"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 22 de marzo de 2023

Tamames y la Economía

La economía de Tamames no tiene padre ni madre conocidos. Su método es ostentosamente inexistente, a menos que no sea la acumulación de datos con una etiqueta. 
Eso pensábamos los que estábamos orgullosos de nuestra cátedra, la de teoría económica, porque nos decían que nosotros éramos los científicos.
Con el tiempo, nos dimos cuenta que el método científico del que nos jactábamos era un fracaso total, pese a a las toneladas de matemáticas que se vertieron en la economía académica. En la Economía no cabe la matemática y no ha lugar para el método científico acuñado por Karl Popper: deducción, hipótesis, contrastación empírica o falseamiento de argumentos. La economía del siglo XX ha sido un camino de fracaso no reconocido, del que se han salvado muy pocos. Al fin al cabo se vive bien y con prestigio, aunque la economía matemática y la econometría hayan sido tan estériles como laboriosas. 
Así que lo siento mucho, pero la historia, la sociología, “y los Tamames” tienen mucho que decir todavía, gracias a la inanidad de la teoría económica matematizada. 
También es verdad que detrás de los argumentos de Tamames hay un esquema, o varios, robados a los insignes economistas de la academia, pero yo no se lo reprocho, porque eso le ha dado consistencia a su obra.
Es lo que pensé ayer al oírle en la moción de censura contra el gobierno “Frankeisten” de Sánchez, en la que Tamames estuvo muy buen, pese a su temblorosa voz. 
No sólo hizo un alegato contra este gobierno, sino que también contra gobiernos anteriores, que han dejado pasar reformas estructurales claves, entre otras, la dimensión anémica de las empresas pequeñas españolas o PYMES. 
Las pequeñas empresas españolas, como dijo Tamames, aparte de pagar unos impuestos abusivos desincentivadores para su renovación, tiene un tara legislativa absurda que las impele a no pasar el 49 trabajadores, porque con 50 se meten un un bosque espeso de regulaciones, arbitrios ad nominem, mas fiscalidad, y un largo etc que reduce drásticamente su interés en crecer y crear empleo. 
Y como siempre ha dicho en las sucesiones ediciones de su “Estructura económica de España”, la empresa esta para crecer y ampliarse, renovarse y contratar mas gente, lo que vendría muy bien a la economía española en muchos sentidos. 
Es decir, en España hay una barrera artificial, invisible pero enorme, que protege a las grandes empresas de posibles competidores que les obligaría a bajar precios. Ese es el desarrollo natural de la empresa, que cuando nace es pequeña, pero aspira a aumentar su volumen de negocio y ganar las economías de escala que aparecen cuando se crece. Así es posible que haga más amplio el mercado, más competitivo y más a favor de los consumidores. En cambio, las empresas que han llegado a ser monopolistas y controlar el precio, no tienen ningún interés en que entren en su coto nuevos competidores. Le interesa más dominar el precio y olvidarse de la oferta, y hará prácticas dirigidas a dilatar lo más posible esa situación óptima para ella, pero no para el conjunto de la sociedad.
La imposición de una normativa sobre las PYMES totalmente retrógrada y paralizante, pese a que se promulgue en nombre del progresismo, es, como tantas  otras cosas arrastradas del pasado, lo que ha impulsado sin criterio alguno este gobierno, en esto como en tantas cosas. 
No es que esto no se tenga en cuenta en la Economía aplicada, que desciende del empíreo  de los dioses para decir algunas cosas sensatas que salen cuando se tienen los pies en la tierra. Los académicos, por el contrario, prefieren crear “dogmas matemáticos” con mucho aire enrarecido alrededor. Y la verdad es que siguen dominando las cátedras y la opinión preferente de los organismos estatales y los foros mundiales. Sus absurdas teorías siguen siendo la base sobre la que se edifica la economía mundial. Sin posar la tierra, de avión en avión y de foro en foro.
Tamames se permite además, mezclar en su argamasa argumentos históricos, y siempre he pensado que la economía sin “contrastación” histórica no puede llegar a conclusiones válidas. Encima es un hombre cultivado y añoso, lo que lo dota de una palabra fácil, acompañada, sin abusar, de anécdotas muy bien colocadas. 
Por eso no se puede perder de vista a los Tamames. 

miércoles, 15 de marzo de 2023

Inestabilidad e incertidumbre

Los bancos centrales han levantado opiniones crecientes de desaprobación desde que en 2008 iniciaron el QE (adquisición de títulos de deuda pública) a cambio de dinero, para estimular la demanda y así afrontar el riesgo de deflación. Algunos consideraron ese periodo de tipos de interés ultra bajos como una frivolidad que dañaría irremediablemente su prestigio, aparte de impulsar la inflación. 
Yo no diría que los bancos centrales son los únicos culpables de la desorientación actual, de la desconfianza creciente que despiertan ahora. Los gobiernos contribuyeron a ese desmadre emitiendo deuda sin tasa más allá de toda prudencia, deuda que tuvieron que comprar los bancos supervisores para mantener bajo el tipo de interés a largo plazo. Estas decisiones dispararon la inflación tras la pandemia, que se está intentando combatir con poco o nulo éxito y efectos colaterales sobre los mercados. 
Una complejidad nueva se ha presentado recientemente: las desordenadas quiebras de entidades financieras por el súbito miedo un posible contagio del pánico. Este nuevo frente suscita dudas en que los BC puedan afrontar la inflación con un condicionante de riesgo sistémico, aún remoto, que de aflorar obligaría a alterar, y revertir, la política antiinflacionista. Según Willem Buiter.  

“Cuando ocurre una crisis de liquidez de mercado y/o liquidez de financiamiento en un momento en que la inflación está por encima del objetivo, la tensión entre los objetivos de los bancos centrales (estabilidad de precios y estabilidad financiera) es inevitable. En tales casos, creo que la estabilidad financiera debe ser lo primero, porque es una condición previa para la búsqueda efectiva de la estabilidad de precios.”

El gráfico de abajo es una imagen bastante inquietante.




Representa el spread (o diferencial) del rendimiento del bono del Tesoro americano de vencimiento a 10 años con el ídem del tipo de interés oficial a vencimiento a un día al que la FED presta mercado interbancario a los bancos. 
Este spread es una de las medidas que refleja la pendiente de la curva de interés, siendo ésta la gráfica formada por los tipos de interés de los bonos del Tesoro a sus diferentes vencimientos. Cuánto más inclinada hacia arriba sea la curva, mayor será el spread reflejado en la gráfica. Cuanto más negativa sea la pendiente, menor será dicho spread. En el gráfico es claro que ha alcanzado la posición más negativa desde 1980.
La interpretación económica es clara: un nivel alto en el diferencial refleja tipos a corto bajos y a largo altos. Esta es la posición normal de la curva, y dice que ese diferencial refleja, aproximadamente, el margen de beneficio de la banca (y demás intermediarios) en sus operaciones de pasivo y activo. Esencialmente, la banca suele tomar prestado dinero a corto, a bajos tipos, y prestar a un tipo de interés más alto y a largo plazo a proyectos de inversión real, lo cual es inherentemente inestable para cada entidad y para todo el mercado financiero si no se ataja pronto esas ventas a pérdidas. 
El volumen de inversión real de las empresas crece hasta que su rendimiento marginal esperado se iguala con el tipo de interés que le carga la banca. Y no sólo la inversión; también determina el nivel de actividad y empleo. 
Una simple regla empírica: la FED nunca ha logrado contener la inflación sin causar antes una recesión. El caso más patente fue la recesión de 1980, cuando la FED tuvo que atajar una inflación de dos dígitos provocando una recesión, como se ve en la zona gris de entonces, duradera y profunda. Nunca ha habido un ajuste “suave” de la inflación. De momento, hoy, la recesión se ha evitado, pero la amenaza de crash financiero sigue presente. En 1980 no se produjo una crisis financiera sistemática…
Como vemos en el gráfico, precisamente ahora se observa una curva negativa, “invertida”, y, en el pasado, esta señal ha precedido en unos meses a casi todas las recesiones ( las zonas en gris son los periodos recesivos). Una curva invertida es generalmente debida a una subida de tipos de la Reserva Federal y a una caída de los tipos a largo, señalando un pesimismo en las expectativas que generalmente se cumple cuando se declara la recesión, que a priori no se sabe si será breve o larga, profunda o leve.
Observemos, también, que esta posición pesimista de la curva de tipos de hoy llega a unos niveles negativos nunca alcanzados desde 1980, lo cual significa claramente una seria tensión financiera, pues las entidades financieras se estarían endeudando a tipos similares o más altos que a los que presta, lo que presiona a la baja su margen operativo. El tipo de interés a largo tan bajo quiere decir que las expectativas de beneficio y de rentas es pesimista y, por ende, no hay demanda de crédito para invertir y consumir o, alternativamente, que se espera una caída de los tipos a corto. Pero recientemente se ha presentado otro problema: la quiebra de algunos bancos en distintos países, y severas caídas bursátiles, lo que de golpe ha hecho surgir, como en 2008  con la caída de Lehman Brothers (o 1929) el fantasma de quiebras bancarias en cadena, o por decirlo claramente, un posible riesgo sistémico. Es evidente que esto no sólo va a condicionar la política antiinflacionista, sino posiblemente hacerla girar 180º. No se descarta que estos episodios se repitan, pues desde 2008 hemos vivido más de una década con inflación cero y tipos de interés planos y cercanos a cero.
Con  los tipos de interés cero en 2009-2019, el margen operativo de la banca se comprimió a mínimos, lo que la impulsó a buscar rendimientos más altos en préstamos de alto riesgo y de volatilidad potencial muy grande. Así metió en sus activos títulos muy volátiles, que se intuía iban a dar problemas cuando subieran los tipos. Se intuía, pero no se pudo hacer nada con la desregulación actual.
 De ahí viene los problemas presentes de liquidez a corto plazo (que tarde o temprano se convierten en problemas de solvencia), con ventas generalizadas que no hacen más que agudizar el problema. Otra señal de alarma es la subida en flecha del tipo de descuento de la FED, lo que dice que la demanda de fondos de la banca ha tenido que acudir a la ventanilla de descuento, pese la sobre prima y el coste de imagen que supone.




Según Link, de Blackrock, 

“Las instituciones financieras con grandes cantidades de activos poco líquidos o difíciles de vender en sus balances podrían convertirse en víctimas del «efecto dominó» de la crisis de SVB. «Años de tasas más bajas tuvieron el efecto de impulsar a algunos propietarios de activos a aumentar sus compromisos con inversiones ilíquidas, intercambiando menor liquidez por mayores rendimientos. Ahora existe el riesgo de un desajuste de liquidez para estos propietarios de activos, especialmente aquellos con carteras apalancadas», traslada Fink a los inversores de Blackrock.” 

Por su parte, John Cochrane tiene razón cuando apunta a la deficiente regulación y supervisión como impedimento de la política monetaria, 

“SVB fracasó, básicamente, porque financió una cartera de bonos y préstamos a largo plazo con depósitos no asegurados propensos a correr. Las tasas de interés subieron, el valor de mercado de los activos cayó por debajo del valor de los depósitos. Cuando la gente quiere recuperar su dinero, el banco tendría que vender a precios bajos y no habría suficiente para todos. Los depositantes corrieron para ser los primeros en sacar su dinero. En mi post anterior expresé mi asombro de que el inmenso aparato regulador bancario no se percatara de este enorme y elemental riesgo. Se necesita poner 2+2 juntos: muchos depósitos no asegurados, gran exposición al riesgo de tasa de interés. Pero 2+2=4 no es matemática avanzada.

¿Cuán extendido está este problema? ¿Y qué extendida está la falla regulatoria? Uno pensaría, mientras se pone el paracaídas antes de saltar de un avión, que la Fed habría comprobado que subir las tasas de interés para combatir la inflación no hundiría a muchos bancos.

Los bancos pueden informar el "valor en libros" "mantenido hasta el vencimiento" o el valor nominal de los activos a largo plazo. Si un banco compró un bono por $ 100 (valor en libros) o si un bono promete $ 100 en 10 años (valor de retención hasta el vencimiento), básicamente, el banco puede decir que vale $ 100, aunque el banco solo pueda vender el bono por $75 si necesitan detener una carrera. Entonces, una forma de plantear el problema es, ¿cuánto más bajos son los valores de mercado que los valores contables?”

Como dice Martin Wolf

“La banca de hoy esta designada para quebrar, y lo hace”. 

Es un riesgo permanente que está ahí, inoportuno, oculto, que condiciona la política antiinflacionista, pues siempre que se suben los tipos de interés y se restringe el dinero puede generarse un pánico que amenaza a las entidades más sanas: Una vez que la mayoría ha decidido aumentar sus tenencias de liquidez, vende sin tasa y los precios se derrumban.
Citemos a Greenspan, 

“En realidad, la política monetaria requiere gestionar los riesgos”.

¿Pero quién genera esos riesgos? No será casualmente la desregulación casi total digna de otros tiempos menos revueltos? Esto transluce una zona oscura, inaprensible, en la información, que se requeriría para hacer una política monetaria precisa y sin riesgos sistémicos. Hemos aprendido que eso, en este mundo complejo, no existe. Lo que se adivina es que el tipo de interés de la economía real es muy distinto que el de equilibrio de las finanzas, y sólo cuando se alinean hay paz... El error básico ha sido confundirlos a ambos.
La FED, de momento, no ha modificado su discurso oficial de seguir luchando contra la inflación, es decir, de seguir subiendo tipos. Pero el gráfico y el pequeño - o no tan pequeño - temblor de los mercados por la caída del SVB, Signature, Credit Suisse… (aún no estancado) ponen en cuestión el margen de que disponen la FED y el BCE para seguir impertérrito ante un posible movimiento sistémico difícil de parar una vez desencadenado. La economía USA va bien hasta ahora, pero el gráfico dice que las expectativas son de recesión en unos meses. En el mejor de todos los escenarios, se esperaría que la FED siga subiendo tipos, hasta que llegue una recesión manejable y cambie de modo de pensar. Pero a esa recesión se puede adelantar una Crisis financiera.
Hubo un tiempo en que los bancos eran los únicos intermediarios y estaban muy regulados y supervisados por su banco emisor. Tenían menos posibilidad en meterse en grandes riesgos y grandes endeudamientos. Además, había más información sobre su estado. El historiador Gorton dice que antes de la liberación de los ochenta, un banco se reglaba por la regla de las “tres 3”: tomaba prestado al 3%, prestaba al 6%, y cerraba la  oficina las 3h. Desde la famosa desregulación liberal, esto ha cambiado completamente. La competencia interbancaria y La desregulación suicida han impulsado el estrechamiento de los márgenes, la búsqueda de nuevos mercados, la aparición de la banca de inversión (no controlada por las autoridades), y la invención de nuevos instrumentos imposibles de valorar, cuya opacidad innata estuvo en la base de la grave crisis de 2008. 
El, BCE, por su parte,  ha subido sus tipos al 3,5%, pero ha dejado bien claro que no se cree sus propias previsiones económicas hechas antes de la tormenta. Quizás ese o menos malo podían hacer para preservar su mermada confianza en su lucha antiinflacionista. Es urgente activar un marco regulatorio para desligar los avatares de la economía de la volatilidad inherente de las finanzas. 
Sin embargo, es difícil pensar que la desregulación pueda dar marcha atrás hacia la inocencia de otros tiempos. El propio sector sufriría, y los efectos secundarios serían poco apetecibles, como el encarecimiento severo del coste financiero. Sí, la financiación desregulada ha hecho disponible el ahorro mundial al alcance de todo de todo el globo, pero a cambio de un riesgo constante, agazapado, de quiebra sistémica. Además, las propuestas que están sobre la mesa irían en contra de la capacidad de la banca de conceder crédito (por ejemplo, ratio de liquidez/depósitos = 100%), que se vería más limitado que hoy. Eso enfriaría el nivel de competitividad interbancario, pero que a la postre sea el estado quien tenga que salvar a los bancos destruye casi del todo el argumento de la competitividad. Quizás sea mejor más estabilidad y menos competitividad.
La financiación des regulada a favorecido la difusión del ahorro por todo el mundo, pero la estimación del riesgo no se ha caracterizado por su acierto. Repetidamente el estado ha tenido que correr a sofocar el incendio.
Quiero resucitar una larga cita de Robert Skidelsky, biógrafo de Keynes, sobre el riesgo y la incertidumbre:
 
“Muchos comentaristas han supuesto que Keynes tenía poco o nada que decir sobre la inestabilidad financiera. Esto es falso: la inestabilidad de la inversión como causa de la crisis es un tema continuo en sus escritos: la incertidumbre que opaca el futuro, claramente identificada. 
Con la misma claridad, Keynes identifica el conocimiento probabilístico del futuro como el "supuesto tácito" clave detrás de la teoría clásica del mercado autorregulado (Keynes, 1973C, p. 112). Si supiéramos lo que traerá el mañana, nunca, suponiendo un comportamiento racional, habría una crisis financiera o económica. La opinión de Keynes de que la incertidumbre sobre el futuro es la causa principal de la crisis financiera puede contrastarse con la opinión convencional actual de que el reciente colapso bancario fue causado por la "valoración errónea del riesgo". Detrás de esto se encuentra la noción de que los riesgos pueden tener un precio correcto, pero que los mercados se vieron impedidos de descubrir estos precios correctos por fallas en la información o en los incentivos. La clave para la prevención de nuevas crisis sería, por lo tanto, una mejor “gestión del riesgo” por parte de los bancos y de los reguladores: más transparencia, mejores modelos de riesgo y, sobre todo, mejores incentivos para evaluar correctamente los riesgos que se corren. 
No se cuestiona la opinión de que las inversiones pueden, en principio, tener un precio correcto y que, en promedio, se cumplirán las expectativas. El argumento parece estar entre aquellos que dicen que los riesgos siempre tienen un precio correcto en promedio (los teóricos del mercado eficiente) y aquellos que conceden que los shocks exógenos, la información imperfecta y/o los incentivos incorrectos pueden hacer que los precios del mercado se desvíen temporalmente de los precios correctos dados por 'fundamentos'. 
Por el contrario, Keynes hizo una distinción clave entre riesgo e incertidumbre. El riesgo se da cuando las probabilidades pueden ser conocidas (medidas); la incertidumbre existe cuando no se pueden conocer (o medir), es decir, cuando el futuro es incognoscible. Su idea original fue que la teoría clásica del mercado autorregulado se basaba en la afirmación epistemológica de que los participantes del mercado tienen información perfecta sobre eventos futuros. Admita esto y se sigue el supuesto de pleno empleo - niéguese y se derrumba. La economía de Keynes, por otro lado, es aquella en la que nuestro conocimiento del futuro es "generalmente muy escaso y a menudo insignificante" y las expectativas están frecuentemente sujetas a decepción (Keynes, 1973A, pp. 194, 293-4). Esto hace que la inversión sea “un tema peculiarmente inadecuado para los métodos de la teoría económica clásica” (Keynes, 1973C, p. 113). Los modelos macro que suponen que tenemos probabilidades calculables son irrelevantes para el funcionamiento real de las economías.

Sin embargo, a día de hoy esos modelos son la base de la política monetaria y financiera de hoy. Friedman podría haber descubierto la verdad del mundo real, pero era más cómodo basarse en modelos clásicos, tan fríos y bellos como incómodos. La realidad es mucho más prosaica y desapacible, y cuando se intenta obviarla, saca la cabeza. 

sábado, 11 de marzo de 2023

El caso SVB. ¿Un nuevo 2008?. El desequilibrio inherente del sistema financiero es la causa de todas las crisis

El caso SVB. ¿Un nuevo 2008?. El desequilibrio inherente del sistema financiero es la causa de todas las crisis

Desde la crisis de 1929, se establecieron reglas estrictas a la actividad financiera para que las entidades fueran razonablemente estables. Había una regulación y supervisión que acotaba su campo de actividad. Toda  esta red de seguridad fue desmontada en 1980, cuando Reagan y Thatcher llegaron al poder y se decidió desregular los mercados, incluso los financieros. 
Desde entonces, las crisis han sido recurrentes.
Se ha querido ocultar la verdadera situación de los bancos. Desde la crisis anterior, en 2008, los bancos han sufrido por los tipos de interés cero o negativos, y la curva de interés plana. Esta curva es la esencial fuente del negocio bancario, que normalmente se endeuda a tipos bajos a corto lazo y presta. Tipos largos a largo. Ha pasado más de una década sin poder hacer negocio “normal”, por la caída en picado de los tipos de interés a niveles muchas veces negativos. 
Esta nueva crisis de ventas masivas de títulos, contagiada a todos los mercados del mundo a causa de las dudas suscitadas por la caída y liquidación del SVB (Silicon Valley Bank), pone en evidencia que los inversores se retiran y venden, temiendo que los bancos no estén patrimonialmente seguros: que estén más endeudados de lo que se reconoce y que sus activos, que han empezado a caer en bolsa, estén sobrevalorados. 
La caída de los mercados bursátiles ha dado ya la vuelta al mundo, pese a las medidas en EEUU para proteger a los acreedores del SVB. Hay que ver si este tsunami se para o... Los bancos centrales ya están revisando su política esperada de subidas de tipos para cortar la inflación. En realidad, el golpe que se avecina es el que se va a encargar de frenar la inflación, que pasará a segundo plano en las preocupaciones de los bancos centrales. Lamentablemente no se podrá evitar la recesión.

El viernes 10 de marzo se tambalearon las bolsas mundiales, por el santo temor que despertó la quiebra del Silicon Valley Bank. Este banco tenía un agujero de solvencia que obligó a las autoridades a intervenirlo, sanearlo, para que el lunes los depositantes puedan recuperar su dinero... la intervención ha sido contundente, por lo que ha levantado la sospecha de que la FED va a sentir miedo en su lucha contra la inflación…
El Silicon Valley Bank financiaba nuevos proyectos startup en la zona más tecnológica de EEUU, con su leyenda de revitalización del capitalismos americano. 
Pero las leyendas no valen de nada cuando llega el pánico. En todo caso, las leyendas aumentan las posiciones insolventes con demasiado apalancamiento, algo que se escapa a la vigilancia y regulación de la FED, como pasa con todos los bancos de inversión, operantes no sometidos a las reglas de la banca de depósitos que se financian en el mercado interbancario, en el que la FED tiene el papel de último recurso: es el que interviene comprando o vendiendo cuando el tipo de interés del mercado se aleja del anunciado y deseado por la FED.
Lo malo de este “mercados en las sombras” (y de gran parte del mercado en realidad), es que para las autoridades es imposible detectar desequilibrios agudos que puedan desencadenar una crisis sistémica que arrastre a todos los mercados. 
Es decir, lo que pasó en la crisis del 2008, que empezó con la crisis del NorthenRock y luego contagió a otros bancos en el mundo hasta que en EEUU Se dejó caer “Lehman Brothers”, que fue el pistoletazo de salida a la crisis más grave desde la de 1929. 
El organismo creado en los años de las turbulencias de 1929, FDIC (seguro de depósitos), se ha hecho cargo del SVB, pero algunos sospechan que su caída puede contagiar a otros que puedan estar en posiciones patrimoniales, o de liquidez, arriesgadas, hasta ahora ocultas por lo que hemos visto de la falta regulación y supervisión. Es una zona operativa de alto apalancamiento, invertido en instrumentos  muchas veces sobrevalorados en la fase anterior de euforia, por lo que basta una chispa para que se desencadene el pánico, las prisas por vender títulos y las caídas en los mercados bajo la presión vendedora. 
Es en estos momentos muy volátiles cuando el banco central debe empezar a pensar en inyectar liquidez para cerrar la sangría de las cotizaciones bursátiles y la consiguientes subida de la curva de tipos de interés, porque esos movimientos conjuntos de desaparición del dinero, subida de tipos y contagio de todo el sistema, acabarán en deflación y depresión de la economía real, que es lo que pasó en 1929, cuando la FED creyó una buena idea subir los tipos de interés para “purgar” los excesos del pasado. 
Milton Friedman, en su investigación histórica, demostró que la culpa de la intensidad de la enorme crisis mundial de entonces fue la restricción monetaria de la FED, presuntamente ejemplar, pero en verdad letal. 
De ese caso, que sólo se empezó a resolver cuando en 1932 ganó Roosevelt las elecciones presidenciales, y una vez en el poder decretó la suspensión del patrón oro y, por ende, la salida del dólar de dicho patrón. El dólar se devaluó más de un 30%, y eso permitió bajar los tipos de interés internos y aumentar el dinero en circulación. En 1934 empezaron a verse los resultados de una política de inyección masiva de liquidez.
En 2008 asistimos a una crisis similar en sus raíces. Entidades muy apalancadas, con activos de sobrevalorados, entrelazados en una tupida red de desequilibrios letales potencialmente, fuera del radar de las autoridades monetarias y financieras. Lo que pasa es que en 2008 estaba como presidente de la FED Ben Bernanke, académico estudioso de los hechos de 1929, por lo que sabía en que consistía el extraño juego de la deflación de activos y su contagioso al resto de la economía. 
Aunque Bernanke estuvo demasiado tiempo remiso a tomar decisiones, quizás porque querían “cargarse de razón” y que el Tesoro y otros pesos pesados compartieran su responsabilidad. En el gráfico vemos...




... que la FED no bajó decisivamente su tipo de interés oficial hasta bien entrada la recesión (zona gris). Primero intentó quedarse en el 2%, pero la caída del Banco Lehman le abrió los ojos y bajó al 0,5%, inaugurando así un largo periodo, hasta la Pandemia, de tipos cero o negativos... No hubo deflación, pero sí un largo periodo de pesimismo, déficit de inversión, y curvas de interés muy planas, lo cual indica que inflación no había ni se la esperaba. Con todo, mayoría de los historiadores están de acuerdo en que pudo haber sido más grave que 1929.
¿Puede repetirse otro evento como el 1929-2098? desde luego que sí, pues los bancos centrales están intentando reducir una tasa de inflación y subiendo tipos escalonadamente, por lo que si hay más entidades en posiciones delicadas y activos dudosos, entrará en conflicto el deseo de enfriar la inflación con la necesidad de inyectar liquidez para paliar un pánico sistémico. Por lo tanto, la FED y sus colegas esperarán un tiempo  para ver si la amenaza de deflación se concreta, Y sólo entonces dejaran de subir los tipos y luego emprenderán la desescalada. Seguro que la FED tiene preparado tal escenario, aunque no lo podrá encima de la mesa mientras la inflación siga fortaleciéndose. 
Pero por este lado, hay que decir que tienen cada vez más las manos atadas. En realidad se sabe bien que las crisis son consecuencia de una burbuja anterior, que se pincha por la subida de tipos del banco central, subida que se pretende rutinaria, pero nunca lo es. Los endurecimientos de políticas monetaria de la FED siempre han precedido las recesiones. 
El problema insoluble es que el tipo de interés de equilibrio financiero y equilibrio de la economía real rara vez son lo mismo, y a veces discrepan notablemente. El tipo de equilibrio de la economía está aproximadamente en el 5%, que permite una  tasa de crecimiento real del 3% y una inflación de 2%. Es el óptimo que persiguen los bancos centrales cuando dicen que su objetivo de inflación es del 2%. El financiero es muy difícil de precisar, simplemente porque hay una desinformación “sistémica” constante. La FED intenta quitarse por el tipo óptimo para la economía real, pero es perfectamente compatible con la formación de burbujas y posteriores crisis.
Ahora es pronto para saber cual será e lo efecto de la intervención del SVB por el FDIC. De momento, hay quien opina, como Mohamed El Erian, 

“Dado que el rescate relacionado con EE. UU. SVB va más allá de lo que muchos esperaban, los mercados lo ven como algo más que proteger los depósitos y los pequeños inversores.
El movimiento inmediato en los bonos a 2 años apunta a la opinión de que, al tratar esto como una amenaza sistémica, el Fed también se retirará de su batalla imflación.”
Este es el riesgo en el que estamos. Nuevas expectativas de la FED echando el freno y vuendise impelido a abandonar su rigor inflacionista, por el miedo a un riesgo sistémico. Por cierto, ¿no sugiere la contundencia en la salvación del SVB información privilegiada sobre el estado real del sistema financiero?

En resumen, una situación nueva para los bancos centrales, pillados a contra pie en su estrategia antiinflacionista, que se da de bruces con los desequilibrios financieros, hoy oscurecidos, pero que pueden aflorar en cualquier momento, como hemos visto en la caídas de Silicon Valley Bank. Una situación paradójica, pero no nueva, pues siempre antes de las caídas se ha asistido a una burbuja embriagadora que ha llevado al paroxismo del apalancamiento y a la minusvaloración de la liquidez, hasta que la FED sube tipos. Tarde o temprano alguien se pilla los dedos. Tarde o temprano, otros caen en el lazo de la insolvencia, desatada por la falta de liquidez, porque la falta de liquidez prolongada lleva a la insolvencia. 
La demanda de liquidez frente a una oferta constreñida por la FED… 
El caso SVB nos coloca en una posición nueva sobre el inmediato pasado, que quizá dé lugar a caída de mercados, subidas de tipos de la deuda, desplome de la demanda... en todo caso, los mercados habían estado recientemente subiendo a posiciones sobrevaloradas.

martes, 7 de marzo de 2023

Los chicos y las chicas

Los chicos y las chicas

Mañana hay una manifestación de, creo, feministas, aunque no sé exactamente cuáles, porque ahora hay varias hornadas de feminismo. El de ayer ha sido sobrepasado por el nuevo de hoy. Están bastante enfrentados. Irene Montero es muy criticada por el feminismo de ayer y antes de ayer. 

Arcadi Espada les dedica un artículo magistral. Me permito transcribir un párrafo que levantará ampollas.

“El mujerío (sic) vive de las mujeres en una proporción incomparablemente mayor de lo que lo ha hecho cualquier forma de proxenetismo. Su sostenido chantaje esteriliza la conversación que trata de llegar a la verdad y al acuerdo y no hay mejor ejemplo posible, en la ruina cognitiva española, que la llamada ley del sí es sí, falsedad proteica que arranca de su propio coloquial enunciado y cuyo único objetivo veraz es la liquidación de la presunción de inocencia del varón. Un objetivo que, por cierto, permanecerá intacto, ahora con el apoyo también de la derecha. El mujerío, donde se alistan indiferenciados un gran número de eunucos morales...”

Quizás escueza a los ojos. Échese gotas antes de leerlo, si es que se considera “concernido” por el “concerniente”. Por cierto, yo veo muchos eunucos morales por la calle....

En resumen, parece ser que el feminismo ha roto y sigue rompiendo barreras que no son tales, sino piezas de la naturaleza humana, de la que ha tiempo hemos perdido la huella.


viernes, 3 de marzo de 2023

Inflación y tipo de interés

La inflación española ha vuelto a despuntar en febrero. Eso es malo, pero lo peor es que la inflación subyacente alcanza un 7,7% interanual (de febrero a febrero), lo que no deja de cuestionar la eficacia del BCE en su política monetaria antiinflacionista. Como vemos en el gráfico, del INE, la inflación del IPC anual parece haber alcanzado un suelo, mientras que la subyacente da muestras de aceleración desde noviembre, momento en el que ambas se cruzan y la subyacente rebasa al IPC total. 




La inflación subyacente es más importante a largo plazo, pues está depurada de los precios más volátiles, y por lo tanto indica la inflación que se mantendrá o subirá cuando los precios básicos (energía, materias primas) vuelvan a subir. En otras palabras, es difícil que bajemos del 7,7% subyacente de febrero: lo probable es que la inflación mantenga ese suelo y lo supere. 
Es verdad que el BCE no puede reducir la inflación de manera tajante sin provocar una fuerte recesión en Europa. “Sólo” necesita crear sólidas expectativas de que en un periodo razonable lo conseguirá. Pero si hubiera conseguido generar esas expectativas, estaríamos ahora hablando de una moderación paulatina del IPC, lo cual no ocurre.
Además, los gobiernos miembros de BCE no están ayudando precisamente al BCE a bajar la inflación, todo lo contrario, sobre todo el de España. Con sus políticas de subvenciones y bonificaciones fiscales al consumo, están creando un exceso de demanda que el BCE intenta limitar, como ha dicho la presidenta del BCE, Christine Lagarde. 
Realmente no sorprende que la inflación se muestre reacia a ceder, pues aunque el BCE ha subido sus tipos de interés desde que estaban en el -0,5% de 2019, hasta el 3% de hoy, como vemos en la imagen (el importante es el tipo llamado “fixer rate tenders”, que es el que paga la banca al BCE por sus préstamos en operaciones repos a un día, la expresión máxima de liquidez). 




Estos datos dan una imagen de las dificultades encontradas para el BCE para atajar la inflación. En poco tiempo ha tenido que elevar los tipos, que estaban en negativo, para contener una inflación desbocada, en un contexto de actividad no plenamente satisfactoria, con empresas todavía dañadas por la pandemia. Veníamos de una deflación que bajó  tanto los tipos de mercado que luego normalizarlos no era fácil sin ahondar en una recesión. El BCE ha reaccionado tarde al brote inflacionario, que interpretó como transitorio. Error que cometieron todos los bancos centrales.  Así que partió de una nivel de tipos negativos y reaccionó cuando la inflación ya había alcanzado velocidades muy elevadas. Eso le exigía más firmeza para que el mercado creyera en su política contractiva, lo que no sucede del todo. 
Sí nos fijamos en los tipos  de interés del BCE, resulta que hoy, los tipos reales (deflactados por la inflación) son más negativos que cuando en 2019 se empezó a subirse. Es decir, la financiación hoy es más barata que cuando empezó a brotar la inflación, que ha subido más deprisa que los tipos de interés. Sigue siendo muy rentable endeudarse y especular con la inflación, pues la deuda contraída disminuye en términos reales, mientras que el activo adquirido sube de valor por la inflación. Que es lo que siempre, en todas las épocas,  ha alimentado la inflación. Sobre todo en mercados con claro signo social, como el inmobiliario.
Mientras el tipo de interés real sea negativo, la inflación no cederá, porque apenas hay riesgo en endeudarse y esperar a que los precios suban. Esto mina la credibilidad del BCE en sus promesas de enfriar la inflación. La subida más rápida de la inflación subyacente que el total del IPC lo confirma... Lo que hace más difícil la labor del BCE, que se va a ver en la tesitura de tener que alargar en el tiempo sus previsiones de moderación. Lo que no dejará de minar su credibilidad.
Por eso suscribo lo que dice Paul Krugman sobre la prudencia con la que se debe actuar ante la enorme incertidumbre que tenemos delante:

“Entonces, ¿qué sabemos sobre la inflación y el estado general de la economía?

Es probable que la inflación subyacente haya bajado desde principios de 2022; realmente se tiene que trabajar duro para encontrar medidas que no digan eso. Pero no sabemos cuánto ha bajado.
Sin embargo, la inflación aún se encuentra significativamente por encima del objetivo del 2 por ciento de la Reserva Federal.
La inflación elevada no es un misterio: la economía todavía parece estar funcionando bien, a pesar de una serie de aumentos de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
Hasta el momento no hay evidencia de que la inflación se esté afianzando, por lo que tendremos que pasar por un período prolongado de alto desempleo para que vuelva a bajar. No digo que no pueda suceder, pero por lo que puedo decir, no hay evidencia que respalde los temores de una estanflación al estilo de los años 70.
Dada esta imagen, no veo cómo la Fed puede evitar seguir subiendo las tasas de interés hasta que sea más o menos inequívoco que la inflación está bajo control. Por otro lado, no parece haber ninguna razón para entrar en pánico. La Reserva Federal se está abriendo camino a través de una densa niebla de datos, y esto me sugiere que debería evitar movimientos drásticos en cualquier dirección.

Y por nuestra parte, los observadores económicos pueden querer respirar hondo y enfriar parte de la retórica. La verdad sobre la inflación se ha vuelto más difícil de discernir, y esa niebla no es algo que un choque de egos vaya a despejar.”

Un discurso que ciertamente no es audaz, pero es que no son tiempos para la audacia.En otras palabras, debemos asumir que viviremos algún tiempo con inflación varios puntos por encima del 2%, nos guste o no. En España (y otros países europeos), esto será más patente por los palos en las ruedas de la incontinente política fiscal de déficit y deuda.

jueves, 2 de marzo de 2023

Ferrovial

No son los impuestos, imbécil

Ferrovial y su abandono de Madrid como sede social no es por eludir impuestos. Es por no poder estimar con cierta seguridad cuál será el marco jurídico del año, y al año que viene, etc. Y eso es culpa del gobierno, que cambia todos los años el marco jurídico sin que el empresario puede fijar sus expectativas jurídicas mínimas. Para rematar bien la faena, los ministros de ramo ya han amenazado a Luis del Pino, por su “Olvido de lo que le debe a España” en su larga carrera. Con permiso, ¿este gobierno corsario, con patente de corso, tiene en cuenta lo que España le debe a Ferrovial? 

El empresario es un factor de producción generalmente desdeñado en la opinión pública. Tampoco es que la Economía académica marque con precisión su impagable función, salvo como un factor residual después de descontar la inversión. Creo que los mejores economistas de hoy, con el cerebro machacado por los modelos de Equilibrio General, de un solo agente universal que es el consumidor pero también el inversor, tampoco se molestan mucho en hurgar en la función empresarial. 

Sin embargo, el empresario es una función tan crucial para la marcha de la economía, que el mismo Lenin, fundador del Comunismo en la tierra, tuvo que recurrir a los empresarios para hacer funcionar “aquello” que se había atascado por culpa de su aberrante política. Eso sí, avisando que en cuanto se pusiera en marcha la producción, mandaría matar a los “burgueses“ obligados a gestionar “aquello”.

Y, ¿que era  eso tan delicado que los burócratas no podían levantar?

El empresario es el que decide cuánto capital invertir - inmovilizar - en los próximos años, que tenga la suficiente rentabilidad para pagar a los prestamistas y dejar un margen de beneficio empresarial. Una función que el obrero no puede hacer, como demostró Lenin. Tiene que ser un especialista que no abunda. Para que esa función sea satisfactoria, es necesario reducir la incertidumbre que pesa sobre el futuro a la mínima expresión. Especialmente la incertidumbre jurídica, que puede emborronar totalmente la estimación del beneficio por encima del tipo de interés pagado por la deuda. Inmovilizar tiene unos costes. Una inversión alternativa, sea del mismo empresario, sea de otro, que no podrá acceder a los fondos que se han comprometido ya. si se equivoca reiteradamente quebrará. Lo suyo es que los acreedores liquiden y decidan el destino de lo que quede. Menos en España, claro, país donde nos gloriamos de muchas empresas zombies quebradas, pero sostenidas en parihuelas por manipulación del estado. Por ejemplo, el Pís, ese periódico al que ya nadie cree pero siguen manteniéndolo a flote,¿por? Quí lo sà.

Lenin logró por unos buenos años de cosecha y empresarial con su implantación de la Nueva Economía Política, que se vino abajo cuando  enfermó y murió. La Nueva Política Económica fue reemplazada por el Primer Plan Quinquenal de Stalin en 1928.En efecto, los burgueses fueron fusilados. Luego ya fusilaron a sus propios compañeros, pero es otra historia. 

Es lo que pretende el siniestro juego de este gobierno, aún que de momento solo con la ruleta rusa. 

No duden que habrá más multinacionales que huyan buscando climas jurídicos más templados, aunque sea al norte.  

Aquí, desde el bachillerato, nos enseñan que el empresario es un piojo sanguinolento chupa-sangres, y lo mejor es exterminarlo, después de expropiarlo, claro.

No son los impuestos.

miércoles, 1 de marzo de 2023

Jrushchov y Ive Montand

Ive Montand, a quien los presentes deberían conocer (me temo que no), fue a cantar a la Rusia Comunista en 1956, en el apogeo de su fama. Era tan popular, que Jrushchov (personaje clave el el siglo XX), máximo dirigente de la URSS, le organizó una cena con grandes dirigentes del partido (entonces el Partido era sagrado y omnipotente). Montand ya tenía dudas sobre el Comunismo, su fe de juventud, tras la invasión de la URSS de la Hungría rebelde de 1956, con miles de muertos (supongo que ni les suena). Poco antes, Jrushchov había denunciado los crímenes de Stalin, que estremecieron al mundo.
En esa cena tuvo lugar la siguiente conversación, reconstruida sobre los recuerdos del gran cantante y de su mujer, Simone Signoret. 

Mólotov tiene la mirada fija detrás de sus lentes. Jrushchov bromea: —¡Hemos metido en cintura a los húngaros, hemos restablecido el orden y les mandaremos tantos consejeros como sea necesario! Simone Signoret, a su vez, interviene con una voz dulce. —¿Cómo han podido ustedes hacer eso? ¡La intervención del Ejército Rojo en Budapest es incomprensible para nosotros! —¿Así que no solo los fascistas están contra la intervención? Simone, sin perder la calma, dice: —No, señor Jrushchov, los comunistas también están trastornados, como nuestro amigo Claude Roy. Y los compañeros de camino, como usted dice: Vercors, Gérard Philipe. También ellos se quedaron consternados al ver los tanques que habían vencido a Hitler aplastar a los obreros húngaros. —No comprenden que, en Budapest, hemos salvado el socialismo de la contrarrevolución. Montand sonríe al relatar aquella cena increíble, durante la cual dos artistas franceses plantaron cara a los dignatarios del Kremlin. Asiente con la cabeza, sumido en sus recuerdos, que restituye sin vacilar. Representa cada personaje uno tras otro, como si fuera una obra de teatro. Imita a Jrushchov, hace movimientos con los ojos y adopta el acento ruso. Imita el mutismo de la momia Mólotov, que estuvo en la guardia cercana de Stalin y que vio desfilar por sus lentes de maestro de escuela la maldad del siglo rojo. —Pero también antaño tomasteis a Tito por un contrarrevolucionario y un traidor. —Fue un error del pasado. —¿Así que no hay posibilidad de error del presente? —Señor Montand, para comprender lo que ocurre en Hungría, hay que remontarse a Stalin. Liquidó a millones de personas. Toda la vieja guardia bolchevique fue eliminada en procesos amañados en los que las confesiones se obtenían mediante extorsiones.
Montand está sentado en el lugar que ocupaba Mikoyán treinta y cuatro años antes. Se pone de pie, hace como que levanta una copa inexistente. —Mikoyán se levantó y dijo: «Por la pravda». Simone se levantó a su vez y dijo: «¡Por la pravda, pravda la verdad! No el periódico». 
Se pusieron a reír con educación. La broma era tan vieja como la Revolución de Octubre. Montand mira la mesa en silencio, como si todavía estuviera frente a Jrushchov. —Fue una gran velada, una bonita velada. Pudimos decir lo que pensábamos de verdad, sin censurarnos. Y Jrushchov contó todos aquellos horrores delante de sus colegas del Politburó. Eso significa que también los implicaba. 
Tuvimos nuestro pequeño XX Congreso para nosotros. ¡Por sí sola, aquella cena justificaba el viaje! Montand sale de la habitación. De nuevo, pasillos largos como crujías de transatlántico, una sucesión de salas pequeñas o grandes y nos encontramos detrás del inmenso escenario. La orquesta sigue ensayando. 
Montand escucha, con aspecto emocionado, a la vez que contempla el auditorio, las tres mil quinientas plazas que trepan hasta el techo. ¿Se imagina en ese mismo escenario, dando saltitos mientras canta Les Grands Boulevards? Parece concentrarse, sumido en sus recuerdos. Después, la tapadera de la memoria se cierra. Está de nuevo aquí, en Moscú, en junio de 1990. —A mi regreso de la URSS, vuelvo a ser yo mismo. He perdido mis certezas. Conservo mis convicciones. Continúo esperando. Ya no creo.
Creo que es un testimonio inusual e importante sobre el desengaño de los comunistas que creía no estar luchando por la Libertad. (Fuente: Patrick Rotman, “Ivo y Jorge”.)

martes, 28 de febrero de 2023

Gatillazo de Tamames

Bueno, pues no. Resulta que Tamames es un fiasco antes de su momento cumbre. Según nos cuenta este artículo, en 2018 y’a estaba postulando un nuevo estatuto para Cataluña, una agencia fiscal por regiones, y un nuevo nombre para el engendro político resultante: Nación Catalana. Todo esto un segundo antes del golpe de estado del 1-O, lo que demuestra que a los malcriados niños catalanes no quieren ese tipo de amaños, quieren la independencia que proclamaron durante un minuto raspado. 

No es el primer bobo que quiere ganar la inmortalidad con fantasías que cree son innovadoras, mientras Cataluña va a lo suyo, que es romper la Nación. Ya en la República, Azaña se creyó más listo que nadie y dijo, con su acendrada soberbia del que está fundando un nuevo Estado:

En un debate en las Cortes sobre el Estatuto catalán, Azaña se manifestó a favor de las tesis criptoseparatistas de los Catalanistas, quienes ya habían escrito y enviado a las cortes su versión propia de el Estatuto, que pondrían en marcha en cuando las Cortes le dieran el visto bueno protocolario y expeditivo. En ese debate (en el que intervino Ortega y Gasset), Azaña dijo: 


“... la República no tenía «mejor escudo ni mejores paladines» que los diputados «catalanes», es decir los nacionalistas. En otras palabras, la República —entiéndase: la República republicana de Azaña— dependía de ellos. 

Y añadió: «Esos hombres, esos diputados, para nosotros representan un sentido de libertad republicana y un sentido de autonomía que coincide exactamente con los programas, con las ideas y con los propósitos de nuestro partido republicano»


No ofrecen duda alguna estas palabras de Azaña, quien ya se había enredado en su República soñada al margen de cualquier realidad. Los catalanes eran unos perfectos Republicanos, caballeros del honor a la altura del republicanismo de Azaña. Para él no había duda de que esos díscolos catalanes iban a fortalecer la República que él estaba diseñando en su cerebrom no en la áspera realidad. Como en su famosa ley de las Congregaciones, con la que dio un gran tajo a la sociedad española de entonces - España ha dejado de ser católica -, se enajenó una buena parte de la sociedad y la República que él se empeñó en dejar desamparada. 


¿Cuantas veces hemos asistido a recurrentes patochadas de este tipo, que lo único que consiguen es acelerar el proceso de ruptura?

Así que me desdigo amargamente de mis expectativas sobre la moción de censura. Tamames lleva mucho plomo en las alas. No es trigo limpio.

lunes, 27 de febrero de 2023

Azaña siempre giraba a la izquierda

El egregio Azaña ha pasado por la Historia protegido por un espeso velo protector, de tal manera que sus responsabilidades evidentes en la Tragedia española quedan totalmente ocultas. Azaña fue el “pequeño dictador” consentido que impulsó decisivamente dos leyes que levantaron iras en la España postergada por él, aquella que había tenido un papel el la Restauración, y que veía cada vez más claramente que ese papel se lo estaban arrancando a mordiscos. 
En un debate en las Cortes sobre el Estatuto catalán, Azaña se manifestó a favor de las tesis criptoseparatistas de los Catalanistas, quienes ya habían escrito y enviado a las cortes su versión propia de el Estatuto, que pondrían en marcha en cuando las Cortes le dieran el visto bueno protocolario y expeditivo. En ese debate (en el que intervino Ortega y Gasset), Azaña dijo:  

... la República no tenía «mejor escudo ni mejores paladines» que los diputados «catalanes», es decir los nacionalistas. En otras palabras, la República —entiéndase: la República republicana de Azaña— dependía de ellos. 
Y añadió: «Esos hombres, esos diputados, para nosotros representan un sentido de libertad republicana y un sentido de autonomía que coincide exactamente con los programas, con las ideas y con los propósitos de nuestro partido republicano»

No ofrecen duda alguna estas palabras de Azaña, quien ya se había enredado en su República soñada al margen de cualquier realidad. Los catalanes eran unos perfectos Republicanos, caballeros del honor a la altura del republicanismo de Azaña. Para él no había duda de que esos díscolos catalanes iban a fortalecer la República que él estaba diseñando en su cerebro. Como en su famosa ley de las Congregaciones, con la que dio un gran tajo a la sociedad española de entonces - España ha dejado de ser católica -, se enajenó una buena parte de la sociedad y la República que el se empeñó en dejar desamparada. 
No cejaría en su camino solitario hacia el vacío que él mismo creó en todo lo que llamaba República. Un vacío en el que nadie quiso vivir, ni siquiera sus supuestos aliados los socialistas.

domingo, 26 de febrero de 2023

La vieja pasión

El gobierno ha resucitado una vieja pasión española, que es el odio al éxito económico. Primero fue con la excusa de que la “cesta de la compra” se encarecía, y echó la culpa a los grandes empresarios del comercio, como Roig, dueño de Mercadona. Mercadona es una empresa modélica que ofrece bienes de consumo a buen precio. Siempre está innovando su oferta con productos más atractivos. No se conformó con eso, y poco después dictaminó impuestos especiales a la banca, aún desaconsejados por la UE por sus efectos colaterales. 

Luego el gobierno la tomó con un viejo enemigo, Amancio Ortega, que tiene el “defecto” de ser uno de los hombres más ricos del mundo. Amancio, además, ha donado de su bolsillo equipamiento moderno a la Sanidad Pública, y esto no lo puede soportar la izquierda sin cerebro de PSOE, arrastrada de la nariz por Podemos, que berrea en contra de tales formas de empatía Humanitaria,consideradas como hipocresía pura que esconde la Plusvalía que, como todo el mundo sabe, es el arma letal del capitalismo explotador. 

Ya hubieran querido los pobres rusos de la URRS tener un Estado comunista tan explotador como Amancio Ortega, Ana Botín, o el señor Roig. Estos al menos abren todos los días sus tiendas con los estantes llenos de alimentos a elegir. lo que a mí me gustaría es que hubiera el doble de Botines y Roiges que abrieran todos los días, y de de paso ganaran más plusvalía y tuvieran que abrir al día siguiente, como castigo. 

Este odio al éxito empresarial viene de larga data. Es un aspecto cultural que ha estado ahí de siempre. Yo creo que es el mismo odio del pueblo y el clero bajo que obligó a la expulsión de los judíos, que en 1492 eran los que tenían éxito empresarial. Los reyes no querían, pero la iglesia, en fin, el clero envidioso, crearon un arma ideológica tan ruidosa como irresistible ... 

El caso es que este odio ha dejado un resquemor que en la historia de España que ha sido reavivado a conveniencia de tal o cual grupo de interés. El poder ha estado generalmente más interesado en mantener el ruido a un nivel más o menos modulado. 

Ya lo decía Zapatero el felón: “nos conviene crear tensión”. El paradigma de eso fue Fernando VII y su aberrante inquisición, hasta su muerte. En cambio, su abuelo Carlos III fomentó a los Amancio y Botines de la época, aunque no con mucho éxito, pues el tejido social no era lo suficientemente elástico. Seguía siendo una sociedad estamental, mendicante y poco productiva. 


viernes, 24 de febrero de 2023

Dinero humo

Dinero humo

Según parece, la comisión europea enviada a España para concretar donde han ido los fondos europeos donados a España, no ha sabido averiguar cuál ha sido su destino final. Cosas más raras se han visto, pero este parece un misterio de los de Agatha Christie: el dinero ha salido hacia su destino, pero el camino ha sido tan enrevesado, que se ha esfumado en el transcurso. Alguien lo habrá disfrutado, digo yo, ya sea gastándolo en vino y sexo, ya sea metiéndolo bajo el colchón. Pero ni siquiera por motivos electorales el gobierno es capaz de decir qué fulano o fulana ha sido beneficiado/a. 

Curioso. Debemos, por tanto, pensar bien y dar por hecho que alguien, con buena voluntad, se lo ha encontrado en el desasosegante camino y lo ha consumido, aunque sea prendiéndole fuego. Total, parece que da igual. El caso es hacer el correspondiente asiento contable. Por ejemplo, “de UE a efectivo XYZ. De efectivo XYZ, a humo ZYX”. Voilà.


Auto sacramental

¡Don Ramón, déjeles a todos (y a todas) sin palabras!

He leído en varios medios que la moción de Vox-Tamames va a beneficiar inevitablemente al gobierno. Eso sí, no falta simpatía manifiesta por el actor principal, que ha tenido una vida larga y fructífera. Tampoco falta un cierto retintín en lo de que Tamames fue comunista. Efectivamente, lo fue en los años 1950, y pagó con la carcel por ello. Recomiendo leer las memorias que han hecho varios autores sobre esos años, surrealistas y gozosos, en los que unos pocos se declararon anti franquistas. El dictador, nada tonto, les reservó un trato especialmente bondadoso, pues se trataba de los brotes verdes de la mejores familias los que armaban follón político. Tamames era uno de esos: comunista de buena familia. Cuidármelo bien, pero discretamente, era la consigna. 

Pongo por ejemplo las divertidas memorias de su amigo Sánchez Dragó (Volando alto), también encarcelado, que cuenta un régimen de prisión de balneario de primera. Era un régimen de puertas abiertas, de manera que ninguno estaba en su celda salvo para dormir. El caso es que no había ni un obrero entre tanto comunista ilustrado de clase alta. 

Tamames se forjó su leyenda en esos años, que luego explicó por qué miembro del PCE “porque era el único partido que hacia oposición”, lo que es verdad: el PSOE brillaba por su clamorosa ausencia, embebido en montar conspiraciones contra Franco desde 3 mil km de distancia. Al dictador no le llegaba ni el soplido del viento levantado. 

Es verdad que el PCE se jugaba el físico, pero no es menos cierto que tenía una gruesa distorsión de la realidad franquista, y sus objetivos eran pura entelequia. Pero es innegable que ahí estaba, marcando espacio. 

Tamames es el último Cheyenne vivo, y podría contar cosas interesantes en esa moción de censura, que viene a ser como aquellos autos sacramentales, comedias ejemplares medievales, de la que todo el mundo sacaba una enseñanza. Don Ramón tiene el fondo y la forma necesarios para ello. Déjeles a todos sin palabras.


lunes, 20 de febrero de 2023

Los desafectos

Yo le diría a mi amigo Miguel Ángel Belloso, que lo que propone,  que el PP disponga de una escuadrilla de buenos economistas, como los demás partidos, especialmente en PSOE, es un oximoron de todo punto imposible. PP y grupo de economistas afines, imposible. El PP no tiene esas cosas porque no ha sabido atraérselos ni echándoles miguitas como a los gorriones. 

No se la razón, pero sí algunos motivos. 

De larga data, los economistas prometedores que salían con una beca a estudiar y doctorarse en EEUU u otros lares, eran en un 99% de izquierdas. En esa casilla incluyo la nacionalistas de pelage variado, como vascos, catalanes, etc, pero con una gran conciencia de fidelidad a las distintas banderas que tanto abundan en el separatismo. 

Yo conocí a muchos cuando volvían y se daban un pase por el Banco de España. No se cortaban un pelo y entre ellos hablaban catalán. Ya, una anécdota, pero ahí queda. 

Una razón de tal sequía podría ser que el que daba las becas fuera de izquierdas, lo más natural, dado que en su paso por el gobierno de 1982 a 1996, el PSOE fue al copo de todos los centros de decisión administrativa, incluidas cátedras, fondos para becas, etc. 

Otra razón es que en el BdE ya éramos todos de izquierdas, aunque nadie te lo preguntaba. Se daba por sabido. A mí me llamaron la atención porque compraba El Mundo, y no El País, lo que me costó una discusión árida en la que expliqué al “mensajero” que yo leía lo que me salía de los congojos, 

Ese fue uno de los episodios, de vigilancia espontánea, por otro lado no frecuentes, pues cada uno sabía lo que había que hacer y decir. Yo debía ser muy imbécil. 

En otras palabras, salvo el grupo de inspectores de banca, profesionales de gran prestigio, los demás economistas éramos de la “izquierda caviar”, dispuestos a rompernos los cuernos por las divisas del BdE, como por ejemplo La paridad de la peseta en el SME, o la entrada en el euro. ¡Éramos tan buenos simios que nos sabíamos la letra antes que nos dieran la charla!

El mantra del  BdE en aquellos largos años era, indefectiblemente, que los salarios eran los culpables de la inflación...

No me extiendo más. Yo me aislaba para estudiar por mi cuenta, a ratos perdidos, cosas que me gustaban, como la Economía Monetaria, que creía debía de ser básica en un banco emisor. Con el tiempo descubrí que nadie tenía ni idea, pero ni idea, de cual debería ser el valor de cosas clave, como el tipo de interés, la base monetaria, qué determinaba la demanda de liquidez, etc, etc. La gran operación de Draghi que salvó de perecer ahogado al euro, pilló a todos a contrapie. Nadie sabía que decir. La otra gran operación de Bernanke, presidente de la FED, para domeñar la enorme crisis financiera de 2008, también a contrapie.  

martes, 14 de febrero de 2023

Carlos Saura, dep

Es difícil encontrar en España una opinión sincera de alguien que acaba de morir. Lo hemos visto con Carlos Saura, de oficio sus películas. 

Cuando Carlos Saura “triunfaba”, nosotros éramos unos pipiolos de izquierdas que creíamos tener todo bien aclarado. La dialéctica marxista te explicaba todo, hasta lo más intrincado. Algunos, de casualidad, nos acercamos a una nueva moda, que en cine eran las nuevas hornadas de la “Nouvelle Vague”. 

Este movimiento nos dio un criterio sólido para disfrutar del cine. Nos liberó de cadenas asfixiantes. Aprendimos que el cine no es bueno porque sea de izquierdas. Lo es si disfrutas viéndolo. El más gozoso no es el plúmbeo cine intelectual europeo, sino el cine comercial americano, infravalorado por una crítica trufada de ideología. 

Fue un estallido liberador fecundo. Aprendimos a gozar de películas claras, diáfanas, mucho menos crípticas que las de “Arte y ensayo”, generalmente incomprensibles. Podías estar toda la semana intentando descifrar una de esas, que sólo conseguías una migraña y un cabreo supremo con tu pareja. 

Para nosotros, los liberados, Saura era simplemente un mixtificador. Recuerdo “Pipermín Frapé” o “Ana y los lobos”, “Sor Angélica”, etc. Comparaba ese tormento fraudulento, con la emoción producida por, es un ejemplo, “Esplendor en la hierba”, o “Centauros de desierto”, o “Con la muerte en los talones”, o “Vacaciones en Roma”, o, o, o.... 

¿Por qué esas películas se disfrutan todavía hoy? Porque contenían emociones perennes. Si eran cómics hacían gracia, si eran dramáticas te creías el drama.

Mientras, Saura seguía a su bola, impertérrito en su torre de marfil. “Los perros ladran, la caravana sigue su camino...”. 

Se decía que era anti franquista. Puede. No se podía demostrar. No tuvo problemas en eso, ni en lo contrario. Se vivía bien tras el brumoso enigma.

Nadie me lo ha descifrado todavía.

lunes, 13 de febrero de 2023

El vicio más adictivo



Ah, pensé al ver la esquina de un libro que asomaba entre los pliegues de las sábanas, ¿cómo no me habré dado cuenta? El pobre hombre padece la adicción más peligrosa que existe.

lunes, 6 de febrero de 2023

El segundo idioma

Ayer, a la hora habitual, bajé a la calle para tomar el sol, pasear, y sentarme en el bar de siempre para tomar el aperitivo. Lo que ví fue el espectáculo que todos los días veo en la calle: gente, casi todos viejos, parejas (no tan) jóvenes con la correspondiente criatura, algunos mostrando verdadera ansiedad por beber una cerveza, un vino, como si les hubiera bajado el nivel de ambos paliativos en la sangre.
Algunos se conformaban con trinaranjus y similares. Los niños comían patatas fritas. Bueno, y yo. Me encantan las patatas fritas que antes se llamaban “a la inglesa” (por distinguirlas de las que se sirven en la mesa, que son precisamente las que se ven en Inglaterra). 
El panorama pues, as usual, cuando me llama la atención una pareja no tan joven, española sin duda, con un bebé dormido, ¡hablando en inglés entre ellos!
“No me lo puedo creer” - me dije. Nunca lo había visto. Sí que vi una vez vi a un g-l-p-ll-s regañando a su hijo en inglés, demostrando ostentosamente que su prioridad era el inglés de su hijo, no su educación. Lo que tengo contra esto es que creo que la educación familiar no debe ser sólo o principalmente instrucción, pues es el último reducto de educación sentimental, importantísima en los primeros años. Educación que debe darse en la lengua más natural para expresar esa cosa tan sutil como es el amor tácito, correspondido, entre padres e hijos. No creo que la ansiedad por que el hijo sepa un buen inglés deba ser un cortocircuito en esa comunicación fundamental para la formación del carácter del futuro. 
(Por cierto: sí soy partidario de la vida en pareja mientras crecen los hijos, aunque también soy partidario del divorcio... lo que me lleva a decir que la gente debería casarse con menos ligereza.)
Sobre todo si  el inglés no es tu lengua materna! Les pillé varias veces intercalando frases en español, señal vidente de que no dominaban el inglés, hablado además con un claro acento español. 
Los miraba fascinado. Casi me daban escalofríos viéndolos hablar entre ellos en una lengua no dominada, perdiéndose además hablar entre ellos con naturalidad, con los sobreentidos e intuiciones, sentido de la privacidad, etc, que sólo conoces en tu lengua materna.
Estuve a punto de intervenir. Les diría que en mi casa se hablaba en español, pese a que mi madre era francesa, aunque hablaba un español perfecto. 
Yo fui de pequeño al liceo francés, pero en casa se hablaba español. A pesar de eso, al cabo de los años hablaba un francés perfecto, sin acento, como me decían cuando iba a Francia. Todavía hoy ni se enterarían que no soy francés. Igual con mis hermanas y mis sobrinos.
A lo mejor están educando a su hijo para que emigre a un país angloparlante, lo que sería prepararle para ser un extraño en España... así no habrá tenido lengua materna, y sus hijos tampoco. Eso produce sentimientos confusos, y otros problemas.

domingo, 5 de febrero de 2023

El abracadabra

La Semana pasada hubo un fuerte movimiento al alza de los mercados financieros mundiales. ¿Razón? Lo que los “mercados” (en realidad, los grandes monopolios) habían querido deducir y propagar de la nota oficial de la Reserva Federal en su última reunión. La FED subió los tipos de nuevo, pero sólo 0,25 p.p. Además, quisieron resaltar la parte más acomodaticia del discurso de Powell, la que les interesaba más, la optimista: la inflación se estaba moderando y la FED iba a ser más suave en sus subidas. Pan para hoy y hambre para mañana. 

Consiguieron que la gente picara el anzuelo y compraran deuda pública,con la expectativa de que su precio iba a subir. De hecho los grandes monopolistas ya habían comprado. Eso hizo bajar, de hecho, los tipos de interés de mercado. La jugada estaba hecha, pero ha caída un chorro de agua helada: el día 5 salió el último dato de empleo, vigoroso, y la tasa de paro fue la más baja desde hace décadas (ver gráfico) un 3,4% envidiable, pero que desafía la milonga de que la economía se estaba enfriando y la inflación bajando. En definitiva, como otras veces, un buen dato económico se convierte en agua gélida. ¿Por qué? Porque las expectativas de tipos de interés cayendo se convirtieron, por el buen dato, expectativas contrarias. Ese cruce violento de expectativas, que los expertos intentan anticipar, es lo que mueve el mercado a corto plazo. Una expectativa hace subir el mercado hasta que otra provoca una corrección. 

En realidad, los mercados suben y bajan por la lógica del rebaño: los grandes se anticipan, el rebaño les imita. Por eso son tan amplías las fluctuaciones. Encima, los “expertos” son unos tipos que emplean modelos totalmente inverosímiles, que intentan deducir lo que va a pasar de unos gráficos que manejan como gurús. Lo llaman “chartismo”. Es un abracadabra que a veces casualmente acierta y se atribuye el mérito, y cuando fallan pues borran las huellas. La academia no resida certificado de veracidad, pero todas las casas que manejan los ahorros de la gente utilizan el abracadabra.

claro que la Academia también tiene sus cositas... otro día las contaré.


sábado, 4 de febrero de 2023

Esto está lleno de incultos con mando en plaza

Cuando Borges pasó por España, tras su exilio forzoso en Suiza durante la primera guerra mundial, era un joven desconocido que quería tomar contacto con los intelectuales españoles.
Venía de haber estudiado cuatro años de intensas lecturas. Había aprendido alemán, francés, ya sabía inglés, había leído Grandes filósofos... como Shopenhauer, que le fascinaba. 
Cuando conoció a los más destacados españoles, le sorprendió ver qu’en yodo el mundo hablaba con gran seguridad de autores que ni habían leído ni podrían, pues no sabían idiomas. La rotundidad de las opiniones manifestadas a voz en grito, totalmente arbitrarias y erradas, le decepcionó mucho. Conoció un número escaso que no cayeran en esa tónica. Habla muy buen de Cansino Assens, gran traductor de varias lenguas y autor de libros no muy conocido. 
Ahora esos iletrados facundos están en el poder, en su sitio aledaños o soñadores do que lo asaltan con violencia, una alucinación que me deja atónito. Sus electores más cualificados votan con los pies, con espíritu de rebaño.
Así nos va. 

viernes, 3 de febrero de 2023

La inflación es la muerte del estado

El gran error de los Economistas

I. Introducción 
Hace ya tiempo, desde el comienzo de este blog, estoy invadido de manera creciente por la idea de la Decadencia. Como economista, los signos creo que son cada vez más nítidos. Es lo que voy a desarrollar aquí. 
Como referente intelectual, me permito remitirle s a Oswald Splenger (La Decadencia de Occidente), así como en otras fuentes, todas sesgadas por una cierta ambigüedad, aunque muy bellas en su melancolía. He de decir que los grandes pensadores del siglo pasado, más científicos en su metodología, como Popper o Isaías Berlin y otros, no vieron señal alguna, tan concentrados estaban en su apoyo a la sociedad democrática, a la que sólo veían amenazada por los totalitarismos fascistas y comunistas.
Antes yo era también optimista, no veía ninguna grieta en el sistema político u económico que vivíamos; así que muchos pensarán que me he hecho demasiado añoso. En todo caso, entonces, hace poco más de 15 años, no podía imaginar la degradación a la que hoy asistimos. Además, estoy descubriendo paralelismos muy fuertes entre la decadencia actual y la del anterior periodo de entreguerras, años en que también hubo una gran crisis económica y mucha desorientación. 
Los que piensan que la democracia es imbatible están muy errados. ¡Cómo si la democracia no pudiera más que expandirse por el mundo, o en todo caso, como si pudiéramos defendernos de los bárbaros! 
Hoy los bárbaros se acercan mientras nosotros dormitamos el sueño de lo justos. ¿Como vamos a caer nosotros, los justos, si tenemos nada menos la razón de la historia de nuestro lado? 
Pero ahora nos percatamos que la entronizada razón no basta para contener a los bárbaros. Los bárbaros tienen su propia razón, basada en supuestos y premisas muy distintas a los nuestros. Ya lo dijo Popper: el silogismo no se puede retrotraerse ad infinitum, siempre hay un punto de base inicial que no se puede justificar mediante la razón. 
Los bárbaros conquistaron el Imperio Romano tras haberse convertido previamente al cristianismo. En realidad, guerras a parte, se infiltraron poco a poco en el Imperio, del que aprendieron a legislar, a gobernar... véase los visigodos en España, por ejemplo. Antes de las invasiones musulmanas del siglo VIII, Europa era Goda, pero Cristiano-Romana. Nosotros descendemos de esa mixtura cultural. Como dice Julián Marías, Europa se forjó en la lucha común de unos pueblos cristianos contra el Islam.
Al cabo de siglos, triunfamos sobre los musulmanes. Luego conquistamos el Mundo, como cristianos-romanos. Difundimos esa civilización, aunque desigualmente asimilada. Esa reconquista iniciada contra el Islam y luego expandida por el Mundo, configuró una mapa con Europa gran dominadora, dueña de los avances tecnológicos como la brújula, el catalejo, la navegación a vela, la imprenta, y un largo etcétera que favoreció el comercio y l’an entrada en él de países del norte, y el descubre de América por el oeste. España fue, al principio, el país líder en esos empeños trascendentales. 
Hubo un giro imprevisto, en el apoteosis del Renacimiento, cuando Lutero clavó en la puerta De la Iglesia de Wittenberg sus 95 tesis contra el papado. Fue en 1517 y nadie podía imaginar lo que devendría. (Contado en la parte B de este ensayo.) 
Lutero y su proclamación de la Libertad de conciencia, y así negar la autoridad espiritual de Roma, estaba dando lugar a un nuevo orden político que ni se podía imaginar entonces. El emperador Carlos V intentó atajar expeditivamente el brote, pero pero este no era efímero. Dio lugar a una Guerras de religión devastadoras para Europa, liquidadas en La Paz de Westfalia en 1648, por la que las partes bélicas acordaron respetar la religión de cada país. Esto dio origen a las naciones europeas.
Ese nuevo orden eclosionaría siglo y medio más tarde, en Inglaterra, un país en el que ya existía una separación de poderes entre La Corona y el Parlamento. Esta tradición, y el grito de Lutero, cristalizaron en 1689, cuando un nuevo rey, protestante (de la dinastía holandesa de los Orange) aceptó la separación de poderes y propició desde el poder la economía de iniciativa privada. No es casual que Holanda, aún bajo el dominio de España, hubiera iniciado su propia senda hacia la economía capitalista, con mercados comerciales y financieros muy desarrollados. Una de las primeras naciones, sino la primera, en tener sociedades accionariales y un mercado bursátil.
En suma, se había inventado la separación de poderes y el capitalismo productivo. Como decía Marcur Olson, había llegado al poder el bandolero inteligente, que ofrecía protección a cambio de una extracción impositiva más jugosa que el botín de atracar periódicamente la sociedad. Una sociedad cada vez más productiva. 
Quizás es demasiado tajante decir “se había inventado”. Ya había un conato muy firme de este nuevo tipo de sociedad en las colonias americanas, como supieron observar agudamente Edmundo Burke y su amigo Adam Smith, que en su magna obra “La riqueza de las naciones” ya hacía mención de la sociedad libre y próspera que se desarrollaba al otro lado del Atlántico (también contado en mí libro, por lo que vuelvo a atajar). Ese se añade la experiencia, en Renacimiento, de las ciudades burguesas que desarrollaron un “ensayo general” del capitalismo.
... Al cabo de un par de siglos de aquellos primeros balbuceos, ya sabemos más o menos lo que pasó. Llego la Revolución industrial, inseparable de ese conato de impulso liberal protegido por la ley. ¿Que fue más importante, la democracia o la prosperidad económica? Se puede decir que ”monta tanto, tanto monta”: una economía democrática no se sostendría sin progreso económico, pues el descontento económico acabaría con ella. Tampoco se puede pensar en unan sociedad próspera sin un orden político garantista... 

En el siglo XIX, entre avances y retrocesos, se fue consolidando una sociedad democrática, representativa, y de economía de “libre mercado” que, con todas sus limitaciones, albergó un gran progreso económico imparable hasta hoy en día, por primera vez en la historia. El centro de esa sociedad fue Europa, aliada desde entonces a la creciente prosperidad y avance tecnológico, lo que ni dejó de entrelazarse con la emergencia de una cultura integradora, como se puede leer en el libro de Orlando Cijes, “Los europeos”. 

II. Las guerras europeas 
Eso no fue, sin embargo, bastante como para impedir conflictos en el Continente, hasta que llegó la I Guerra Mundial y su secuela, la II. Al terminar la cual, EEUU se erigió como primera potencia indiscutible. Eso contribuyó a enfriar los ánimos belicosos de los europeos: y además, los enemigos eran otros. De ahí que Estados Unidos, ante la casi certeza de que Stalin se apoderaría del Continente, ofreció a Europa el Plan Marshall, decisiva para el relanzamiento y despegue de unas economías devastadas e indefensas. También se lo ofreció a los países de la férrea disciplina de Moscú, pero este rechazó la ayuda. Prefirió no abrir su información interna a EEUU, su futuro enemigo en la guerra fría.
Sólo Europa occidental se benefició de un plan, sobre todo, como ha dicho Barry Eichengreenn, porque las condiciones impuestas por el donante obligaban a los países receptores a practicar una economía competitiva y abierta, de finanzas modernas, que debían abrirse al comercio exterior sin barreras aduaneras elevadas… eso fue la base de un desarrollo posterior muy fuerte y duradero, por lo que se habló de “El milagro alemán”, “los treinta gloriosos”, etc. No cabe duda que este impulso propició la creación de la Comunidad Europea, futura y actual UE.

III. ¿Cual fue el resultado de la sociedad que emergió?
La sociedad pre democrática y liberal que cristalizó en Europa fue la que albergó la Revolución Industrial, la Ley igual para todos, la separación d de poderes, todo ello adobado por una gran Fe en el el futuro. Los europeos de entonces tomaron conciencia de pertenecer a una tenían superior, justificada para apropiarse de fructificas colonias con la excusa de que había que sacarlas de su estado de barbarie, culturizándolos y convertirlos al cristianismo. Mientras los países protestantes ascendientes adquirían nuevas o consolidaban las poseídas, España, el Imperio que dominó el mundo, entraba en decadencia y perdía sus posesiones en el continente americano. Inglaterra perdió su colonia americana, pero se erigió como el mayor Imperio jamás visto, un nuevo tipo de Imperio menos militar y más eficaz económicamente.
El modelo económico que se irradió de Gran Bretaña- y luego desde los nuevos EEUU - fue un modelo en la práctica de competencia imperfecta. Las empresas privadas ganaban unos beneficios que se puedan invertir,  pagan a sus empleados acorde con su productividad - No acorde con leyes que lo único que consiguen es reducir la demanda del empleo y la productividad total. Cuanto mayor sea el margen de ingresos sobre gastos, más altos serán los salarios y más la inversión que crea nuevos puestos. El estado sólo debe garantizar un marco legal y jurídico para el buen desempeño del tejido industrial, para que éste sea compuesto de empresas con visión de futuro. En realidad debería ser así en todos los aspectos. El mejor gobierno es el que no tiene iniciativas que pueden ser ejecutadas por el sector privado. 
La intervención del estado no fue relevante hasta la II guerra mundial, aunque las experiencias previas en los años más treinta no fueron muy ilusionantes. Hoy, el Estado debe cubrir sectores sociales no atendidos por lo privado. No se tardó  mucho en confundir esa cobertura social con querer ser él mismo el fabricante único de esa servicio. Cada vez nos estamos alejando más y más del equilibrio inestable entre crecimiento y distribución, cada vez nos endeudamos más para hacer cosas que nadie pide, subiendo impuestos disuasorios al trabajo y la inversión, y comprometiendo seriamente el futuro. 
No es teoría económica, es simple observación. Esa observación nos enseña que no existe la competencia perfecta. Lo que se ve a lo largo de la historia es que cada productor ofrece un producto diferenciado que le permite tener una Cierta ventaja sobre los competidores. Eso no es malo, pues le asegura un “nicho de mercado” que le protege a largo plazo de movimientos del precio indeseados, no solo por él, sino también por sus clientes. Eso se llama fidelizar al cliente. Así, los precios de mercado no son exactamente iguales, pero no dejan de ser competitivos cuando aparece un nuevo competidor con novedosas ventajas tecnológicas , nuevos diseños, mejores precios... esa competencia es lo que hace avanzar al conjunto de la economía y aumentar la renta per capita a largo plazo. 
No se defiende uno contra el monopolista abusivo cargándole de impuestos, sino facilitando la libre entrada en el mercado a potenciales competidores. 
La empresa ha nacido para crecer. No es bueno que se estanque, pues el crecimiento le permite reducir los costes medios (Economías de Escala) y dedicar más recursos a la investigación tecnológica o a adquirirla en el mercado. A la vez abre un hueco para nuevas iniciativas. Esto no es utopía, ni estéril teoría. Es una constatación, y el gobierna que soportamos, su ministra de economía en particular, no deberían poner palos en las ruedas del presente y futuro con demagogias fiscales que pueden mermar el beneficio (fuente de inversión), que ya tiene su carga impositiva en otras figuras, como la imposición a la renta.
Prueba de lo que he dicho. Lo bien que lo hace Irlanda comparada con España, con una política de impuestos bajos a las empresas. (Ver gráfico).




IV. Las primeras nubes en el horizonte
El desarrollo espectacular de Europa y de EEUU, el crecimiento incesante del comercio mundial reforzando y abaratando los costes de ese crecimiento, la apertura de otros países al ciclo virtuoso, configuraron una gran comunidad de países democráticos como nunca se había conocido. 
Esto fue así hasta la primera crisis del petróleo, en 1973. Entonces fue cuando aparecieron las primeras grietas en la pintura de tan bello edificio. 
La primera grieta fue la guerra de Vietnam. Francia perdió esa guerra de su colonia en Dienbenfu, una batalla que mostró las debilidades militares hasta entonces insospechadas de Francia. Fue un agujero de succión de dinero, y tuvo que rendirse. EEUU tomó el relevo sin una buena razón, salvo frenar la expansión del Comunismo soviético, en una estrategia de Guerra Fría entre las dos potencias, en la que ambas aceptaban la lucha lejos de su tierra.
Vietnam fue un vía crucis para EEUU. Le desangró, miles de sus jóvenes murieron allí, el gobierno se enajenó la opinión pública…además, económicamente fue una debilitación de los ejes de base: la confianza en el dólar, pronto cuestionado como cabeza de un sistema monetario mundial en el que el dólar, respaldado por el oro de la Reserva Federal, era la moneda base de todo el sistema edificado en 1944, en los últimos compases de la guerra. En 1972, ante la exigencia creciente de los demás países de convertir sus reservas de dólares en oro, el Presidente Nixon decidió suspender la convertibilidad, aceptar la devaluación del dólar y sacarlo del patrón cambios-oro.
Desde entonces, hasta hoy, lo que hay es un sistema de libre cambio, en el que su oferta y demanda están influidas por indeterminados factores que forman las expectativas de otros mercados financieros. Todos los mercados están invisiblemente enlazados, influyéndose mutuamente al son de las cambiantes expectativas.
La institución líder en la que todos fijan sus miradas es el banco central de cada país. Suscita movimientos alcistas o bajistas según sus decisiones del único tipo de interés que maneja (tipo de interés a un día del interbancario) y, sobre todo, lo que los inversores más importantes deducen de los comunicados oficiales, verdadero oráculo reverenciado pero necesitado de interpretación. La interpretación mayoritaria afectará a todas las cotizaciones en el mundo, hasta que un cambio de expectativas, por otro motivo, como un alza de la inflación, se contraponga y haga cambiar el rumbo.
Desde el fondo del patrón-oro, hoy se suele considerar el mercado mundial de divisas como no intervenido, mientras que el mercado de dinero local está dirigido por el banco central. Desgraciadamente, de la excesiva intervención provocada por la primera crisis del petróleo, totalmente contraproducente, se pasó al extremo opuesto, con la llegada en 1980 de Reagan y Thatcher al poder, que quitaron toda la intervención asfixiante en los mercados de producción, pero también lo hicieron, por exceso, de la regulación financiera. Esto al principio funcionó, hasta que empezaron a surgir con frecuencia creciente crisis financieras, que no se quisieron examinar con atención, pues podía afectar a los beneficios bancarios. 
Las sucesivas crisis empezaron con la quiebra financiera de los países sudamericanos, con grandes deudas con la banca USA. La solución no fue volver a implantar las reglas anteriores sobre las posiciones de riesgo excesivo. Se sofocó el posible riesgo sistémico (riesgo de arrastre de todo el mercado) a cargo de los contribuyentes de ambas partes. Sin una regulación mínima, fue un volver a empezar continuo. 
El error más importante que dio pie a esas crisis fue no hacer caso del modelo Mundell-Fleming (1961), que auguraba que era imposible tener una paridad fija del tipo de cambio a la vez que se mantiene la libertad total de movimientos de capital.