Sexto, una noticia que ha pasado bastante desapercibida pero que es MUY importante: las empresas de rating han rebajado el rating de todas las empresas españolas SIMPLEMENTE PORQUE SON ESPAÑOLAS. El argumento que Moody’s dio para justificar la rebaja a Telefónica es que “una empresa española no puede tener un rating más que un rango por encima del rating del gobierno”. Este argumento es terrorífico: los errores catastróficos del gobierno (como por ejemplo, los errores de salvar bancos con deuda pública) no sólo encarecen el tipo de interés que el propio gobierno debe pagar para financiarse, sino que encarece el interés de todas las empresas españolas. Y si el rating baja uno o dos rangos más, puede cerrar definitivamente el acceso de todas las empresas españolas al crédito internacional provocando un “credit crunch” de proporciones dantescas.
El Consejero Delegado de una de estas empresas me decía ayer que ellos ya lo habían anticipado y que en los últimos años habían refinanciado toda su deuda de manera que no necesitan ir al mercado en dos años y que habían acumulado un colchón de cash de unos 10.000 millones para poder sobrevivir sin crédito esos dos años. El problema es que una economía como la Española no puede vivir sin crédito durante dos años. Pronto veremos que las empresas que no han sido tan previsoras empiezan a vender patrimonio y participaciones a compradores extranjeros para conseguir cash (ayer el magnate norteamericano Donald Trump se jactaba de lo barato que era ahora apropiarse de empresas españolas faltas de liquidez por culpa de su incapacidad de acceder al crédito). Si el gobierno sigue haciendo el tonto, no solo a arruinar al sector público español sino que va a causar la mayor catástrofe económica de la historia de España. ¡Al loro!
La recesión, o mejor dicho la depresión (causada por el euro) no se queda sólo en una caída de la demanda. Es una caída en profundidad de la capacidad de producción. Es decir, es una caída del capital productivo. No sólo se deja de ampliar y mejorar: se liquidan empresas, que no deben ser tan malas, puesto hay gente en sitios extraños dispuestas a comprarlas y empaquetarlas para venderlas de nuevo. Luego tienen precio, se venden: son productivas. Por qué se desguazan? Bueno, es lo que creen maravilloso que suceda los liquidacionistas tipo JR Rallo, ¿No? no hay liquidez, ergo hay que vender, y se vende.
¿Ven como el dinero importa? Esta crisis que dura ya cuatro años ha sido una continua caída de la liquidez. El BCE no ha hecho nada para poner remedio, no fuera a aumentar la inflación. Hay un enorme lugar (creo que en Ocaña) donde se subastan maquinarias de las empresas necesitadas de liquidez. kilómetros de enormes maquinarias buscando destino en un sitio donde las cosas sean normales... ¿No decían que habíamos hecho demasiados pisos? Pues parece que no, que hemos hecho demasiado de todo. ¿Habremos hecho demasiados hijos?No sé que quiere decir S-i-M con que esté atento el gobierno y deje de hacer el tonto. Es un problema de Europa entera. Sí, el gobierno no se entera de la destrucción que se está gestando bajo sus ojos, pero no es el único responsable.
Por cierto, la explicación del Consejero Delegado, amigo de nuestro admirado S-i-M, viene a dar la razón a Keynes/ Minsky: las empresas invierten (y desinvierten) en función de unas expectativas futuras de liquidez, que no les gusta perder demasiado de vista. En tiempos de incertidumbre aumentan el colchón de liquidez, lo cual aumenta la demanda de dinero global de la economía. Algunas, simplemente, tienen que liquidar, ante la expectativa de que no venderán lo que producen o necesitan liquidar deudas o no esperan obtener crédito bancario. no son tiempos normales, más bien excepcionales. Una empresa no se puede formar expectativas razonables, ya no a años vista, sino a un mes vista. En ese contexto los proyectos de futuro se reducen a nada. La empresa se convierte en un fondo de dinero administrado con cautela.
Y asi pretenden los "austéricos" que la depuración y el adelgazamiento sirva para restablecer el vigor. Es claro que cuando la liquidación se liquida rodo, lo bueno y lo Malo, lo viable y lo periclitado.
Ese es el ahorro que aplauden los liquidacionistas, entre los que están -no olvidemos que no tienen otra ideología- los miembros de este gobierno, aunque ahora hayan cambiado de camisa. Es un exceso de ahorro en el sentido de que, desde el punto de vista del sujeto, es totalmente racional, pero sus efectos macroeconómicos son devastadores.
Un ahorro constructivo es el que financia capital productivo. Cuando el ahorro se desvía de su ruta normal, es como si se produjera en exceso. Es en ese sentido que Keynes hablaba de exceso de ahorro. El capital al menos ha de renovarse periódicamente y mejorar su eficacia. La innovación tecnológica no es inventar, sino aplicar rentablemente las nuevas tecnologías disponibles. El genio económico, como explicaba S-i-M hace poco, no es la invención, sino la innovación (aplicación). Pues todo eso se está yendo al carajo en una marasmo financiero y monetario. El dinero, ese producto final el sistema monetario/financiero, importa.
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