Bueno, supongamos que sea así, que los maridos violamos, aunque no lo sepamos, a nuestras mujeres, y que ellas NO quieren ser penetradas, pero se dejan por razones ¿de interés económico?
Ah, pero me digo, y las relaciones entre dos lesbianas no pueden dar lugar a algo similar, que llamaríamos “matriarcado”? No, me contestarían, porque no hay penetración. ¿Qué no hay penetración? Eso lo dudo. Hay juguetitos para hacer las más sofisticadas penetraciones, de hembra a hembra, y a parte de eso siempre habría una de ellas más dominante que la otra. ¿O debo decir dominanta?
Que esta tipeja haya llegado a un cargo con un sueldo de lujo sin saber expresarse es para llorar, aparte de que me ha obligado a hablar en una cerizonja que me da asco.
En todo caso, lo más sorprendente es las prisas que se han dado en manifestar un oceánica incultura y sus ganas locas de modelarnos a todos según su aberración. No han podido aguantar ni 24 horas. Por todos los dioses, ¡que ansiedad!
Vean el vídeo de B. Gimeno. No se lo pierdan.
1 comentario:
No tienen argumentos; esto es una guerra y más vale que espabilemos.
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