Por poner en orden las cosas, y siguiendo el sensato argumento de Coppola primero, el referéndum no es vinculante, el Brexit debe ser ratificado por el parlamento mediante una ley, que lógicamente debe venir de una proposición de ley del gobierno.
Segundo, pero no hay gobierno. Cameron ha dimitido, y lo han hecho sus sucesores naturales, los tories que apostaron por el Brexit. O bien estos acuerdan rápidamente quién es el nuevo Premier, o bien, espero que no, hay elecciones, que deberían ser convocadas aunque fuera por un gobierno provisional. El caos puede ser definitivo en un periodo electoral que no sería menor de un mes, mínimo.
(Por cierto, esto solo puede pasar en un país en el que el gobierno domina al parlamento. No creo que en EEUU, donde hay separación de poderes tan clara u efectiva , fuera tan probable. El Parliement es soberano, pero no tanto).
Vacío de poder es lo que peor puede pasar en un país, y más en un país que no suele padecer este tipo de males. El Brexit se originó para recuperar poderes que habían sido secuestrarlos por la UE, y ahora resulta que nadie los quiere.
Esto podría dar lugar a un decisión parlamentaria contra el Brexit, pero Coppola dice que eso sería contraproducente. Puede ser más contraproducente aún este vacío, alimentado además por la estulticia del Banco de Inglaterra, que ha echado gasolina al fuego diciendo que se acercan tiempos de incertidumbre. Bueno, pues gracias a esa declaración, que ahonda la herida, ya hay amenazas de corralitos contra la huida de dinero de fondos de inversión. Si esto se extiende, apaga y vámonos.
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