Entre la larga lista de atractivos que yo veo (yo: los demás no la miréis) en Mireia es, aparte de su belleza, sus piernas interminables, su blonda cabellera y sus ojos abrasadores que no te dejan respirar (por eso es mejor que no la miréis), es ese sentido del humor que se le adivina en este vídeo de la fiesta espontánea que hicieron las chicas que no pudieron ir al desfile oficial.
¡Viva España y las mujeres españolas! Viva esa que no conozco que se desgañita ante la cámara para darle un beso a su madre a 7 mil km de distancia! Olė tus perendengues, guapa, pensar en tu madre cuando estás a punto de competir por una medalla (que sea de oro)! española guapa, sí señor, primero tu madre, que madre sólo hay una, y me la imagino a siete mil km llorando emocionada y feliz viendo ese vídeo. ¡Mi hija! ¿Hay algo más hermoso? ¡Ah, las emociones puras, como la mía con mi Mireia!
Ah, y se me olvidaba: nada como una diosa, lo sé porque entiendo: yo fui nadador cuando las nadadoras eran grandes, feas y con bigote.
Mireia, no me importa si no ganas, serás para mí una diosa.
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