"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 21 de marzo de 2025

Un canon de belleza

Este texto es totalmente subjetivo, de aficionado, por lo tanto no imparte doctrina. Mi punto de partida es la impresión, que no me puedo despegar, de que vivimos un mundo muy feo, inmerso en una fealdad que es además cultivada y glorificada. Diríase que la gente joven ha decidido quitarse el cinturón y meterse entre pecho y espalda todo, y más, de lo que cabe. Ahí están lo/as influencers, que imperan sobre los gustos, pues mucho/as tienen millones de seguidores. Son seguidores que hay que trabajarse todos los días, pues hay mucha competencia. Es un mercado nuevo donde los que mandan imponen lo que deben vestir, comer, pensar, etc. sus cientos o miles de millones de fieles en el mundo. Hay que entrar en las redes sociales para ver lo que se eso. 
¿Y esto/as influencers recomiendan cosas de buen gusto, bellas, o algo así? Pues no, porque la belleza simple ya no cotiza. Y no cotiza desde hace más de un siglo. 
A principios del siglo XX, más o menos, empezó el derribo de la belleza. Llevávamos entonces muchos siglos en Occidente de coronación y triunfo de la belleza, indisputable triunfo por aclamación de todos, el pueblo llano y las clerecías, que eran los que entonces ejercían la influencia bajo la toga. Efectivamente, religión y belleza fueron muchos siglos de la mano, aunque en algunos casos se podía caer en la idolatría si el alma de un contemplador de una belleza se dejaba dominar. Pero en eso consistía el juego del libre albedrío, libertad para pecar o no pecar, y en ese caso obtener el perdón De Dios. La belleza en sí no era vilipendiada por nadie salvo algunos espíritus satánicos. 
Todo empezó en Grecia. Grecia sí que fue “La oficina del buen gusto” - que es como llamaba Unamuno a Francia -. Grecia inventó un canon de belleza perfecto, porque “caía por su propio peso”. Cualquiera que haya visto una estatua griega sabe a qué me refiero. 
Además fue un canon potente, que fue absorbido por Roma, y luego por la Iglesia católica, gran propagadora de la Fe íntimamente unida a la Belleza. la Belleza es buena porque reina junto a Dios en el reino de los cielos. ¿Y qué representaban esas grandiosas catedrales góticas si no era la belleza que nos espera en los cielos?
Después del Renacimiento se podía sospechar la caída del canon greco-latino. Pues no, todo lo contrario: como decía Josep Pla, era increíble que ibas a cualquier país occidental, incluido EEUU, y los edificios simbólicos, memorialistas, todos tenía un frontispicio greco-latino, con más o menos variantes que no empañaban la sacralidad del mito: del mito de la civilización greco-latina, sea en Suecia, Francia, Inglaterra o Washington en cualquiera de sus estados. Se consideraba no serio edificar con otro estilo. Recuerden las casas de los sudistas, en medio de un campo de algodón. 
Eso era el canon; por cierto, sospecho que no ha dejado de gustar; lo que pasa es que ahora, desde que se inició la modernidad, los rectores de ese canon sienten vergüenza de ese canon, les da miedo que les tomen por… ¿reaccionarios? En algún momento de la historia, se decidió que la belleza había que envilecerla, que no fuera fácil, no asequible a todo el mundo. Había que subir la cotización pagada por los ricos, y Lara eso nada mejor que “individualizarlo con un nombre del autor consagrado, de tal manera que valga más la firma que “la obra en sí”. (Curioso que se hiciera en nombre de la divulgación.)
De esta manera, por un complejo de conservadurismo, unido a la revalorización del objeto (por ende, siendo desde momento una inversión), la belleza, entre unos y otros,  se ha tirado a la basura. El genio creador de esta corriente (de todo vale menos la belleza genuina), ahora absolutista, que se ha impuesto en el mundo - apuntalada además por la llegada de la subvención pública, que es radioactiva mente letal para la belleza más sencilla -, es cómo no, el español Picasso, quien por cierto, se forró inmensamente. Picasso rompió la fina capa de hielo que quedaba protegiendo a la belleza. Ahora, si quieres recuperarla hay que ir a sitios de de todavía se encuentra. Yo recuerdo el cementerio de Paris Le Père Lachaise, donde encuentras cosas maravillosas e inesperadas. 
No tengo ninguna teoría sobre la belleza. Los Manuales de estética me aburren. Lo que sé es fragmentario, intuitivo, subjetivo. Por ejemplo, que Albert Camus decía en “Le premier Homme” , que lo que redime al hombre es “la incesante búsqueda de la belleza”. Camus tenía estas salidas así. Esto ahora sería herético. El mundo de hoy es feo.  

5 comentarios:

Pablo dijo...

Hombre, Picasso hizo un gran descubrimiento, que cuanto más feo y absurdo era lo que pintaba más mérito tendria para los presuntos enterados (ociosos con mucho dinero y deseo de reconocimiento social) encontrar allí algo sublime (luego más dinero valdria). Los snobs hicieron la vanguardia. Picasso se limitó a aprovecharse.

www.MiguelNavascues.com dijo...

!!!!

Pablo dijo...

Que canon de belleza va a haber, si esto es ya una pocilga?
https://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/diques-tajo-inunde-hospital-page-maniobra-trasvasar-20250321153323-nt.html

www.MiguelNavascues.com dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
www.MiguelNavascues.com dijo...

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