"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Cuando la primera ola del Covid remitió, Sánchez & co nos dio su bendición y nos anunció que habíamos “vuelto” a la “nueva” normalidad. ¿Vuelto, nueva? en fin, que habíamos atravesado el desierto, había sido duro, pero podíamos irnos de vacaciones. Fue lo primero que hizo, por cierto, antes que nadie. Las cosas no salieron como se esperaba, la pandemia volvió y la nueva normalidad se embarró. Nos echó  la culpa, como Moises al bajar de Sinaï a los judíos, pero culpa o no, la pandemia alcanzó cotas de alarma superiores incluso a la primera oleada. 
Y aquí estamos, volviendo a tomar medidas que lo único seguro es que desbarrarán la economía todavía más. He leído en alguna parte que cuando esto se acabe, habremos retrocedido 30 años. No se trata de volver al nivel de PIB y empleo de antes de, eso sería simplemente una esperanza... retrasada. Se trata de volver a donde hubiéramos estado sin la pandemia. 
Ad calendas griegas.  
No esperemos que las esperanzas que nos venden con la vacuna lleguen antes de 2022, Bill Gates dixit. ¿Por cierto, cómo se llamará esa nueva normalidad? Nueva-nueva? 
De momento hemos de conformarnos en asistir cómo van quebrándonos empresas, como el poder público facilita créditos para que las pymes puedan pagar impuestos antes de quebrar, manera muy sutil de encanallar el ambiente, porque no han perdonado, si acaso atrasado, el cobro de impuestos. 
(Ahí tienen una diferencia entre la política de EEUU y España. Pese a ello, la deuda española avanza a toda vela.)
A final de año veremos llanto y crujir de dientes (caray, qué bíblico estoy). Pero no será más que una etapa más hacia el desescalabro. 
Nos mienten todos los días. El rebote del PIB del tercer trimestre es mentira. El paro oculta entre los ocupados los ERTES y los inactivos, que si se pusieran en su sitio, el paro llegaría al 22%. Fácil que a final de año llegue al 25%. Pero no será ese su límite. 
Mientras, no veo esperanzas de unas elecciones que nos quiten estas garrapatas que gobiernan con terroristas y separatistas. Me tomo muy en serio la amenaza de Pablo Iglesias a la derecha: “Uds no volverán a gobernar jamás”. No es una predicción, es reconocer que hay una estrategia y está bien pensada. 

9 comentarios:

Pablo dijo...

Nos ha llegado el peronismo sin darnos cuenta. Tanto mirar para Venezuela...

Miguel Navascués dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel Navascués dijo...

Yo no lo llamaría peronismo, que lleva muchas décadas presente en Argentina. Peronismo es consustancial a ese país, es como un pulpo que extiende sus tentáculos en el alma guacha. Lo que tenemos lo veo más bien orientado a un golpe bolivariano, como lo describe el autor en la novela que recomendé “dos espías en Caracas. Un golpe que se ha impuesto sobre la país, pero que no representa al país. En fin, que veo diferencias entre el peronismo proteico y arraigado, y el bolivarianismo.

Miguel Navascués dijo...

Alma gaucha....

Pablo dijo...

En el informativo de las 3 he escuchado a Óscar Matute de EH Bildu decir en el debate de los presupuestos que "Hoy no acaba nada, hoy recién empieza todo", así tal cual. Todavía tengo el vello de punta.

xxavier dijo...

Con Bildu sucede algo similar a lo que pasa con Podemos. Son ambos partidos nefastos, con gente muy poco recomendable en sus filas, pero tienen un importante respaldo ciudadano, y en lo que respecta a Bildu, han pasado ya varios años desde que la ETA dejó de matar, y ya se sabe que las cosas, a medida que pasa el tiempo, van dejando de ser ciertas...

No queda sino adaptarse, y esperar que esos partidos no lleguen a tener demasiado poder.

Pablo dijo...

Sobre el peronismo, si no me equivoco es una mezcla de corrupción, populismo y clientelismo. De esos tres ingredientes tenemos aquí (al menos en la España rural) para dar y regalar.

Miguel Navascués dijo...

“pero tienen un importante respaldo ciudadano”. Si, Hitler tuvo lo mismo, un amplio apoyo ciudadano, que llegó a ser del 99%.

xxavier dijo...

Es el respaldo ciudadano, o –en general– el consenso mayoritario lo que establece qué es bueno y qué es malo. Nada menos...

Claro que Hitler tuvo un apoyo ciudadano aplastante. Que ahora se le considere como 'malo' y no como un prócer de la humanidad se debe, exclusivamente, a que ese apoyo aplastante se limitaba a Alemania, y Alemania perdió la guerra.
Y perdió la guerra porque, en términos planetarios, sus enemigos tuvieron un mayor apoyo popular...