"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 5 de julio de 2016

Europa, especie en extinción

Gran artículo de José Ignacio Torreblanca, "Europa, especie en extinción" en el País. Algunos párrafos:

De todas formas, soy escéptico en que haya una salida "endógena". Los líderes europeos, nacionales y de la UE, esa amalgama de voluntades que ocultan en realidad el peso de las naciones fuertes, las acreedoras, sólo están preocupados por vigilar el déficit de los paises como España. Siguen siendo vocacionalmente guardias urbanos deseosos de poner multas. Creen que con multas severas y amenazas conseguirán enderezar la terrible decadencia. 
Europa ha llegado a su techo. No veo posible una unión fiscal más estrecha, una mutua libación de la deuda: creo que antes de eso Alemania rompería Europa. El techo de Europa es los intereses nacionales, inextinguibles. La representación seguirá mientras Alemania pueda gobernar el euro. 
Aun así, me parece imposible que las fuerzas centrípetas venzan alguna vez a la fuerzas centrífugas. Éstas fueron desdeñadas cuando se firmó Maastricht, y sin embargo el "Opting out"  de Gran Bretaña, y la posterior crisis del SME, debería haber servido de advertencia de los invisibles obstáculos al constructivismo eufórico. 
Como dice Bill Mitchell en el primer capítulo de su libro "Distopía" (un excelente recuento de los errores europeos), Europa sólo tiene una salida óptima del atolladero: deshacer ordenadamente el euro, verdadera soga de la economía. Que el euro sea el mayor error, demuestra que no se puede jugar a intercambiar soberanías nacionales como fichas. Que no se reconozca todavía, demuestra lo difícil que va a ser recomponer las averías. 

José Ignacio Torreblanca: 

"La Unión Europea está viviendo un momento 1914: avanza como un sonámbulo hacia el abismo pero, por una mezcla de arrogancia e incompetencia igual a la de aquel entonces, se muestra convencida de que al final todo saldrá bien. Como en aquel fatídico año, los europeos parecen no darse cuenta de que los supuestos bajo los cuales ha venido funcionando el orden del que se ha nutrido el proceso de integración europeo, han dejado de aplicarse, poniendo su existencia en peligro.

En el exterior, el orden internacional sobre el que se ha sustentado el proyecto europeo durante las seis décadas transcurridas desde su puesta en marcha, ha cambiado tan radical y profundamente que ha convertido a la Unión Europea en un ente obsoleto e incapaz de valerse por sí mismo. Criada bajo el paraguas de seguridad estadounidense, a la UE no se le da bien la geopolítica, ni a escala global ni a escala regional, pues desconoce el lenguaje de poder (estatal y militar) que domina las relaciones internacionales en este siglo XXI marcado por el auge de China y la resurgencia de Rusia...

Si Europa quiere sobrevivir políticamente necesita una periferia en paz y una globalización compatible con sus principios y valores. Pero en lugar de crear un anillo de prosperidad y seguridad en su entorno, está presionada por un inmenso arco de inestabilidad que se extiende desde el Ártico hasta Magreb, y que en ausencia de políticas de seguridad interior y exterior comunes, termina permeando sus fronteras y desequilibrando el propio proyecto europeo.

En el interior, las tensiones generadas por los fallos de diseño del euro y la insuficiente y dividida respuesta a la hora de afrontar con eficacia y rapidez una crisis financiera como la que se desencadenó en 2008, ha creado una crisis de legitimidad de muy difícil superación. 

... A la divergencia económica entre norte y sur, centro y periferia, acreedores y deudores, se añade así una mala sangre política en la que los reproches morales acompañan a la percepción de que la integración europea se ha convertido en un juego de suma cero donde todos piensan que están siendo explotados por otros.

No es de extrañar que en una Europa que no crece, no crea empleo y que enfrenta a unos socios con otros en torno a unas políticas de austeridad que unos perciben como abusivas y otros como de todo punto insuficientes, se produzca un auge de fuerzas anti-europeas. Aunque disfrazadas bajo un manto democrático, y pese a su considerable maestría en el marketing político, esas fuerzas no representan otra cosa que la reedición de los viejos nacionalismos que asolaron Europa. Que los problemas que señalan los eurófobos sean reales no convierte sus soluciones (salir de la UE, volver a la moneda nacional, expulsar a los inmigrantes) en acertadas.

Pero es precisamente el negacionismo del establishment europeo y su falta de respuesta lo que da credibilidad a esas soluciones... 

Los líderes europeos no pueden seguir mirando hacia otro lado, aplicando soluciones parciales e insuficientes a los problemas que se apilan encima de la mesa... 

 Es necesario refundar Europa sobre un nuevo pacto que incluya la economía y la seguridad, dentro y fuera de Europa. Porque en ausencia de una salida europea, habrá una salida nacional. La UE es todo lo que tenemos para interponer entre nuestros valores y el caos. Es única, valiosa y frágil. Por eso es una especie amenazada."

José Ignacio Torreblanca es jefe de Opinión en ELPAIS (Op-Ed editor).


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