"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 22 de enero de 2025

Fallecimiento del excepcional régimen europeo de libertades

En “El Confidencial” del viernes pasado, podemos leer:

La cuenta atrás para la investidura de Donald Trump se está viviendo como un auténtico psicodrama en las capitales europeas. Excepto Giorgia Meloni, a la ceremonia no han sido invitados los principales líderes del continente, —tampoco es la tradición hacerlo— pero sí Javier Milei, Xi Jinping, el británico Nigel Farage, el francés Éric Zemmour, el belga Tom Van Grieken, el polaco Mateusz Morawiecki o el español Santiago Abascal. En Washington se va a escenificar el lunes el entierro del orden liberal tal y como lo hemos conocido, pero también la soledad y angustia a la que está abocada la Unión Europea. El European Council on Foreign Relations (ECFR), uno de los think tank estrella de ese viejo mundo en retirada, presentó esta semana un sondeo global en el que se intentan plasmar los humores sociales de once países europeos y trece potencias mundiales. 

No es una impresión nueva. Es el último clavo en el ataúd de la presencia internacional de Europa, ese orgulloso paquebote, con ínfulas de buque, botado en 1945 con la bendición y ayuda del único vencedor de la segunda WW. Pues EEUU fue el ganador de esa guerra de la que salió sin un rasguño y económicamente boyante, pese a sus deudas inevitables. Esta opulencia económica se invirtió sabiamente en recuperar a un Europa devastada, perdedora de facto, si bien EEUU se preocupó muy mucho de reflotarla físicamente (plan Marshall, 1948) y sobre todo en su herido orgullo. Necesitaba una Francia fuerte como centro político en torno al cual se formara una fuerza, inexistente entonces, que hiciera frente a la amenaza soviética, que ya se había apropiado de sus países satélites. La reconstrucción económica era muy importante, empezando por Alemania, país invasor derrotado, con el enemigo a las puertas en la vanguardia de de Alemania del Este, punta de lanza amenazadora de las intenciones soviéticas. 
La reconstrucción política no fue menos brillante. Cuando acabó la guerra, no casualmente, los partidos más fuertes en Europa occidental eran los comunistas, todos bajo la disciplina de Moscú, que tenía un efectivo ejército de propaganda con numerosos agentes en todos sus antiguos aliados, incluido EEUU. Era una propaganda eficaz porque no se dirigía a pregonar las bondades del comunismo, sino al camino más sutil de desprestigiar y agigantar todos los fallos, presentarlos a la luz de sus propias reglas morales. El ejemplo más conspicuo fue el caso “Saco y Vanzetti”, un vulgar crimen de dos italianos ilegales que atracaron una tienda y asesinaron al dueño. Apenas fue comentado en la prensa, hasta que los agentes en la URSS vieron que sacándole punta podían armar un escándalo… y es lo que hicieron. Les buscaron a los victimarios un abogado de esos de causas perdidas, especialista en agigantar la compasión por dos asesinos indefensos ante la voracidad de la justicia americana, nada democrática, vengativa con los más desfavorecidos. Consiguió ocupar la primera plana, como en tantas películas de Hollywood que hemos visto. Convirtió a Saco y Vanzzeti en héroes indefensos dignos de un juicio justo. 
Pero al Comitern soviético lo que menos le interesaba era salvarlos, al revés. Dejó que los condenaran a muerte: mejor dos mártires para siempre que dos héroes en unas semanas caídos en el olvido. Y así fue como la sociedad americana se dividió entre buenos y malos, con al gran apoyo de Hollywood, donde ya se habían infiltrado muchos simpatizantes de una causa que no era pro comunista, sino contra el podrido capitalismo y la “farsa” de la justicia democrática. Eso minoría fue creciendo, expandiéndose, y llegó a convertirse, tras pasar por muchos disfraces, en el movimiento actual Woke
Es claro que la caída del Muro de Berlín no fue un freno a esa dinámica negacionista que acabó infiltrando todas las instituciones, hasta La Casa Blanca. El “renacimiento” liberal de los años 80, propiciado por Reagan y Thatcher, duró veinte años que hicieron creer que “la historia se había acabado”, pero con el amargo despertar de la Gran Recesión (Gran Crisis, en realidad) en 2008 se desvaneció ese sueño de Paz y Prosperidad eternas. La Nueva Rusia democrática se bajó de ese tren y regresó a sus posiciones de partida eslavófilas. En los momentos críticos Rusia le ha dado la espalda a occidente, aunque en las dos guerras mundiales fuera nuestro aliado. Lenin aprovechó la primera para hacer su Revolución, Stalin rompió con y se enfrentó a sus aliados frente a Hiler. Putin se apoderó de Rusia gracias al caos desatado por el intento de atraerla hacia Occidente cuando la caída del muro de Berlín.
Esta simplificación excesiva (pues no habla de eventos cruciales, como Cuba, la crisis de los misiles, Vietnam, etc.), pretende constatar la sospecha, o conjetura, de que el gran Buque europeo no había avanzado más que bajo la sombre protectora de USA, gran proveedor de la Seguridad (es verdad que con la contribución no desdeñable de Gran Bretaña), y por ende financiador indirecto del famoso Estado de Bienestar que los americanos no se podían permitir. Porque hay una evidencia clara: mientras EEUUA ha mantenido voluntariamente la seguridad de Europa, lo ha logrado con una ínfima presión fiscal inferior al 30%, mientras Europa se gastaba un 40% (y mucho más) de su renta en el bendito estado de bienestar. Pero es que en aquellos lares apostaron con naturalidad por la eficiencia, y en Europa, en cambio, por el dispendio, bajo la ilusión del todo es gratis, de amargo despertar actual. 
Todo este aire de fiesta se ha acabado. Los nuevos mandatarios de USA son conscientes de este gratis total a sus espaldas, y Europa es consciente de que ha sido un parque temático y que sus consignas tardías no tendrán ningún efecto. Llegan nuevas banderas políticas, y no se sabe bien como se articularán con el Nuevo Orden. Nuevo Orden que todavía no está pergeñado, a la espera que el duelo USA-China se defina (Iran ha perdido la guerra contra Israel, y por lo tanto Rusia). Europa estará entre esas dos aguas, pero lo que es casi seguro es que su crisis es de largo plazo. Su demografía es decadente, su productividad languideciendo, y su renta per capita menguante, mientras EEUU es obscenamente rica en esos tres frentes, algo que China no puede decir… (ver https://marcusnunes.substack.com/p/who-has-the-better-prospects). 
Ni por supuesto Europa. Entonces es una ilusión que Europa, en los próximos años, de una vuelta completa y se ponga a construir un sistema defensivo autónomo a costa, sí o sí, de su Estado de Bienestar catatónico. Se vislumbra un futuro nebuloso, muy incierto, salvo que el viejo Orden a muerto. 
CODA: en el Mundo, hoy. El siglo XX se ha terminado. Exactamente lo que he dicho:



Jason Steinhauer





martes, 21 de enero de 2025

 Los crímenes del glacial es espectacular.







 Pido perdón a los lectores. No consigo entrar en mi propio blog, y no sé la razón. Y eso que pagué un montón de pasta para estar a salvo de jaqueos. 

Tengo una aplicación en la que escribo que, de momento, funciona. Lo que no puedo hacer es poner comentarios. A ver si un Hada madrina saca la varita mágica…

sábado, 18 de enero de 2025

Gráficos

Tres gráficos comparativos China-EEUU de población, productividad y crecimiento. No van tan bien los chinos, bueno, van de culo…

Recomendaciones sobre el post anterior

Los siguientes, que son los primeros , se dejan leer. Los posteriores no valen la pena.
 







El deseado

Con el paso del tiempo - esa enfermedad silenciosa y letal, que diría Borges -, ya me siento demasiado perezoso para viajar por el mundo a sitios remotos, con los que me conformo soñar. Parece una actitud poco vital, sí; pero con todo, desde la comodidad de mi sillón no me he privado de conocer sitios fantásticos, de los que no tenía idea de su existencia. 
Uno de ellos, al que me he prometido ir en mi segunda vida, es la misteriosa y recóndita Patagonia argentina, un lugar entre el ser de La Argentina habitual y la grandiosa nada de Polo Sur. 

Lo he conocido por las primeras novelas de Cristiano Perfumo, que transcurren en la Patagonia - además de una de sus obras, “Los crímenes de glacial” que nos invita visionar las fascinante zona sur del país donde están los gigantescos glaciales próximos al la Antártida -.

Sí: es así, en Argentina hay sitios como La Ciudad de la Plata

Iguazú, Buenos Aires, La Pampa, La Patagonia y los glaciales. Un ensueño de bellezas, naturales o arquitectónicas increíblemente diversos. Iguazú es bien conocido. (No tengo ni idea si, por ejemplo, La ciudad de la Plata está suficientemente promocionada para el turismo, pero les recomiendo que lean sobre su fascinante historia, fundada tan reciente como en 1882.)
Supongo que a muchos la Patagonia no les resultaría especialmente bella, pero es que no la han visitado como yo lo he hecho, desde el confort de mi salón. Lean a Cristiano Perfumo y encontrarán la fascinación de una “Tierra baldía”, casi deshabitada, salvo por auténticos colonos separados por cientos de km, donde se caza y se come el guanaco, y se cultivan alimentos que fatalmente acaban quemando el polvo y la sequía, que poco a poco acaban con todo lo que sea verde. Vivir allí es casi sobrehumano; lo sería desde luego si no fuera por la joya que se encuentra en la costa atlántica - costa bravía, peligrosa para los navíos -: un puerto llamado, no casualmente, Puerto Deseado, o brevemente Deseado, que fue un puerto de corsarios ingleses que querían robar a la corona española aquellas tierras. Una de las naves inglesas que arribaron allí se llamaba “Desirée”, que da una explicación al nombre del puerto, aunque pienso que el refugio encontrado por las sucesivas expediciones, la primera por Magallanes (dando la vuelta al mundo), después de luchar con una tormenta bravía, justifica tan hermoso nombre. 
El Deseado es la luz de la normalidad civilizada en esa Patagonia extraña, pero fascinante. Una Patagonia cruzada por un viento cargado de tierra, donde apenas florece nada, y vive el guanaco y otros animales, que permiten creer a sus colonos (no sé si habitantes) que existe una actividad civilizada llamada caza. 


viernes, 17 de enero de 2025

A mí la historia del músico Azagra, hermano de Sánchez, me recuerda “Ciudadano Kane”, aquella película con la que comenzó - y acabó- la carrera de Orson Welles en Hollywood. Recordarán que en aquella historia del malhadado magnate de la prensa, ciudadano Kane, cuando obtiene el éxito y se encumbra como el mayor editor de prensa, se casa una una mujer mediocre que se empeña en que es una gran cantante de ópera. 
El ambicioso Kane decide demostrar que es así, que su mujer ha de triunfar, y para eso está él, con su poder y su dinero, además de los críticos de ópera con los que cuenta en plantilla. 
Kane (como su creador Welles) desea que lo que es suyo brille con luz propia, o ajena si es menester. Y su mujer, que desafina más que un loro acatarrado, debe triunfar. Primero quiere sobornar a los directores de orquesta, pero solo consigue juntar a determinados empresarios que montan unas exhibiciones carísimas a su mujer en varias ciudades, con el estruendoso fracaso esperado. No tarda mucho Kane-Welles en echarle la culpa a ella y desengañarse de este y otros fracasos. Al final, melancólico y desengañado, se encierra en su fastuosa casa, llena de objetos de lujo, muchos sin desembalar. 
Tenemos aquí al hermano de un hombre poderoso, (que no se llama Azagra), gracias al cual éste ha hecho un poco de ruidito en cuatro escenarios pagados y adobados por dinero público (del contribuyente, en suma); otros tantos fracasos que no han llenado ni la mitad del aforo. Los títulos de las obras de D. Azagra son peculiares, por decir algo. Visto lo cual, se ha llegado a la “salomónica” decisión de buscarle un enchufe en una diputación de las más pobres de España. Pero ha sido tan torpes los que se han prestado al chanchullo, que no ha habido más remedio que llevar el asunto a los tribunales. 
Es ahí, ante el riesgo evidente de que te embista  un morlaco llamado “justiciero”, donde de David Azagra ha sacado lo mejor de sí mismo. Es decir, su impavidez, su pasotismo, su desdén incluso por su vida (y la de su hermanísimo, personaje ya en la historia por desenterrar a un tal Franco). 

El fiscal general y el relato

La Fiscal Lastra, fiel a su deber, pregunta al Fiscal General:
« Álvaro, ¿esto lo has filtrado tú?», a lo que su superior le contestó: 
«Eso ahora no importa»; « Si dejamos pasar el momento nos van a ganar el relato (...). Es imperativo sacarlo».
El “relato” es lo único que les importa a estos desalmados. « Su relato ». Sea desenterrar a Franco, sea imputar ilegalmente a un ciudadano, hay que dominar el relato.
¿Por qué un juez que ha llegado a la cumbre de su carrera se presta y se humilla a prevaricar cuando se lo pide su capo (quien dijo: la fiscalía,  ¿de quién depende? Pues eso). Sin embargo la fiscal Lastra mantiene su dignidad bajo la presión del fiscal general.
Otro fiscal, Julián Salto, mantiene su honor profesional, aunque también presionado por su jefe para que se apunte a la conspiración del “relato”.
¿Por qué esta obediencia ciega? El “relato”. Hay que controlar el relato. Curiosa abnegación. Toda una vida profesional al estercolero. Como si se le hubiera aparecido el mismísimo dios, su dios. El que les ha prometido pasar la historia por haber desenterrado a Franco. Como si necesitara limpiar manchas maldicientes de su familia, su hermano, su “pareja”, su comportamiento ominoso en Paiporta, manchas que nunca se borrarán en el libro divino de Debe y del Haber… 
“Sí, pero desenterré a Franco”. 
Y ese “relato”, tan nauseabundo, ¿a quién le importa? 

domingo, 12 de enero de 2025

Groenlandia. Yanquees, go home

En el mapa que he captado en wikipedia (donde pueden encontrar abundante información sobre el territorio autónomo pero protegido por Dinamarca), se ve efectivamente que Groenlandia está más cerca de EEUU que de Europa. Pero por la historia que se cuenta en la fuente citada, no parece que los americanos protestantes hayan visitado mucho el predio… por lo que dice la fuente, fue descubierto por los vikingos, y siempre dependió de los países nórdicos, que desde finales del primer milenio mandó sucesivas expediciones de colonización. Si no cuajaron esos intentos fue por la adversa climatología, que a veces arrasaba las cosechas. Fue un protectorado autónomo de Dinamarca desde 1980, que le concedió la total autonomía menos en política exterior y financiera. Ahora ha subido mucho su cotización porque el avance tecnológico ha puesto en el mercado abundantes materias de su subsuelo ignoradas hasta ahora, como las llamadas “tierras raras”.
Trump, ese tipejo infatuado, se ha puesto a soñar despierto, y en uno de sus sueños se veía invadiendo Groenlandia si no se la vendía Dinamarca a buen precio. Es una bravuconada de matón de patio de colegio, intolerable desde las formas de la diplomacia actual. A la vez es un ejemplo de que no le falta un detalle del prototipo de chulo acosador de mujeres, que casualmente lo es, como demuestra una sentencia de un jurado a la que el juez no ha querido aplicar sanción. (Desdeño citar cómo decía que había que tratar a las mujeres para que cayeran rendidas.)
Ya sabemos que es un bocazas que rara vez cumple sus amenazas, pero resulta que millones de personas esperan maravillas de este chulo. La liberación de las cadenas mentales que nos ha imprimido el Woke. 
Yo me temo nuestros cerebros ya están achicharrados por décadas de mala educación y desinformación como para que eso sea posible. Pero es lo que pasa con la historia: se van formando capas superpuestas de generaciones a las que van abrasando poco a poco con una concepción del mundo y de la vida tipo Walt Disney… cuando llegan las últimas capas a consolidarse y empiezan la propuestas de acabar con esa aberración - lo que exigiría un proceso de larga duración -, lo único que puede permear la mostrenca mentalidad media es una consigna rápida, sin estructurar ni argumentar. 
Y así se mueve el mundo, a saltos grotescos que a veces, entre salto y salto, los dioses dejan posarse eso que llaman una civilización. 

sábado, 11 de enero de 2025

Cuando los políticos borrachos entran en una cacharrería

Antes de tomar posesión, Trump y su acólito Musk (Trump y Musk: ni las más sabrosas conspiraciones hubieran podido poner unos nombres tan grotescos a un giro burlesco de la historia) han alterado todas las expectativas que se habían consolidado para 2025. Han decidido actuar como borrachos resacosos en una cacharrería, y el resultado ha sido el contrario al deseado. Eso suponiendo que sí sabían lo que querían. Es difícil decirlo, pero es seguro que lo que no querían es desencadenar la lógica de las consecuencias que ha obtenido por su borrachera estúpida, en la que han puesto de cabeza todo el precario orden mundial geo estratégico. La enumeración de hechos sólo se puede contemplar como algo real en un cierto estado etílico que difumine los bordes. Ambos caballeros han amenazado con: invadir Canadá, que les parece un terreno lindante con el suyo, baldío y mal cuidado. Invadir Groenlandia, pues resulta que no entienden por qué es un inmenso territorio que depende de Dinamarca, que no explota como debe la riqueza que tiene en el subsuelo. Finalmente (hasta el momento), han clamado a los cuatro vientos que quieren el Canal de Panamá bajo la bandera americana. 
Si todo este sueño pesadillesco de borrachos resacosos se cumpliera, dicha bandera tendría tres estrellas más y flotaría al viento en tres nuevos territorios convertidos en nuevos estados useños. 
(Por si acaso, no he dicho que Trump y Musk hayan cogido una trompa elefantisiaca, sino que han actuado como si. En términos presuntos)
Vayamos a las consecuencias. De repente los mercados se han acordado que todos los países líderes están endeudados hasta las trancas, y que las previsiones de un 2025 tranquilo y beneficioso empiezan a romperse por las costuras. Además, resulta que en la borrachera creativa han anunciado aumentar el déficit fiscal, pero a la vez subir una burrada los aranceles, lo que en el más elemental sentido común se traduce en un repunte de la inflación. Ergo, si había ya una lógica de subida de tipos de interés por el déficit y la deuda, si encima hay riesgo de más inflación y de bancos centrales intentando taponar la avería con subidas renovadas de sus tipos de interés… el panorama se empaña notablemente: Posible conflicto de grandes potencias que no se van a quedar quietas si EEUU decide poner un pie en Groenlandia, O Panamá (supongamos que lo de Canadá va de farol etílico). Resultado: más posibles subidas de tipos de renta fija, que ya están llegando al nivel de la rentabilidad esperada de las acciones, que deben, supuestamente, rendir más que la rentabilidad fija por que corren más riesgos. Entonces, ese escenario rosáceo que se vislumbraba de crecimiento fuerte, ausencia de inflación, tipos de interés fijos estables, y eclosión (que ya viene tardando) de la IA, se ha nublado. Se van a oír “tambores lejanos” y ruidos de craquelaciones inquietantes. 
¿Pero no venían estos tipos a imponer una paz en Ucrania, estabilizar Oriente medio, y liberalizar la economía, y a liquidar sin misericordia al Woke? La verdad es que vaya forma de liberalizar. Vaya forma de darle alas al Woke. Por eso he puesto el símil de la borrachera, porque desde luego rapto de lucidez no lo parece. 
Si se piensa bien, esto era de temer. Vivimos tiempos de aflicción, deletéreos, en los que cualquier cosa es posible menos seguir igual, por no mencionar lo imposible: ir a mejor. Hemos de acostumbrarnos a este signo de los tiempos, que son recios para nuestra enfeblecida conciencia humana, muy atormentada de culpabilidad. Nunca hemos creído tan poco en cosas mínimamente serias, y tanto en frivolidades que acaparan los titulares de la prensa. C’est la vie.
En cuanto al patio de atrás de Europa, o sea nosotros, antiguo Imperio imperial, seguimos en nuestras cuitas; sigue ganando por goleada el inquilino de la Moncloa, retocando leyes para refinar un poco más su “muro protector”, en realidad cada vez más divisivo entre españoles. Nos han embarcado en una trifulca sobre Franco, en la que los hunos y los hotros no saben a ciencia cierta cierta qué papales les tocarán. ¿Héroe o villano? No creo que haya muchos héroes, aunque la masa aplaudirá según quien tire más caramelos, como en la cabalgata de los Reyes Magos. Y es que sí, somos como niños. 
Voy a formular una pequeña ley histórica sin más ambiciones que de copyright. La historia es acción y reacción, y consecuencias indeseadas. Ejemplo: Crece y se consolida el Woke, y se apropia de las etiquetas de la izquierda; los disgustados, cada vez más, contraatacan tarde y mal, y surge una nueva derecha conservadora no exactamente igual a la anterior. ¿Quë tiene que ver Kenedy con Biden? Nada, salvo que el Woke dio sus primeros vagidos con él. ¿Y Esinhower con Trump? Nada, salvo que uno era un conservador realista y el otro es … indefinible. Pero todos ellos son pequeños eslabones de las consecuencias no deseadas.

viernes, 10 de enero de 2025

La reencarnación

Vuelven a ser tiempos escatológicos, tiempos por lo tanto de chamanes, curas, intercesores y transmisión de mensajes con el más allá. Es lo que nos cuenta fascinado Ignacio Vidal-Folch con su inigualable prosa. 
La gente se aturrulla en estos tiempos de confusión y niebla que no te deja ver bien el futuro cercano. Los jóvenes optan por quedar a tomar una cañitas (todavía hay dinero para eso, aunque no lo hay para un piso), a hablar de sus cosas, de cómo viven compartiendo pisos, y de lo contentos que están porque “han encontrado un curro en el que llevan mes y medio de baja” (sic).
Pero los tan jóvenes empiezan a sentir un run,run que se convierte, a veces, en ansiedad. Entonces se dejan atrapar en cepos en los que una persona en sus cabales no caería ni harto de vino. Por ejemplo,

 El caso es que con más frecuencia se habla de mujeres que en las redes sociales creen haber ligado con un hombre de negocios israelí, maduro pero atractivo y dulce y dispuesto a saciarlas de amor, o con el mismo Brad Pitt, que las encuentra fascinantes y quiere conocerlas, pero antes hay que enviarle –porque la bruja de Angelina le ha bloqueado las cuentas bancarias— una transferencia, para que pueda tomar un avión y correr a sus brazos.

A veces estas estafas crueles, potencialmente devastadoras para la autoestima de las víctimas, terminan en tragedia, como en el caso de Morata de Tajuña, donde dos hermanas, que creían cartearse con dos apuestos oficiales del ejército norteamericano destacados en una base de Irak o de algún otro país horrible, se endeudaron para socorrerles y han sido asesinadas por su acreedor, caso del que ha informado la prensa estas últimas semanas.”

En fin, nadie está a salvo de perder la chola por una proposición romántica, o simplemente picarona, que todos somos hijos De Dios y, como tales, exigimos un punto de fuga espiritual que contenga algo de romanticismo. Porque fusionar el amor terrenal con el divino, salvo excepciones de tiempos represivos, no ha sido tan mal visto. Incluso a veces ha sido dignificado con una beatería previa a la santificación. Eso sí, si no llegas al nivel de vuelo de San Juan de la Cruz, mejor no te metas. 

Así que es posible que cualquiera de nosotros caiga en una trampa mortal que se ha ido forjando con los años de tedio en nuestro interior más íntimo sin que nos diéramos cuenta del venenoso proceso. Y es precisamente por lo prosaico y áspero de los tiempos que vienen, que nuestras capacidades soñadoras se acrecientan.

Los tiempos se adivinan prosaicos, materialistas. Las cosas están girando a tal velocidad que si no andas con ojo, puedes verte envuelto en un turbión y ser triturado en pedacitos. 

La senil Democracia, de la que se lleva hablando desde hace milenios, se está evaporando sin que nadie sepa exactamente cómo se para este proceso que, por otra parte, ya casi nadie está interesado en defender. 

Por el contrario, la ciencia y la tecnología están avanzando a pasos de gigante, de manera tal que en pocos años te puedes encontrar desalojado de la vida sin enterarte. 
El mundo se está escindiendo entre dos bandos, uno extenso y poblado, llamémosle Masa, y el otros cada vez más reducido y elitista: el de los poseedores del algoritmo decisivo, que para más inri, se renueva continuamente, tam deprisa que el que se cree que lo tiene hace tiempo que se lo han robado. Llamémosle, irónicamente, Élite. La Masa es creciente en número y peso; en cambio la Élite es decreciente en número pero creciente en densidad. Esta dinámica se parece, en apariencia, la vieja dinámica marxista de la lucha de clases, pero aquí no estamos hablando de concentración de capital en manos de unos pocos, burgueses, y aumento de los desposeídos sin propiedad, famélica legión. Se trata no de capital físico, sino intelectual. Se trata de tecnología, que hasta ahora se podía comprar y vender en el mercado. Pero eso se ha acabado, porque el mercado se está yendo al guano. 
Es decir, nos volvemos soñadores cuando más necesitemos de nuestras capacidades cognitivas, algo desastroso que puede tener consecuencias dolorosísimas para las almas cándidas. No queramos dar el salto de Morata de Tajuña al paraíso en un solo vuelo; los atajos no existen y el despertar puede ser traumático y con la condena de la prosaica familia, ente mezquino lleno de cuñados que nunca se presta a la compasión, pero sí a sofocar, reprimir y cancelar al incauto soñador. Mejor quedarse en tierra ensimismados.


jueves, 9 de enero de 2025

Los pequeños-grandes escritores

Estás todo el día , día tras día, intentando encontrar un escritor que te deslumbre. Obviamente es muy difícil, por lo que recurres a releer viejas historias. Éstas quizás te mantengan vivo, más o menos. Si caso te esfuerzas para creerlo.




Un día, al cabo de meses, o años, te encuentras algo que enciende una luz en ti. Es lo que me acaba de pasar con TIFFI, escritora de la que no sabía nada. Resulta que hay por ahí gente dotada de ingenio, ternura e ironía, todo ello bien dosificado. “Memorias de Moscú” relata el interminable viaje de esta mujer de huyendo de la revolución bolchevique hacia el destierro definitivo. No volverá jamás. Este escritora, Tiffi, tiene un don especial, está tocada por la gracia de los dioses. 

“Los últimos días en Moscú transcurrieron en un confuso torbellino. De la niebla emergían personas, daban vueltas, se desvanecían de nuevo y emergían otras. Era como estar en la orilla de un río en primavera, a la hora del crepúsculo, y ver pasar grandes bloques de hielo: en uno se distinguía lo que parecía una carreta cargada con paja o una cabaña campesina ucraniana; en otro, unos leños carbonizados y un lobo. El bloque giraba, daba la vuelta, y la corriente se lo llevaba para siempre. Y uno nunca sabría qué era en verdad aquello.”

Tiene una perspectiva única, como si lo hubiera visto todo y, sin embargo, no se ha llenado de amargura; se ha llenado de ironía y compasión. Es capaz de sacar amor y calidez de una piedra. La cosa más rechazable, un comisario político bolchevique, bajo su mirada, se convierte por un momento en ser humano. Desde la primera página te atrapa.

miércoles, 8 de enero de 2025

El quebranto de España

La partición de España en 17 tristes pedazos es lo más grave que tenemos a la vista. Se ha llegado en esto más allá de lo posible. No se puede desandar el camino de la descentralización, a menos que hubiera un consenso - que no va a haber -. Hay tanto enfrentamiento entre grupos y fuerzas políticas que lo más probable es que todo se caiga entre quiebras y quebrantos de todos.
Y sin rescate europeo, me temo. Lo peor de este gobierno es que ha empozoñado el terreno tanto que es imposible un acuerdo de mínimos para salir de esta. Y todo por su dependencia de Junts y Bildu, que están encantados con la polarización y la ausencia de Estado central. Véase atentamente la DANA. ¿Por qué Sánchez no cogió el toro por los cuernos, no se declaró líder del auxilio y la reconstrucción en nombre de la constitución (que dice que en caso de emergencia extrema la responsabilidad es del gobierno, el único que tiene todos los recursos)… respuesta: Porque no quería de ninguna manera, en beneficio de sus socios separatistas, dar la imagen de un gobierno central fuerte. España ya no es un Estado más que de nombre; de facto es una confederación muy débil (y más débil dentro de cuatro años), que debería previamente reunirse entre 17 estaditos para decidir o no socorrer a Valencia. Y eso se irá extendiendo. No he visto que a Feijoo le inquiete, por el contrario: quiere “robarle” a Sánchez el apoyo de Junts y PNV, y estos ven las puertas del cielo abrirse. ¡Los partidos centrales en descomposición compitiendo por nuestros favores! En fin, que solo “algo mu gordo” podría devolver las cosas a su sitio natural. Pero eso gordo no lo va a haber. Imposible. No hay voluntad sino un mosaico de voluntades. ¿O tú lo ves posible?
Pues por eso digo sin rescate europeo, me temo. No hay dinero, pues ellos están sin blanca; no habrá voluntad por nuestra parte, no habrá gobierno nacional interesado en dar prueba de que existe… Desde Paiporta, veo a Sánchez decidido a limpiar el terreno de Puigdemont. A Feijoo en cambio, no lo veo más que interesado en ver si se pone de acuerdo con Junts.
Todo es un despropósito claro, una alucinación grotesca, pero es que son días grotescos. Mira la polémica Cuerpo-Yoli por la jornada laboral. ¿Cabe en cabeza normal que esa rubia de bote  sea vicepresidenta y quiera reducir la jornada sin bajar los salarios? Un sinsentido, una aberración que vemos como normal: a ver quién gana. Yo me siento como pez en una pecera, al que de momento le echan comida, viendo la locura de fuera. Todos están locos. 

domingo, 5 de enero de 2025

Debilidad intrínseca

Leo en El Mundo (artículo de mi estimado Santiago González), “ Todo es corrupción en el sanchismo.”
Pues yo no lo diría así. Yo creo que lo preciso sería decir que “todo es corrupción en España”. Porque la corrupción de hoy no ha llegado ex novo por el sanchismo. El sanchismo es corrupción porque España es moralmente débil, y debilidad en cuestiones de moral pública es corrupción en potencia. 
Y es lo que nos ha pasado siempre. Este país es corrupto por débil. Este país se porta medianamente bien cuando gobierna una mano dura. La tal mano dura constriñe la libertad, es obvio, pero impide que nos comportemos como niños groseros. No es que la mano dura sea benévola, es que ser español está reñido con la libertad individual y el orden social. O libertad u orden. Así sentimos los españoles. No somos partidarios de una libertad civilizada, compartida con los demás. Preferimos jugar a ver quién es el último que se salta las reglas y gana el partido en el último minuto y de penalti injusto. Si el árbitro se equivoca, pobre, allá él. El árbitro no está de autoridad reconocida para que aplique la ley. Está para ensuciar a su madre y, a ser posible, recibir un botellazo. 
La democracia ha tenido muy mal asiento en España porque ni siquiera somos ácratas. Somos partidarios de que haya leyes para que las cumplan los demás y que se jodan, pero para que nosotros nos las saltemos, que da un gustirrinín inefable. 
¿De dónde viene este ideal de bandolero feliz, perseguido pero nunca encontrado? 
Pues no lo sé, pero siempre me he fijado en las diferencias de fervor religioso entre España y los demás países católicos cercanos. Por ejemplo, Francia. Francia es un país laico, republicano, y muy estricto con ese laicismo. La república francesa es muy estricta en eso. Se permite legalmente la religión católica pero no se le dan ayudas, y no tiene ninguna preferencia frente a las demás. La iglesia francesa se mantiene con la aportación de los fieles. Y los católicos franceses son pocos, pero se les nota un fervor espiritual que en España choca. Cuando lo vi oír oír era vez, en mi primer verano allí, le pregunté a mi madre sobre este particular, y me dijo que sí, que los franceses católicos sentían su religión más íntimamente y sin ningún significado exterior de alarde o exhibición. Al cabo de los años, cuando iba a Francia por trabajo, a veces iba con mi mujer a una misa francesa por saborear esa devoción austera, aparentemente veraz, que aquí no deja de ser una actuación de puertas afuera. 
La historia de las dos iglesias han sido muy distintas, como es evidente. En España hemos “disfrutado” de un monologuismo ininterrumpido, sin espacio para el propio espíritu religioso, simplemente obedeciendo la consigna de la autoridad “con la boca pequeña”. La Iglesia y el poder siempre han estado íntimamente unidos por intereseses muy concretos que no vamos a detallar ahora. Cada uno en su especialidad se apoyaba en el otro. Yo mantengo el orden y mantengo el imperio, tú me controlas las almas con tus consabidos medios, y te guardo tu corralito, no dejando a otras creencias pisar nuestro suelo. 
Pues creo que así sucede con todo en España. Y desde hace muchos siglos. Tenemos más estima al que pide limosna por la calle, bendecido por el párroco, que al que trabaja duro y se gana bien la vida. ¡Ay, si es rico! A ese, por derivación de ese espíritu a la izquierda, es un “burgués” que hay que sofocar a impuestos y a regulaciones hasta que caiga exhausto, sin compasión. No le sirve de nada ser un generoso filántropo que hace generosas donaciones, aparte de sus impuestos. Si de pasada se caen unos puestos de trabajo, no pasa nada, que del paro se vive muy bien. Luego no se explican los expertos la tasa de paro más alta de Europa y la falta de productividad desde la llegada de la Demos, que hemos interpretado con unos sesgos particulares nada beneficiosos.
Encima nos ufanamos de esta peculiaridad. Se me ocurren más cosas que decir, pero prefiero morderme la lengua por ahora. 

jueves, 2 de enero de 2025

La sociedad epiléptica

Vivimos, no se me ocurre otra palabra, una sociedad epiléptica, sin horizonte y a saltitos. Una sociedad que se ha desvestido de sus convicciones y vive en una convulsión permanente de caprichos diarios, frustraciones por no obtenerlos, y vuelta a perseguir otra barata alucinación. La gente se ha lanzado a ser feliz. Y no lo consigue. Va de rabieta en rabieta. Ha relegado todo de lo que antes era importante, y delega sus sostén a su iPhone, que de vez en cuando le deja tirado. Solo lucen una sonrisa de felicidad alelada cuando van andando por la calle mirando el móvil. No saben que corren peligro de que un patinete silencioso, un asesino anodino, les sigue las piernas. Hay más peligro hoy en las aceras que en la calzada.
La escena más familiar es hoy los cuatro miembros de una la familia arquetípica (ya casi relegada en el pasado), sentados en la mesa de un restaurante, ensimismados con la pantallita, buscando anhelantes algo que les redima. De vez en cuando, en uno de los cuatro se le dibuja una sonrisa. Efímera. No se sabe si ha encontrado un amor en una página cualquiera, si es un amor tradicional o homo, si es trans o está por concretarse el perfil. A veces conectan con alguien que es algo y merece una sonrisa. 
El ensimismamiento está en boga. Las relaciones son indefinidas y volátiles. Para qué luchar  por conservarlas, si habrá otra que se aparecerá en la mágica pantalla. La amistad ha sido sustituida por el “tío, tía” que no compromete a nada. Las relaciones sexuales son cada vez más simples y  a la vez más complicadas. Se prueba todo. En los periódicos hay todos los días consejos de un “experto” que te dice cómo correrte mejor. No era tan difícil. Hay técnicas, y sus resultados no dependen del amor, sentimiento complejo, inmanejable, anticuado. 
Se desdeña el trabajo. Se prefiere la jornada a tiempo parcial. Más tiempo libre y menos sueldo. Se buscan alquileres colectivos. Nuevos agrupamientos son posibles. Dos tíos y una pareja. Se paga igualitariamente, pero hay polizones, porque uno que tiene más dinero le ayuda a otro porque lo prefiere de compañía. 
Luego está lo del tiempo de ocio. Afortunadamente, las bajas sanitarias son más fáciles. El otro día escuchaba a uno contarle a otro que le preguntaba por su nuevo trabajo: - “pues tío, estoy encantado, llevo dos meses y medio de baja y mola!”. Baja por enfermedad y seguir cobrando. Hay está el chollo: poca paga, pero tiempo libre y bajas de salud. Óptimo. El que no puede que se quede en casa de sus padres, a mesa puesta, que ya no da vergüenza, no es un desdoro. Les queda dinero para montar una juerga, o algo extravagante, como contaba uno el otro día: - “joder tengo unas agujetas en las piernas, ayer fuimos a una finca e hicimos una guerra simulada, de esas con escopetas que te manchan la ropa de un color, que es que te han matado, y joder tío, 6 horas en cuclillas para esconderte del enemigo, buaff, no veas! Ahora, eso sí, qué guay! Otro contaba que estaba cabreado porque sus amiguetes habían montado la barbacoa en un chalet de la sierra (seguro que del padre de alguien) a partir de las 12 de la Noche, y joder, no podía ir! Me imaginaba que gracia le harían a los vecinos una barbacoa de unos barrancas que seguro iba a durar hasta el medio día… 
Sin ambiciones, ven la vida pasando más o menos felices con sus juguetes y sus ficciones, sus cañitas y sus cubatas. Fumando tabaco de liar. Es más barato y sirve para liar porros. 
Y el móvil, todo centrado en el móvil. Hacen bien? Pues no les critico. Me lo paso bien cuando les escucho a hurtadillas. Están viviendo como hippies, solo que mucho mejor. Subvencionados por los padres y el Estado. La paguita. Trabajar pero poco. Compartir piso. Etc. un sueño solo posible en un corto tramo de la vida. Estos ya no aspiran a un Erasmus. No hay inquietud por el futuro. 
¿Hay futuro? Nosotros éramos más inquisitivos. Había cierta pasión por la verdad. ¿O éramos, simplemente, más pedantuelos? Quizás. Nos movíamos en un tupido telar cruzado por cuerdas que eran los medios con los que tú argumentabas. Te lo habían dejado tus padres, que lo habían recibido de generaciones anteriores. Lo bueno es que era reparable. Si se detectaba un error se subsanaba. Se modificaba con acierto o desacierto. Podías cambiar la ruta. Con todas sus deficiencias, era algo. Ibas de nudo en nudo, despejando el horizonte. Los de hoy no tienen nada de eso. Van a ciegas. Hay que reconocer que no tienen ninguna culpa. Nuestro telar no estaba diseñado por nadie, pero alguien vigilaba por él. A ellos se les ha deconstruido ese telar, que ha quedado hecho cenizas en el suelo. 

miércoles, 1 de enero de 2025

Periodistas sin dignidad

Nueva cantada de El Mundo: se llama “La magistral vacilada de David Broncano y LalaChus en las Campanadas”.
Hoy Esther Mucientes nos brinda su entusiasmo ilimitado, casi  obsceno, por el desparrame de Broncano y su ninfa LalaChus en las Campanadas de año nuevo. No es que me extrañe, y además es una competencia atroz entre cadenas de TV a ver quién consigue hacerlo más chabacano. Pero estos personajes turiferarios siempre consiguen darle otra vuelta de tuerca más al delirio del mal gusto que le chifla a Sánchez. Porque si algo nos ha inundado en sus contínuas fechorías, la inundación de mal gusto es portentosa. Y es que no encuentro otra explicación esta deposición de esta señora, Esther, a no ser que luego se encuentre con una sorpresa muy agradable en su zurrón.
(Por cierto, ¿Y El Mundo?)
Sumisión es para ellos una sensación de placer prohibido que, una vez probado, no se puede uno desenganchar. Sobre todo si está bien retribuida. Broncano lo está, ya se sabe. Pero, ¿y la periodista de Salón?
No tiene importancia ya. Es otro paso más en el sendero que lleva a la ciénaga pestilente a la que nos llevan, con cánticos de alabanza a toda la máxima fealdad, visible o inventada, para que nadie opaque la beldad que encarna el Belcebú de la Moncloa, que sigue tan pancho su labor de demolición. Es una historia bien conocida. Lo que pasa es que nos han dejado ciegos y solo vemos las lucecitas. 
Feliz año horrendo que nos espera.

martes, 31 de diciembre de 2024

La representación del mundo II

Al principio de todo fue el Big-Bang.
 
“ Cierra los ojos. En un instante que oscila entre los veinte y los diez mil millones de años en el pasado, toda la masa y toda la energía del universo se concentraban en la punta de un alfiler; su densidad era tan grande que la curvatura del espacio-tiempo tendía al infinito. 
Cuanto ha sobrevenido después, las galaxias y los soles, los bichos y las ballenas, la Odisea y Taylor Swift, tú que me lees y yo que te escribo, tiene su origen allí. 
Imposible saber si hubo algo antes, puesto que el tiempo también vio la luz en ese parpadeo. A partir de aquel aleph, el universo no ha cesado de expandirse, aunque no sepamos si continuará desperdigándose sin tregua o si le aguarda un final tan calamitoso como su inicio. 
Conforme aquel diminuto cosmos empezó a enfriarse, las primeras partículas se separaron como una familia mal avenida. Al rozar los diez mil grados, el proceso generó fotones, electrones y neutrinos, con sus respectivas antipartículas, más unos cuantos protones y neutrones. Unos cien segundos después, estos materiales se amalgamaron para formar deuterio; luego, amasaron helio con unas pizcas de litio y de berilio: el disparo de salida de la tabla periódica. Las pausas del universo no transigen con nuestra cronología y durante miles de años no pasó nada digno de mención: un silencio que ninguna inteligencia pudo gozar o lamentar. Al cabo de trescientos ochenta mil años, ocurrió la recombinación: los electrones se unieron a los núcleos producidos con anterioridad y dieron origen a los primeros átomos neutros. Su carácter cuántico le otorgó textura a la radiación cósmica de fondo e hizo posibles aglomeraciones locales de materia: las primeras nebulosas. Entonces las regiones más densas del espacio se condensaron para dar paso al desbarajuste de las galaxias, en las cuales brotaron gigantescas armas nucleares —las estrellas— que al colapsarse generaron supernovas y agujeros negros. Residuos de residuos de las nubes modeladas en aquella cocina celeste son los materiales pesados que desde entonces danzan en torno a sus respectivos soles, incluida la Tierra y sus ansiosos habitantes. Este es el inicio de nuestra historia: un relato inverosímil de no ser por el apabullante alud de pruebas en su favor. Lo más sorprendente es que las probabilidades de que algo así ocurriera eran nomínimas: de entre los innumerables universos posibles, vivimos justo en aquel cuya velocidad de expansión se halla muy cerca de la medida crítica para no colapsarse en el camino e impedir la aparición de la Vía Láctea, el Sol y la Luna, el meteorito que acabó con los dinosaurios, las algas y los mosquitos, los primates y Donald Trump. 
¿Seremos los ganadores de una lotería imposible o vivimos en el único universo donde habríamos podido crecer y multiplicarnos? Las respuestas a estas preguntas no entran en el terreno de la ciencia ficción, sino de la ficción pura: ¿se habrá sucedido una miríada de experimentos cósmicos fallidos y, en esa pléyade de fracasos, atestiguamos uno de los pocos —acaso el único— que requirió nuestra presencia? 
Una opción menos autocomplaciente —el principio antrópico esparce cierto tufo narcisista— fue propuesta por Stephen Hawking: un universo finito, sin fronteras ni bordes, donde el tiempo no fluye linealmente, tal como lo experimentamos, sino donde todo está de una vez allí, semejante a la superficie de la Tierra, que es a la vez infinita e ilimitada, sin un antes ni un después.
De acuerdo con esta fantasía, el tiempo del universo, al cual los físicos llaman imaginario, sería el real. Frente a los mitos que han encandilado a las culturas antiguas y modernas con su cohorte de dioses y demiurgos, el big bang no se queda atrás. Como ellos, es producto de la rabiosa imaginación humana, pero de una imaginación peculiar, la de la ciencia, obligada a cuadrarse ante reglas estrictas y cuya capacidad para anticipar el futuro necesita no ser desmentida. Quédate con esta escena: al despertar una mañana, luego de un sueño intranquilo, te descubres en el único universo donde habrías podido despertar.”

de Jorge Volpi, La invención de todas las cosas 


lunes, 30 de diciembre de 2024

Pues eso

Las interminables ristras de autocomplacientes ridiculeces que estoy leyendo estos días en la prensa, todas a raíz de los elogios en The Economist a la economía hispana, lo certifican. Es el "ellos fuman Lucky" aplicado al modelo productivo. No sé qué da más vergüenza ajena, si lo de ahora o lo de entonces. En cualquier caso, voy a cerrar esta nota con un simple dato estadístico, solo uno, para todos esos catetos felices. Mirad, catetos, entre 1995 y 2024, la productividad del trabajo en Estados Unidos ha crecido un 54%. Y en España, un… 5%. Ya está dicho todo.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Sobre el pacifismo retroactivo. Si vis pacem, para bellum

La guerra siempre ha existido, incesantemente. Sospecho que en cualquier rincón del mundo - aunque en el paraíso artificial no nos hayamos enterado -, siempre ha habido una guerra un otra. Casi siempre varias simultaneas. 
Ante esto, unos reaccionan como pueriles pacifistas, niños mal criados, que cierran los ojos a la realidad, lloran, hacen pucheros, y gritan no,no,no,… y sacan una bandera blanca. Algunos se manifiestan desnudos (?), diciendo que la guerra se debe a que hay armas, hay que acabar con ellas, sobre todo las nucleares… al cabo de decenas de años se entera uno que esas movidas estaban impulsadas y pagadas por Rusia, soviética o la siguiente. Porque a este tipo de países se les da muy bien el espíritu pacifista, aunque no lo sean, hacen negocio con él, etc. 
cualquier pacto pacifista y de desarme entre la democracia, y países es como ese, es un doble fracaso. Porque el único que lo cumple es el país pacifista. Al final de la historia habrá bajado sus defensas y será aniquilado por el otro. (Por cierto, como los acuerdos ecologistas del Cambio Climático: solo cumplimos nosotros). 
La actitud con alguna posibilidad de éxito es tener suficiente armamento disuasorio para mantener a raya al belicista. Para eso tienes que tener una economía productiva que te permita crecer, crear empleo y, a la vez, guardar la paz (que debe ser el bien más preciado, es sí, sabiendo que no cae del decirlo, hay que ganárselo). De vez en cuando, el país belicista propondrá negociaciones de desarme, porque se verá asfixiado económicamente, pues su ardor guerrero cuesta mucho si su única obsesión es desestabilizar a los demás. 
Por eso el derrumbamiento de la URSS, la caída del muro de Berlín. En 1990 estaban exhaustos, arruinados por una economía improductiva con objetivos prioritarios estratégicos. 
El ejemplo opuesto es EEUU, que como buenos protestantes no creen en la bondad humana. Saben que tal bondad se da en determinadas condiciones sociales y de bienestar económico. EEUU pudo ganar la Guerra Fría porque fue capaz de financiar el mejor ejército del mundo con una presión fiscal inferior al 30% de la renta media. Hago una breve interrupción para hablar del tercer modelo de comportamiento, el polizonte bélico, como es la actitud de chupóptero, de Europa. 

Hace unos días, moría Dalmacio Negro, el único pensador certero de los últimos tiempos sobre el pacifismo pueril. Nadie le escuchaba.
Emilia Landaluce (El Mundo, hoy) nos deja esta perla sobre él:
“Cosas que me dijo Dalmacio Negro: "Soy un descreído de la Unión Europea por realismo político. Julien Freund decía que la unificación de Europa debió comenzar con una alianza militar, que es como empiezan todos los entes políticos. Empezó mal y se ha convertido en una Unión Burocrática Europea que legisla sobre cuestiones de detalle". 
Recordemos el final del intercambio entre Freund y Jean Hyppolite… 
«A lo que Freund respondió: «Usted, Sr. Hyppolite, como todos los pacifistas, piensa que es el que designa al enemigo. Considera que basta con que nos neguemos a tener enemigo para no tenerlo. Pero ocurre lo contrario: es el enemigo el que nos designa». De ahí la irrelevancia de los europeos ante los que son los enemigos de nuestras libertades, un fin en sí mismo, no un medio. 
El totalitarismo, decía Dalmacio, es la politización de la vida entera invocando la democracia.

Sí, el tercer ejemplo ante la guerra es el de Europa, que fue salvada dos veces por EEUU en dos guerras desoladoras, que recibió de él la ayuda del Plan Marshall (gracias al cual se pudo hacer, 10 años más tarde, en 1958, la fundación de la Comunidad Europea), y reculó una vez caído el régimen nazi y dijo que no quería saber nada de EEUU ni de su belicismo. Inglaterra y Francia hicieron sus bombitas atómicas que no les daba ningún poder de disuasión  real, y los demás se echaron a dormir en los brazos de la efectividad americana. Y como éramos países opulentos, pues los cargamos de impuestos para financiar un estado de bienestar cada vez más caro. El espíritu de molicie no tardó en reinar, deviniendo Europa en un parque temático. Mientras, la única disuasión que había era la de EEUU y sus tropas y misiles diseminados por Europa. Al final, cuando despertamos, “el dinosaurio (la guerra) estaba todavía en la habitación”. Final del cuento (de momento). 
Pero la guerra no ha desaparecido ni lo hará jamás. La naturaleza humana es muy imperfecta. Y lo es porque tiene una memoria histórica muy corta. Los que han conocido una guerra de cerca, como nuestros padres, saben el horror que es. La siguiente generación ya empieza a no valorar bien lo que es la paz, y la tercera lo toma como una cosa dada, un derecho hereditario. Y no es así. 


Feliz año nuevo 2025

Que los dioses les sean propicios y les traigan toda clase agradables sorpresas. Es un deseo sincero, aunque a mí no me parece ni remotamente posible. Hace muchos años me di cuenta que el mundo se salía de su eje; tuve que resetearme para aguantar, y aguanto, pero lo veo todo francamente peor. 
Tengo amigos que bobamente se han hecho ilusiones por la aparición de monstruos de nueva generación que, piensan, van a salvar al mundo de su deriva cada vez más acentuada. Me refiero a Trump y a Milei, nuevos santos sin peana adorados crispadamente, con frenesí, porque, dicen, son la “última esperanza blanca”. 
Francamente, no lo creo. Me parecen dos simples payasos inflados con gas a los que sus adoradores les inventan cosas como que han acabado con el Woke y los Zurdos, cuando de hecho ni han empezado las obras del campo de exterminio de las masas gigantes de esos falsos ídolos.
La economía de Milei va como un cohete, dice Milei y sus fans; curiosamente es lo mismo que dice Sánchez de su economía, lo cual hemos podido desmontar hasta la última tuerca para ver que vamos directos abismo. 
La economía de Milei está en una nube impenetrable que sigue tienen inflación, ha creado cientos de miles de desempleados porque los ha echado de su covacha subvencionada, y que de momento mantiene la devaluación mensual de su moneda según las pautas acordadas, lo que quiere decir que 1) hay un inflación todavía importante; 2) que falta mucho todavía para cantar victoria. Lo malo de Argentina es que es una guerra social subterránea, con sus prisioneros y sus víctimas mortales ignoradas, y todo eso va acumulando rencor que no se diluye por las buenas. Y no es un país para olvidar las afrentas colectivas.
En cuanto a Trump, no me gusta un pelo. Es un golpista declarado, como demostró en 2021 cuando perdió las elecciones, y ya ha anunciado regalos de reyes a Putin (Ucrania), invadir Groenlandia y “tomar” el control de Panamá (lo que no deja de ser una vieja manía USA recién desenterrada). Es decir, unos desatinos morrocotudos que no puedes ignorar diciendo que este tío es un bocazas. No estamos en tiempos de Theodor Roosevelt, a principios del Xx, cuando EEUU empezaba su larga carrera de Matón y nos liquidó la Flota española en Cuba en 1898. 
Estos nuevos líderes monstruosos no me parecen confiables, quizás menos aún que los actuales. Me parece estar viviendo un cómic de pesadilla, lleno de trampas y malas decisiones, en el que no se vislumbra el 7º de caballería llegando en el último minuto y restableciendo el orden. Habrá más estallidos que esperemos sean meramente locales.