"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 3 de noviembre de 2019

Esos políticos

No todos los políticos son deleznables; los hay honestos, que hablan en nombre propio, y lo hacen bien. Para mí hay tres ejemplos que admiro: Juan Carlos Gistau, Santiago Abascal y, sobre todo, Cayetana Alvarez de Toledo. Siempre que declaran algo intento escucharlos, pues me inspiran confianza. Claro, se podrá decir que están en la oposición, y así es más fácil, se es más libre de cortapisas. Habrá más ejemplos que ahora no recuerdo. ¿Y de la izquierda? No, de la izquierda no, lo siento, me parecen todos unos falsarios; al menos ahora no recuerdo ninguno que me inspire confianza. La mayoría o son marxistas, o simpatizantes del nacionalismo, o ambas cosas, lo cual puede parecer paradójico con el internacionalismo marxista, pero no: para Marx y sus secuaces el fin justifica lo medios, y si para derribar el Estado español hay que aliarse con el demonio, pies se hace, sea en forma de independentismos cerril (que además resuelta ahora que es de izquierdas). Seguramente sea porque en mi vida he pasado de ser de izquierdas a ser directamente conservador, pero eso fipue una lenta evolución que no viene al caso. que de las garras del marxismo me libero la lectura de “La sociedad abierta y sus enemigos”, de Karl Popper, otro que fue marxista de joven, como muchos otros intelectuales a quienes se les cayó el velo dogmático que no les dejaba ver.

"Mi mayor interés es la naturaleza y las ciencias naturales: la cosmología. Desde el momento de mi renuncia al marxismo, en julio de 1919, mi interés por la política y por su teorización quedó reducido únicamente al propio de un ciudadano y de un demócrata. Sin embargo, los crecientes movimientos totalitarios, de derechas y de izquierdas, de los años veinte y comienzo de los treinta y, por último, la toma del poder por Hitler me obligaron a reflexionar sobre el problema de la democracia.A pesar de que mi libro The open society and its enemies (La sociedad abierta y sus enemigos) no mencionaba ni una sola vez las palabras Hitler o nazi fue pensado como mi contribución personal a la guerra contra Hitler. El libro supone una teoría de la democracia y una defensa de la democracia contra los viejos y nuevos ataques de sus enemigos, se publicó en 1945 y desde entonces ha sido constantemente reeditado. Pero el aspecto que personalmente considero el más importante de todos sólo fue comprendido por completo, según me parece, en muy raras ocasiones."

Ah bueno, sí, recuerdo ahora uno de izquierdas que me gusta, Francisco (o Paco) Vázquez, quien fue alcalde de La Coruña y embajador en el Vaticano, y al que hace poco le leí decir que había del devuelto el carnet del PSOE. Como alcaldes hizo una gestión admirable, y como hombre de ideas propias, nunca le he oído ninguna tontería. 
Sospecho que la lista sería más larga si aquí tuviéramos elecciones unipersonales, en las que el valor de cada político pesara más, como en EEUU, Gran Bretaña, o Francia. Aparte de que no tendríamos el carajal de siglas y de mediocres que nos aplastan, con esas listas que hay que votar obligatoriamente, la relación de la gente con su representante sería algo más eficaz. Y seguramente no haría falta duplicidad en la representación ni tener diecisiete autonomías centrífugas, que han adquirido un peso estrambótico, desmesurado, y costoso.
Yo si pudiera votaría a Cayetana AT. O a los otros citados. Como demostraba Popper, las elecciones mayoritarias no tienen más que ventajas sobre las proporcionales, porque es más fácil desplazar al partido corrupto y que desaparezca hasta que se purifique
He aquí lo que decían Sir Karl:

"Como todo el mundo sabe, democracia quiere decir "poder o soberanía del pueblo", en contraposición a aristocracia (poder de los mejores o de los más nobles) y a monarquía (mando de un solo individuo). Pero el significado literal no nos ilumina mucho más. Pues el pueblo no manda en ningún lado: quienes rigen en todas partes son los gobiernos (y, desgraciadamente, también la burocracia, es decir, los funcionarios, y a éstos es muy difícil o incluso imposible exigirles responsabilidades). Encima, Reino Unido, Dinamarca, Noruega y Suecia son monarquías y, al mismo tiempo, muy buenos ejemplos de democracias (con la excepción quizá de Suecia, en donde una burocracia fiscal irresponsable ejerce ahora el poder dictatorial). Todo lo contrario que la República Democrática Alemana (DDR), que se designa a sí misma como democracia, por desgracia injustificadamente.

¿Qué es lo realmente importante, cuál es la cuestión realmente importante?"

"Propiamente, sólo hay dos formas de gobierno: aquellas en las que es posible deshacerse del gobierno sin derramamiento de sangre por medio de una votación y aquellas en las que eso no es possible. Ésa, y no la cuestión de cuál es la designación correcta de esa forma de gobierno, es la cuestión verdaderamente importante. Normalmente a la primera forma se la denomina democracia y a la segunda dictadura o tiranía. Pero en este momento no se trata de debatir palabras (como DDR). Lo decisivo es únicamente la destituibilidad del gobierno sin derramamiento de sangre.

Hay procedimientos distintos para llevar a cabo esa destituibilidad. El procedimiento mejor es el de la votación: unas nuevas elecciones o un voto de censura en un parlamento elegido democráticamente pueden derribar a un gobierno. Eso es lo realmente importante.

Es, por consiguiente, falso poner el énfasis (tal y como se hizo desde Platón hasta Marx, y como se ha seguido haciendo posteriormente) sobre la pregunta: "¿Quién debe gobernar? ¿El pueblo (la plebe) o los mejores? ¿Los (bondadosos) trabajadores o los (malvados) capitalistas? ¿La mayoría o la minoría? ¿El partido de izquierdas, el partido de derechas o el partido de centro?". Todas esas preguntas están planteadas de una forma equivocada. Pues, mientras sea posible deshacerse del gobierno sin derramamiento de sangre, la cuestión realmente importante no es quién gobierna. Todo gobierno derribable estará muy fuertemente interesado en comportarse de tal forma que la gente esté contenta con él. Y ese interés desaparece en el momento en el que el gobierno sabe que no es tan fácil deshacerse de él."

Efecitivamente, debemos pensar la democracia como un instrumento para desembarazarse de políticos indeseables sin derramamiento de sangre, como sucedía antes muy a menudo, lo cual solía traer más inestabilidad y violencia. 
Es decir, la democracia no es perfecta,más, y no debemos esperar de ella cosas que no puede dar. Ni se pue divide la sociedad en demócratas  fascistas, así sin más. Los pueblos prácticos, como los antes citados, no dejan de tenerla sacralizada, pero si eso es útil para que cumpla su función...

4 comentarios:

Antonio dijo...

Muy interesante Miguel, siempre es un placer leer a Popper. Qué duda cabe que vivir en un régimen verdaderamente democrático y liberal es una bendición, y seguramente eso sólo lo puede apreciar alguien que haya vivido en dictadura o que venga de un régimen más autoritario. Pero, a mi juicio, la crisis de identidad que estamos viviendo en España, y en otros países europeos también, aunque de forma más moderada o larvada, no se debe tanto al sistema de gobierno: Cataluña y el País Vasco tienen unos autogobiernos con los que regiones de muchos otros países supuesta o indiscutiblemente democráticos ni siquiera pueden soñar, y aun así muchos en esas regiones no están contentos porque su fin último y único es la independencia. Por eso, cada vez estoy más convencido de que una democracia solo puede funcionar si el pueblo se ve a sí mismo como un solo ente nacional, si no, antes o después aparecerán los tribalismos, las rencillas y las desuniones. Ya lo dijo de Gaulle: "Le nationalisme c'est la guerre".
El problema en España es que siempre hemos sido profundamente tribales, seguramente por nuestra geografía, tan montañosa, que favorece el aislamiento de unas zonas con respecto a otras, y también por la relativa debilidad que siempre tuvieron las cortes reales, que no tuvieron más remedio que apoyarse en fueros, privilegios, órdenes militares y demás porque rara vez pudieron ejercer su poder con la contundencia necesaria. Situación que los Borbones pretendieron modificar, con su mentalidad mucho más centralista, propia de un estado mucho más potente. Y tuvieron cierto éxito, porque la España moderna, en mi opinión, nace con ellos, aunque probablemente ya era tarde para enmendar ciertos problemas... Y es que en España, aún muchos se enorgullecen de sus añejos fueros medievales como símbolo de su abolengo democrático y patrio, confundiendo la verdadera democracia moderna, de iguales derechos para sus ciudadanos, con privilegios otorgados por reyes débiles con necesidad de consolidar sus reinos...
En España, sencillamente seguimos teniendo una mentalidad tribal y medieval, extremista, infantil, con incapacidad de ver el todo antes que las partes... De hecho, a mí me resulta muy patético, pero también muy gracioso, cómo los separatistas usan el argumento de la democracia como arma arrojadiza, como unos niños en el patio del colegio que acabaran de encontrar un juguete nuevo que no saben ni cómo usar más allá de emplearlo como una porra...
Saludos Miguel y gracias de nuevo por tu blog, como siempre.

Antonio de Badajoz

Pablo dijo...
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www.MiguelNavascues.com dijo...

Gracias, Antonio, un magnífico comentario.
A ver que dice el link de Pablo...

Pablo dijo...
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