Allí decía:
La historia es, irremisiblemente, una historia de colectividades. Esas colectividades tienen una identidad, algo en la que sus miembros se reconocen. La historia de Roma, por ejemplo, ha sido la historia más influyente en la posteridad, al menos en Occidente. No quiero decir la verdadera historia, sino su majestuosos recuerdo, más o menos verídico, que fue siempre la meta, el faro, de los pueblos occidentales después de haber sido, curiosamente, los que allanaron y destruyeron Roma. Sobre sus cenizas surgió una imagen que fue el faro de los pueblos medievales al menos desde Carlomagno, siempre intentando recuperar la grandeza de Roma, incluso a través de su sucesora, la Iglesia.
Ahora pongo ejemplos de imágenes de diferentes épocas. El primero es san Martín de Frómista, del románico, o alta Edad Media, con reminiscencias claras de Roma.
El segundo es una catedral gótica (Beauvais). El espíritu de la época es altamente religioso. La Iglesia domina la mente del pueblo. Se construyen en glorificación del din de la vida que es el más allá. El interior de Las catedrales estaba diseñado para que fuera una imagen del paraiso. No eran como las vemos ahora, color piedra, sino que estaban pintadas con vivos colores y pretendían ilusionar a los fieles con una representación del cielo. Este estilo es el que más distorsiona la idea que quiero expresar.
En todas partes vemos una estructura romana. Incluso el barroco no puede prescindir de construir su ideario sobre una base mínima Que rememora la arquitectura romana, como puede verse en las iglesias de abajo. (Cierto que los romanos la tomaron en gran parte de los griegos. Pero no trato aqui de adjudicar méritos).
En el siglo diecinueve encontraríamos monumentos también robados a la imagen romana, con el fin de representar la grandeza. Ahora sabemos que es distinto, pero no necesariamente más bello ni grande.
No estoy valorando no una idea sobre las demás. Solo estoy ejemplificando la fuerte unidad que Occidente irradiaba sobre todas las épocas desde la imagen de Roma, sobre todo a partir del "definitivo" Renacimiento, siempre buscado infructuosamente desde la oscura Edad Media.

Ahora nos podríamos preguntar si la UE, el euro, son fracasos de intentos de sembrar ideas ilusionantes en la decadente y desilusionada sociedad europea. ¿Fracasados por demasiado racionales?
El historiador Le Goff ha sido el que más me ha inspirado en esta línea. También Ortega y Gasset, especialmente sus. "Ideas y Creencias".
Ah! Y por supuesto, Josep Pla.
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