Encima hacen orgullo de este comportamiento corrupto, alardean de sus fechorías, mientras amasan a manos llenas. Hasta la señora del presidente intervino en el rescate con dinero público de una empresa en quiebra.
De escándalo en escándalo, han agigantado su figura chulesca de perdonavidas que hace el favor de no verte, ya que pagas los impuestos que se van a meter en los bolsillos.
Para mí la cosa empezó a girar al negro más absoluto en la triste DANA de Valencia, cuando dijo aquella famosa frase de pura chulería barriobajera : “si quieren ayudas, que lo pidan”. Fue la dejación de funciones más escandalosa de la historia, y nadie o casi nadie ha hecho el menor fruncimiento de cejas, cuando no el equipo de opinión sincronizada se ha lanzado a ladrar a los que osaban preguntar algo.
Entre fallos y descalabros de los servicios públicos, llegó el apagón, un hecho tercermundista que hasta ahora sólo se ha molestado en sofocar todas las suposiciones que les podían perjudicar. Podían afectar a su línea oficial de lucha por el cambio climático, por la que querían ser el primer país en tener el 100% de la oferta energética renovable, lo que no es posible porque generaría apagones sin cuento un día sí y otro también.
Soy de esos pragmáticos realistas que desdeña juzgar a los políticos por razones éticas que cada uno se monta en su chola discutiendo con su cuñado en las cenas familiares. Hay que juzgar por las consecuencias de los actos, mucho más objetivo y efectivo. Es verdad que este gobierno ha llegado a un nivel moral bajísimo, pero no veo ninguna utilidad en centrarse en este aspecto; además, a sus huestes de sobornados y alocados no les molesta eso.
Lo más inquietante es la herencia de Sánchez. Herencia en deuda, herencia en gasto desenfrenado, en ausencia, desde la pandemia, de inversiones, fuentes de la productividad. Esta es la razón del estancamiento de los salarios, mientras que el crecimiento se debe al desenfreno del gasto público (en el cual hay que computar las infladas pensiones, que son las que más pagan impuestos por eso mismo).
Esta herencia nos puede dejar a los pies de los caballos de un default, lo que hará una pesadilla del regreso a la normalidad después de una purga draconiana. Serán largos años de desequilibrios sociales.
Y no menos importante es el camino recorrido, en dirección firme, al fallecimiento de la nación, gracias al señor Illa, supuestamente no independentista, pero colaboracionista, como siempre lo ha sido el PSC, de los enemigos de España. Todo esto con el apoyo incondicional de los palmeros entregados a su sueldo de fondo de reptiles.
2 comentarios:
Y el tema de la vivienda. Esto será la némesis de este gobierno. 33 años del salario modal en España para pagar un piso normalito de 90 metros en Madrid. Eso ya es un lujo como tener un Lamborghini.
Y las pensiones serán la némesis de la democracia española.
Aí, casi seguro
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