"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 30 de enero de 2012

¿Maldad estupidez o prejuicio antropológico?

Creo que el anterior post no se ha entendido bien. No digo que los políticos hacen el mal más por estúpidos que malvados, como parece entender Bororo. Digo que el ser humano tiene un sistema cognitivo deficiente y, podríamos decir, perezoso, por lo que sus acciones se basan en reglas de acción automáticas que él cree que son rigurosamente lógicas, pero en realidad son meros automatismos mentales que Ortega y Gasset llamaba creencias, Krugman llama prejuicios, y Keynes llamaba ideas pretéritas que ya ni se sabe quién formuló.
Esto es independiente de que los mandatarios sean buenos o malos. No es un juicio moral: es una hipótesis antropológica. Y no quiere decir que los políticos son peores que los demás y que habría que sustituirlos, pues tienen la ventaja de la experiencia en la pugna diaria.
Tan espesos como los políticos o más son los ciudadanos que les votan. A saber, nunca lo entendí, por qué ZP ganó la segunda legislatura con mayoría holgada. Porque si hubo jamás un tipejo que vendió incoherencias fue él. Pero ganó. Eso ne dice que tanto él como la sociedad que le vota actúa por prejuicios y creencias.
Una decisión que fue casi unánime y calurosamente apoyada en España fue el euro. Contra toda lógica y experiencia económica, nos metimos en esto. Y estoy seguro que si ahora hubiera un referéndum sobre la permanencia en el euro, ganaría aplastantemente la permanencia. No hay más que ver a los periodistas que han jaleado y jalearían la campaña de los políticos, todos enfervorizados con el euro, pese a que no vamos a sacar de él más que dolor y dolor. Esos son los prejuicios que nos gobiernan a los que se refiere Krugman. Fads and Fashions. Más fashions que fads, muy difíciles de erradicar, por cierto. Una vez que un prejuicio ha conseguido ligarse en el imaginario colectivo con "lo bueno", como por ejemplo la prosperidad, ¿quién se atreve a atacarlo  a riesgo de perder su posición?
Casi nadie liga al euro con el paro. Sin embargo, el modelo económico más solvente lo hace. Incluso sus defensores a ultranza, como el BdE, como vemos en los gráficos de Ortega y Peñalosa citado en  Histórico fracaso: en ellos se compara lo que pasó en la crisis actual (azul) con la de 1992 -la crisis del SME, rosa- y cómo la devaluación nos hizo ganar un 23% de competitividad (gráfico de arriba: las subidas son ganancias de competitividad) lo que a su vez permitió que el empleo se recuperara mucho antes (gráfico de abajo). Es decir, a los mismos guardianes de las esencias del euro se les escapa este tipo de datos, que lo dicen todo. Dicen que España no estaba preparada para entrar en una unión monetaria. Pero a ellos, convencidos de sus prejuicios, los verás defender que sin el euro hubiéramos tenido en caos. Como, recordemos, dicen ellos mismos en el artículo:
 En todo caso, la experiencia histórica de un buen número de economías avanzadas y la propia experiencia española de las últimas décadas muestran que los países con tipo de cambio flexible –y que, por tanto, cuentan con la posibilidad de devaluación de la moneda nacional- no tienen más éxito en mantener o aumentar la competitividad a medio y largo plazo que los que adoptan un régimen de tipo de cambio fijo.
Es decir, la metafísica por encima de los datos, ante todo. Parecen una mala réplica del Vaticano.
 ¿Qué más da, si se ha hecho una inversión tal en conculcar el "ship-euro= Bueno" que ya no hay quien lo cambie?
Antes vamos a la guerra en defensa del euro, seguro. 

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