Por eso me llevé una sorpresa mayúscula cuando Masiel ganó por España la primera vez; aunque no lo ví - estaba cumpliendo con mi sagrada obligación de jumentud, de dar la brasa a una chica con minifalda -… Y al año volvió a ganar empatada con England, o sea, United Kindom, madre patria de los Beatles, que esos sí que eran auténticos y arrasaban. Es claro no iban a Eurovisión porque esa mugre les hubiera mermado fans…
Luego, poco a poco, las generaciones cambiaron, me desentendí, y a la vejez madura me enteré que Eurovisión era cosa de mariquitas. Me enteré por un compañero de trabajo, que había estado en todos los certámenes y se pirraba por el tema. Mayor desenganche no podía yo alcanzar, hasta al punto de no ver ni los resúmenes… hasta un año que ganó una austriaca con barba, ¡eso sí que chocaba!
Ayer, como siempre, España hizo el ridículo más espantoso insertando un cartel contra el “genocidio” de Israel. Automáticamente recibió una reprimenda y se jugó la suerte de su estrella, una tal Melody (nombre muy original, por cierto). España lleva ya ni sé cuántos fracasos, me da pereza contarlos. No sé por qué, me regocijo.
En cuanto a la politización del festival: ¡pues también me regocijo!
2 comentarios:
Voto popular de España; Israel y Ucrania en primer y segundo lugar respectivamente.
La gente votó para joder al Gobierno central.
En las próximas elecciones gobernará Feijóo con Vox.
A ver si es verdad
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