"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 3 de septiembre de 2016

Evolución del liberalismo al antiliberalismo

Como habrán notado, no soy austriaco. Pero durante mucho tiempo fui un fan de Hayek y Mises. Hay algunas cosas que todavía respeto de estos dos. No de Rothbard , que me parece un espanto sacado de Juego de Tronos. Siempre pensé, y discutí con un amigo liberal, que a esta escuela le faltaba una macroeconomía. No la tenía por rechazo de ambos autores a tal concepto. El conjunto era la suma armónica de los individuos, según ellos. 

Yo pensaba que la macroeconomía que faltaba era Friedman, un liberal con una teoría monetaria que cubría el vacío macroeconómico de los Austriacos. 

Lo que me ha hecho cambiar ha sido la crisis. La crisis me ha descubierto que los mercados financieros no se auto regulan, que no son eficientes, que provocan enormes sacudidas, y que la mayoría de las recesiones están mal enfocadas por prescindir de las sacudidas financieras en su análisisis. Creo que sin finanzas no habría más que suaves ciclos, en contra de lo que creen los Nuevos Clásicos, Lucas & al. Los mercados financieros tienen reacciones mucho más rápidas, unisireccionales, e imparables que los mercados de bienes y servicios, cuyos precios relativos son más lentos al masificarse. 

Pero sin finanzas y dinero viviríamos en un mundo de trueque: no hubiéramos llegado a ninguna parte. Las finanzas son ineludibles, pues ponen en contacto el presente con el futuro. Sin finanzas estaríamos estancados. Ahora bien, esa conexión presente-futuro no es segura. Está rodeada de incertidumbre y de errores, y la corrección de esos errores por parte de los individuos no lleva necesariamente a la corrección del conjunto, al revés, puede acentuar los desequilibrios. 

En fin, que no creo ni por un momento que la acción y reaccion individuales sean auto correctoras y acaben bien. Pueden producir un desconcierto enorme, y la caída de piezas fundamentales del sistema capitalista - que creo que hay que defender frente a su contrario, el comunismo o sistema administrado desde arriba - puede ser decisiva. 

Cuando las cosas van normal, porque no hay sacudidas financieras, los predios de los bienes y servicios sirven bastante bien de orientación de las decisiones. Pero esa apariencia de normalidad y equilibrio puede estar ocultando un "Cisne Negro", como en 2008. 2008 demostró que a los mercados financieros hay que regularlos, porque producen riesgos sistemicos que no se ven venir. Hay que evitar en lo posible esos riesgos sistemicos, lo que implica regulación y supervisión: injerencia de una autoridad, lo que va en contra de la Escuela Austriaca y la teoría de la Eficiencia de los Mercados, o EMH. 

En cuanto al dinero, creo que en los pánicos, la gente pierde el sentido del precio de equilibrio, y entonces se hace necesaria una política monetaria a los Friedman, porque la gente busca liquidez como sea, a costa de liquidar malamente activos. Hay que evitar esas ventas frenéticas, esa sed de liquidez, esas subidas astronómicas de los tipos de interés, porque sino todo se puede ir al garete, como casi sucede en 2008. 

2008 es el clásico caso que una vez pasado se cree que ganaron los buenos porque tenían razón. No. Ganaron los buenos -se evitó el colapso total del sistema financiero- porque unos hombres se esforzaron por convencer a los politicos que si no se salvaban los muebles, el mundo podía caer en el marasmo total. En otras palabras, no porque era inevitable, sino por chiripa. Alguien les escuchó y convenció al Congreso en el último momento, cuando los mercados de liquidez estaban secos. 

Quizás fue un error de Paulson dejar caer Lehman Brothers, bajo su visión liberal de que el estado no debe salvar  una entidad llena de pufos, pero pienso que si eso agrandó la crisis ya en marcha, quizás esa ampliación del susto tuvo un efecto ejemplarizante. No lo sé. Con todo, creo que el ejemplo ya ha durado demasiado, y que la post crisis se ha gestionado pésimamente, especialmente en Europa. No se puede exigir que una generación entera pague con la frustración su vida activa cuando hay recursos para evitar tanto coste humano. Y creo que ese coste tiene efectos externos sobre la sociedad enormes, como los tuvo en la crisis de los treinta. Hitler no floreció en una sociedad sana y equilibrada. 

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