Humildes homenajes. Neira, Moncayo y civilización.

1)- Al profesor Neira: señor Neira, no le conozco, pero cada vez que le he oido hablar me ha sonado muy bien. Además, se portó una vez como yo jamás me atrevería. Veo que ha publicado un libro cuyo título me atrae, así que mañana, o antes si lo encuentro, lo compro y lo leo. De antemano aseguro que me gustará. Me addhiero a ud. entusiásticamente por sus declaraciones  a cuenta del libro, que suscribo sin rubor (parece que a Esperanza Aguirre le ha costado reconocerse en ellas; peor para su integridad moral).
 Sospecho que le harán "dimitir", o lo intentarán; sería muy triste que lo consiguieran; pero le aseguro que yo y otros, hasta el coco de la doxa imperante, le apoyamos.

2)- A Pablo Emilio Moncayo, sargento-prisionero. Es una nueva graduación inventada por las siniestras FARCs (aye todavía oía el la radio a un imbécil dizque periodista defenderlas). Es fácil: se detiene a un sargento de 19 años del ejercito colombiano y se le secuestra 12 años. 12 años sin familia, sin seguridad, sin vida. Una juventud robada.
Moncayo ha madurado mucho en su prisión. Habla como un hombre maduro, pese a su cara todavía de niño. "Lo que no imaginan uds. es lo que significa volver a ... la civilización" declaró con enorme sencillez. Nada más y nada menos. Esa civilización que se desdeña cotidianamente.

Me atrevo a pensar que ambos personajes, públicos mal que les pese, están ligados por su amor a la civilización.