que la nueva ética no ha penetrado totalmente en algunas zonas del mundo. En algunas, como los nuevos tigres asiáticos, ha penetrado de una manera sorprendente, teniendo en cuenta el alejamiento cultural de esos países con el origen geográfico de esa "nueva ética". En cambio, cabe constatar que hay países europeos que parecen blindados contra esos aires, ya añejos, por otra parte. Es más, cabe preguntarse cuántos países continentales han dado el giro definitivo a esa música, que se puede tocar en una gran variación de intrumentos. La verdad es que pocos han sido capaces de ajustar sus propias instituciones y culturas a esa música. Hay paises del norte, como Holanda, que han adecuado y afinado sus instituciones a una economía capitalista. Pero no es de extrañar, porque Holanda era ya un país volcado al capitalismo antes de su independencia de España. En realidad, su guerra de independencia tuvo un contenido, vehículado a través del protestantismo, netamente económico. Detrás de la reivindicación protestante había una de libertad económica. Harari lo cuenta magistralmente:

España. En 1568, los holandeses, que eran principalmente protestantes, se rebelaron contra su amo español y católico. Al principio parecía que los rebeldes representaban el papel de Don Quijote, arremetiendo valientemente contra invencibles molinos de viento. Pero en el plazo de ochenta años, los holandeses no solo obtuvieron su independencia de España, sino que consiguieron sustituir a los españoles y a sus aliados portugueses como dueños de las rutas oceánicas, construir un imperio holandés global y convertirse en el Estado más rico de Europa. El secreto del éxito de los holandeses fue el crédito. Los ciudadanos holandeses, que tenían poca inclinación al combate en tierra, contrataron a ejércitos de mercenarios para que lucharan por ellos contra los españoles. Mientras tanto, los holandeses se hicieron a la mar en flotas cada vez mayores. Los ejércitos de mercenarios y las flotas armadas de cañones cuestan una fortuna, pero los holandeses pudieron financiar sus expediciones militares más fácilmente que el poderoso Imperio español, porque se aseguraron la confianza del naciente sistema financiero europeo en una época en la que el rey de España erosionaba de manera negligente su confianza en él. Los financieros concedieron a los holandeses el crédito suficiente para establecer ejércitos y flotas, y dichos ejércitos y flotas dieron a los holandeses el control de las rutas comerciales mundiales, que a su vez produjeron sustanciosos beneficios. Los beneficios permitieron a los holandeses devolver los préstamos, lo que reforzó la confianza de los financieros. Amsterdam se convirtió rápidamente no solo en uno de los puertos más importantes de Europa, sino también en la meca financiera del continente. 

¿Cómo consiguieron exactamente los holandeses granjearse la confianza del sistema financiero? En primer lugar, fueron escrupulosos a la hora de devolver sus préstamos a tiempo y completos, lo que hizo que la extensión del crédito fuera menos arriesgada para los prestamistas. En segundo lugar, el sistema judicial de su país gozaba de independencia y protegía los derechos privados, en particular los derechos de la propiedad privada. El capital se va paulatinamente de los estados dictatoriales que no defienden a los individuos privados y su propiedad. En cambio, afluye a los estados que hacen cumplir la norma de la ley y de la propiedad privada.

Sin embargo, España no absorbió nada de esa ética, sino al revés: se ensimismó y echó el candado de Trento al progreso económico. De ello se derivó un abismo creciente que nunca se intentó cerrar, salvo con los ilustrados y la constitución de Cádiz, que no cuajó por lo que todos sabemos. La constitución de Cádiz fue hecha en plena guerra contra Napoleón, lo que le confiere un valor especial, pues Napoleón quería "vender" sus guerras como liberadoras frente a la monarquía absoluta. La constitución de Cádiz demuestra que Napoleón era un tirano y que había una "tercera vía". Desgraciadamente, el Borbón la cegó. 

En todo caso, la música del capitalismo se apagó, o se sofocó, y no sólo en España. Francia ha sido siempre un país reacio a la libertad económica individual, y Alemania tres cuartos de lo mismo. Alemania es en realidad un país mercantilista, partidario del atesoramiento, más que de la explotación de los recursos. Atesora una gran riqueza en créditos frente a los demás países de Europa, tan grande que es posible que no llegue a cobrarla en su totalidad. En la imagen, el superávit de balance de pagos en % de PIB,

No es el único ni el mayor. Holanda lo sube a más del 8%.

Resumiendo: la música de Adam Smith se ha quedado a las puertas de Europa. Una de la consecuencias es la actitud acrítica de países como España a la política que nos viene desde el norte. Esa política dicta que los miembros del Euro deben imitar a Alemania, es decir, responder al mercantilismo con mercantilismo. Por eso está tan mal Europa: sus creencias económicas son preAdamistas. 

Y no hay mejor ejemplo que: acabo de ver un programa sobre el ITTP (tratado de libre comercio EEUU Europa), y es desolador. Europa es definitivamente una zona en decadencia que no sabe a donde va ni a dónde quiere ir. Quiere ser u gran potencia economía económica pero sin pasar por la ventanilla de la liberalización. Tiene miedo de monja virgen a los "transgénicos", como si fueran cosa del demonio. Europa huele a cerrado porque se cierra al progreso. Se ha imbuido de que es superior porque es más socialdemócrata que cualquier otro país. Sin embargo, su sistema de bienestar es insostenible. Su población envejece mientras es impotente frente a los refugiados. Los progres le piden que solucione esos problemas en plan progres, es decir, a costa de un erario público aplastado, pero sin subir los impuestos. Mientras, asfixia su propia economía con un IVA que es un absurdo. Sobre todo cuando quieres negociar con un país que no tiene IVA. Todo es un desconcierto de voces que dicen representar los intereses de todos. Nadie manda. No hay jerarquía institucional. En realidad cualquier país, como ha hecho Francia, puede decir NO al ITTP de ant mano; hay elecciones. O Porque le sale del moño. 

¿Para qué esta ficción de que se está negociando un ITTP si al final va a ser NO? Europa quiere entrar en el mundo del futuro sin ceder en sus irrealizables sueños. Mientras, EEUU y Asia se elevarán e irán más o menos de la mano mientras Europa se queda en el infierno. El mundo está cambiando, y no va a eperar a que Europa despierte de su sueño imperial. No se ha enterado que desde el XIX ya no es la primera potencia. Nuestros nietos, incluso nuestros hijos, volverán a ser migrantes. Que no esperen que les acoja una cultura amiga. 

1 comentario:

Aristides dijo...

Hola. Tan bueno es ese libro "Sapiens"?
Mi primo,doctor en medicina,me lo regaló hace unas semanas. Me insistió en que es muy bueno.Tengo el libro haciendo antesala,por decirlo de alguna manera. No por que lo desdeñe. sino porque tengo bastante lectura acumulada.Puesto que insiste usted en que el libro en cuestión merece la pena lo leeré en cuanto pueda.
Un saludo.