El articulo es graciosos porque, después de enumerar los males para España y Cataluña, dice que solo le queda pedir el amparo de la "mare de Deu de Monserrat":
Tot això és, però, es ja inevitable. La decisió (política) ja ha estat presa. Quina recomanació de política econòmica es pot fer? Jo començaria a posar un ciri a la Mare de Déu de Montserrat.
Pues así estamos hoy. Orando a todos los santos, que no nos hacen ni puñetero caso. Lo malo es que no podemos seguir aquel lema de los monasterios benedictinos, "Ora et Labora" porque lo segundo no hay.
Ayer, por cierto, escribió un articulo sonre la cuestion, "Alemania, humillada y enfadada", donde enumera todos los fracasos del euro y se pregunta porqué nadie quiere darse cuenta que es la raíz de nuestro profundo malestar (aunque dice que no es partidario de eliminarlo). quiero resaltar algunas líneas:Pero como tantas veces ha pasado con el proyecto europeo, los líderes políticos se negaron a escuchar a los expertos, les acusaron de intentar ayudar a los Estados Unidos y a querer mantener la primacía y el monopolio mundial del dólar... y tiraron adelante la unión monetaria.
Y la crisis llegó... y está siendo catastrófica. Ha sido interesante observar las excusas de los eurófilos: Primero, culparon a los especuladores malignos, a la codicia de Wall Street, a los bonos subprime y a la liberalizaciónde los mercados. Después echaron las culpas a las entidades de Rating que (correctamente) ponían malas notas a unos gobiernos que mantenían déficits extravagantes. Después se pasó a dar la culpa a los evasores de impuestos y a los paraísosfiscales que figura que causaban esos déficits fiscales excesivos. Luego se dio la culpa a losgobiernos y a sus excesos derrochadores a la hora de construir aeropuertos sin aviones, trenes sin pasajeros y autopistas sin coches. Últimamente se las están cargando los bancos, losbanqueros y los entes supervisores (como el Banco de España) que supuestamente tenían que vigilar los excesos del sector financiero.
Pero cada vez son más los que se preguntan si la crisis económica europea que estamos viviendo no ha puesto de manifiesto una realidad incómoda: ¿no será que el verdadero problema es el euro? ¿No será que los oscuros académicos a los que se insultó calificándolos de anti-europeos defensores de la primacía del dólar decían la verdad y la cosa del euro se hizo mal? Al fin y al cabo, el euro hizo que los tipos de interés fueran anormalmente pequeños en países como España, cosa que disparó la burbuja inmobiliaria que tanto cuesta digerir ahora. Al tener los mismos tipos de interés en toda la Eurozona, los países con más inflación (como Italia), tenían tipos de interés reales más bajos o incluso negativos, cosa que inducía los aumentos de consumo e inversión, cosa que aceleraba todavía más la inflación. Cuando llegó la crisis, el euro hizo que hubiera posibilidad de depreciar la moneda de los países que iban mal (cosa que hubiera abaratado sus productos y hubiera permitido aumentar la demanda externa en un momento en que la interna había desaparecido). Y como la cosa se hizo mal, sin poner primero los mecanismos que le tenían que permitir a la Eurozona luchar contra la crisis, tampoco había transferencias en forma de reducciones fiscales automáticas en las zonas afectadas por la crisis y aumentos en las zonas de alto crecimiento. Ni existía la posibilidad de que los griegos, españoles y portugueses en paro, emigraran temporalmente a Alemania o Finlandia porque el mercado laboral único no existía y tenía enormes barreras lingüísticas y culturales. Ni estaban diseñados y establecidos los mecanismos debían permitir la reestructuración de los euro-bancos insolventes.
creo que tarde o temprano admitirá que el coste de una desarticulación del GE ordenada será mucho menor que un horizonte sin fin de bajo crecimiento, en el menos malo de los casos. Que es a lo que parece rezar él. Como ya lo han hecho gentes como Simon Johnson, Krugman.
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