"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 3 de enero de 2017

2017: historia y economía

Estupendo artículo de Gabriel Tortella sobre 2017, que puede ser, dice, "el primer año del resto de nuestra vida". Un retrato histórico, comprimido, pero completo, que compara las épocas de internacionalización con las de aislamiento. 2017 es un año que amenaza con esto último. Ni que decir tiene que sería desastroso. Sin embargo las fuerzas están ahí, amenazantes. Son fuerzas que cuando se ponen en marcha son difíciles de parar, si además son alimentadas por el fuego de la provocación, como el terrorismo. Gabriel Tortella es historiador y economista, dos ciencias que deberían ir siempre juntas. Como muestra, destaco los dos últimos párrafos. 

Sin embargo, como a finales del siglo XIX, nos encontramos hoy en presencia de una potente reacción aislacionista que puede poner en peligro los éxitos considerables logrados desde la segunda mitad del siglo XX. Lo más alarmante es que las primeras manifestaciones de esa voluntad de retornar al aislacionismo hayan tenido lugar en los países que más se distinguieron en la reconstrucción de la cooperación internacional: el Reino Unido (Brexit) y Estados Unidos (Trump). Pero en la Europa continental también encontramos muestras de una voluntad de volver al aislamiento con el auge de los partidos de corte nacionalista: el Frente Nacional en Francia, la Alternativa por Alemania, el Partido de la Libertad de Geert Wilders en Holanda y tantos otros de corte populista o separatista, sobre todo en España, pero también en Italia y Grecia (aquí su victoria hace dos años ha puesto al descubierto la profunda vacuidad y demagogia del populismo europeo). 

Esta reacción aislacionista se ha debido en gran parte a dos factores: la Gran Recesión y la profunda incompetencia con que ha sido afrontada por los políticos; y la amenaza islamista, que hace palidecer la amenaza comunista de hace medio siglo: en aquella, al menos, podían percibirse rasgos de racionalidad. Ni el aislacionismo ni el populismo ofrecen soluciones a estos problemas, sino todo lo contrario, son aberraciones emocionales que los agravarían. Por eso los europeos deben recordar que 2017 es el primer año del resto de nuestras vidas y no dejarse llevar por el arrebato ciego. Nos jugamos el futuro.



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