"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 19 de junio de 2022

Bitcoin y liquidez

La craquelación de Bitcoin y sus hijos putativos ha demostrado que estas criaturas no son líquidas. Ergo, nunca serán un refugio cuando en el pánico la gente busca liquidez, al contrario. Los problemas que ha habido son que los que tenían Bitcoins querían dólares y tenían Bitcoin, que vendían como locos ante la incertidumbre, muchas veces sin resultados.
Mientras haya un banco central confiable, como la FED, en situaciones extremas la gente pedirá moneda Fiat emitida por él. Y con ese dinero Fiat comprará cualquier activo que suba, o ninguno, si todos caen. Entonces todo el mundo querrá liquidez Fiat, y la demanda de liquidez serán infinita si el banco central no garantiza emisiones infinitas de liquidez. 
La demanda de liquidez puede ser estable un tiempo (lo que a Friedman le llevaba a abusar de esto para decir que la velocidad de circulación del dinero era estable, entonces bastaba con que la oferta monetaria sea estable para una inflación estable. Los BC debían estabilizar la oferta monetaria. No funciono porque la oferta monetaria tampoco era estable).
Pero la Velocidad de circulación no es estable, porque la demanda de Atesoramiento del público no lo es. Keynes, que sin duda fue el primer monetarista, estableció que el dinero Fiat era un activo, el activo más líquido, y ese era su valor, ya que su rentabilidad era cero. Su valor era que el BC podía emitirlo fácilmente a tipo de interés cero, podía financiar al Estado sin límite, y podía combatir la inflación y la deflación. 
Los inversores en cartera siempre estructuraban ésta de mayor a menor liquidez, dedicando un porcentaje a la liquidez variable, según las expectativas. Pero Keynes introdujo la Incertidumbre, que por definición representa riesgos impensados o no estimables en términos de probabilidad, una zona oscura a la que no se le podía asignar una probabilidad y un valor. 
En caso de incertidumbre generalizada, la gente volcaba su demanda en liquidez, y si el banco central arrastraba los pies para sustituir esa iliquidez, vendría la deflación y la depresión. 
La Deflación  quiere decir que cada año el dinero líquido vale más, pues cada vez es mayor su poder adquisitivo. Esto retrae el consumo en el tiempo, pues siempre se puede esperar que los bienes desciendan de precio.
Si la deflación de precios es de un 5% anual, esa es la rentabilidad del dinero líquido. Mayor seguramente que el tipo de interés de la deuda, otro efecto de la deflación. Imaginen en la Gran Depresión, cuando la deflación era del 20% o más. Así que es muy difícil luchar por que la gente deje de retener dinero Fiat, pues tiene una rentabilidad no desdeñable. Véase la deflación de Japón desde hace décadas. La deflación en % era mayor que el tipo de interés.
La Demanda de Liquidez es una variable crucial.
La demanda de Bitcoin no tiene nada que ver. Es un activo altamente especulativo, por lo que jamas será demandado como dinero. Lo perverso del Bitcoin es que se ha querido jugar a que es un nuevo dinero con la ventaja de que los gobiernos no pueden controlarlo, y esto le convierte en un ser adorado por los libertarios opuestos al dinero Fiat.  Pero ellos no pueden controlar la especulación extrema a que se ve sometido. El riesgo de una moneda Fiat es político: que llegue un gobierno populista y se desate una hiperinflación por exceso de emisión. Pero es una locura querer corregir eso sustituyendo el banco central por el Bitcoin. Véase El Salvador.
Ahora los bancos centrales se encuentran con una tesitura similar a la de los años setenta, una inflación provocada por La materias primas. El problema ante esto es que mientras sigan subiendo las MP será muy difícil parar la inflación sin un gran coste para la economía real, porque nadie está dispuesto a aceptar perder los precios “antiguos” de la gasolina, la electricidad, los alimentos... falta poco para que asistamos a grandes movimientos de huelgas y concentraciones que pondrán las cosas peor, subiendo más los precios ante la escasez añadida. Por eso la FED a optado por ponerse duro ante la inflación.

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