Esto tiene un enorme gravedad para nuestro futuro. El anémico crecimiento del PIB per capita denota una muy baja productividad del trabajo. La enorme tasa de paro quiere decir que no se emplea el recurso más importante, y por ende el PIB es mucho más bajo que el potencial.
Esto no es un problema coyuntural que vaya a disolverse en unos trimestres. Es un problema estructural que condiciona el potencial del PIB futuro. Esto, a su vez, implica que en ese futuro la renta (o PIB) será regularmente inferior a la óptima para hacer frente al problema futuro de la deuda. Porque el problema de la deuda no se resuelve solo con parar el endeudamiento desbocado: es más, a largo plazo la mejor solución es crecer sólidamente y en capacidad de renta para cumplir con los plazos de devolución e intereses, de manera que la ratio Deuda/PIB decrezca.
Esto es aún más grave: en el artículo anterior yo hablaba sólo de la deuda presente, cifrada en 141,9% del PIB. Pero es que hay, aparte de otras partidas escondidas allí y allá (ejemplo: la deuda de las empresas públicas), unos pasivos futuros que son los crecientes déficits de la Sanidad y de Pensiones, con un gasto desmadrado y cada vez más necesario políticamente para retener los votos cautivos de los interesados, inconscientes de la insostenibilidad para sus hijos y aún sus nietos. Esto garantiza dos alternativas: o un tajo brutal en el gasto de estas partidas, o una quiebra del país… con el inevitable recorte, no menos brutal, exigido por los acreedores.
No es el único país en estas condiciones, con un futuro oscuro en sus rentas pasivas y funcionariales, que habrán de ser segadas tarde o temprano. Pero España está empeñada en llevar el liderazgo hacia el tortazo.
3 comentarios:
Solo espero que el tortazo nos lo llevemos con la izquierda en el gobierno, a ser posible encabezado por Pedro l el Generoso. Que al menos a ellos se les haga responsables y no se vayan de rositas.
Exactamente
Es lo menos malo
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