El demonio vestía de Prada

Ya he hablado un par de veces de ese individuo que se cree escritor y que ahora da lecciones de teología: Juan Manuel Prada, estrella rutilante del Observatore Romano.
En el ABC de hoy nos depara una lección prístina, nada interesada claro, sobre Lutero, ese Monje que cambió el curso de occidente (aunque muchos no se han enterado):
http://www.abcdesevilla.es/historico-opinion/index.asp?ff=20080630&idn=1641970738218
Como al final tiene que llegar a las conclusiones que el cree que quieren sus amos de ahora, pues tergiversa a Lutero. Total, como sólo lo van a leer los convencidos...
En fin, que el Ex-autor de "Coños" http://www.monmagan.com/elviruspurpura/evp8/23.htm
se ha reconvertido en teólogo. Yo dejaría eso para los expertos. Yo he escrito un libro sobre las consecuencias de Lutero, pero diciendo bien claro que no soy teólogo, y que no sé dónde está la verdad eterna: si en la Iglesia católica o en el Luteranismo. Como ha hecho, por ejemplo, Michael Novak, católico vaticanista, pero como historiador (The two Wings), reconoce y ensalza la influecia de Lutero en EEUU.
No me despertaría irritación el tal escritor si no fuera por su falta de humildad para intentar cargarse a FJ Losantos y mangonear en la COPE.
Un "escritor" que publicaba esto hace diez años - y se sigue vendiendo- es un escritor, en mi opinión, mediocre y chabacano, nada original, sin pizca de gracia, insoportablemente soez, y basto. Así que, menudo fichaje para el Vaticano. Espero que comprendan mi punto de vista, sobre todo ante expresiones como (siento que la cita sea tan larga. Los subrayados son míos):

EL COÑO DE LAS DIPUTADAS
Juan Manuel de Prada
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El coño de las diputadas socialistas es un
coño tímido y como avergonzado de su pasado progre y de su virginidad,
inmolada en Cuatro Caminos. El coño de las diputadas social istas es un
coño que ha renunciado a su juventud entusiasta, a ese fervor inaugural
de principios de los ochenta, cuando albergaba dentro sí, como un puño
enguantado, la rosa con espinas del marxismo, y se ofrecía a los
camaradas del partido (no hacía falta mostrar el carné) como en una
eucaristía sacrílega, solidaria y alegre. El coño de las diputadas socialistas
-me informa Gabriel- ha perdido esa esbeltez de antaño, ese puterío
saludable, ese candor de orgasmos como
ofrendas florales a Pablo Iglesias, esa algarabía
de promesas y decoro que un día enarboló como
bandera de su sexualidad, hoy reprimida. El
coño de las diputadas socialistas, atrincherado
de renuncias e ideales traicionados, alambicado
en la penetración y reticente en el orgasmo,
despierta en mi amigo ese regusto amargo que
nos produce la decrepitud de una antigua novia,
una sensación de ambiguo fracaso que casi no se
puede describir.
El coño de las diputadas conservadoras,
en cambio, es un coño agropecuario y fuerte,
terrateniente y patricio, que acoge al visitante
con una hospital ¡dad excesiva. El coño de las
diputadas conservadoras, rubio como ellas
mismas, tiene algo de basílica caliente, de horno
tibio donde se cocina el pan sin miga de una
democracia retardataria. El coño de las diputadas
conservadoras, blando y benefactor como el
regazo de una cierva, muestra una lozanía
engañosa, una campechanía que se torna
engreimiento cuando se toca fondo. El coño de
las diputadas conservadoras está rodeado de un
pubis extenso, invasor de sus labios, que a mi
amigo Gabriel le recuerda el bigote de Aznar, ese
bigote que esconde una voz de gramófono
húmedo y una oratoria de parvulario, y la mera
asociación de ideas produce un efecto
paralizante en su erección.
Mi amigo Gabriel aún duda entre
socialistas y conservadoras, pero se muestra
orgulloso de haber cumplido aquel proyecto
suyo, inabarcable y alegórico, de follarse a la
democracia sin necesidad de recurrir a leones de
bronce.
Narración "Coños", páginas 22-25

Obsérvese, como de pasada, que el coño de las diputadas socialistas tiene virtudes más excitantes que el de las diputadas conservadoras, "agropecuario y fuerte"… que "está rodeado de un pubis extenso, invasor de sus labios, que a mi amigo Gabriel le recuerda el bigote de Aznar"... todo muy sutil, ciertamente, eso de relacionar imágenes como coño-vello invasor-bigote-… ¿Es un libro erótico? ¿un libro romántico? ¿Un libro de fisiología sexual? Es un libro, como dicen los cursis, transgresor de géneros, "genial", en definitiva. Pero yo siempre he preferido la elipsis de los clásicos, sugerente pero no invasora, y más creativa.