"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 17 de enero de 2013

La supuesta guerra de divisas

Curiosa la forma en que han evolucionado las divisas en los mercados mundiales. En contra de las quejas expresadas por los europeos, en el sentido de que el dólar se estaba devaluado demasiado y robando competitividad al euro, no ha sido así.

En el gráfico, pueden ver (línea azul) que el euro frente al dólar se ha mantenido estable desde la crisis de 2008 ( zona sombreada. (La línea es dólares por euro: cuando baja la linea, sube el dólar, y viceversa).

Es decir, el temor a que la laxitud monetaria de la FED hiciera competencia desleal al euro no se ha visto.

De todas formas, cuando se habla de estas cosas hay siempre que meter a la otra parte, es decir, al otro banco central implicado: el BCE.

De nuevo en la gráfica, se pueden ver los tipos de interés de la FED (rojo) y del BCE (verde). Lo primero que salta a la vista es la enorme diferencia que hay entre ambos, pese al nivel históricamente bajo de los dos. EEUU ha mantenido una política monetaria mucho más laxa, no haya duda.

Y, pese a esa diferencia, y la diferencia en los rendimientos de las deudas estatales de ambas partes, el dólar no se ha derrumbado frente al euro. Misterio?

Bueno, no tanto. A pesar de los bajos tipos de interés, el dólar, desde la crisis, es un refugio más seguro que el euro. Entonces, al argumento se le puede dar la vuelta y decir: como la política económica de EEUU suscita más confianza que la del euro, el Tesoro americano se puede financiar más barato. Y, además, la inflación en USA es más baja que en la zona Euro, y el paro más bajo. ¿Cómo es posible?

Entre otras cosas, porque la política monetaria de la FED es más inteligible que la del BCE, y ha cumplido los objetivos anunciados sin tantas ambigüedades. Ha cumplido con su misión de contener la inflación, demasiado a gusto de muchos. Ha logrado que el paro bajara desde los picos el 10% de la crisis. La economía ha crecido, lentamente, pero ha crecido.

El BCE, por el contrario, no ha sabido ni anunciar claramente cuales eran sus objetivos, ni se ha visto un resultado palpable. Desde el punto de vista de la estabilidad financiera, ha sido un rotundo fracaso. La inflación de la zona está por encima de sus objetivos. El paro ha subido a un récord histórico. Tampoco ha triunfado como prestamista de última instancia. La crisis bancaria se le ha ido de las manos. Los tipos de interés siguen siendo muy altos para salir definitivamente de la amenaza de un círculo viciosos a la baja. Etc, etc. Cuando se escriba la historia del BCE, se darán cuenta los futuros habitantes de Europa de lo ciego que han estado sus regentes y lo ciegos que hemos estado los demás. Especialmente en España.

La cotización del dólar podría cambiar, pues la FED, con su última estrategia anunciada, podría aumentar más la cantidad de dinero. Es más, Japón se ha lanzado a una estrategia devaluatoria, todo lo cual ha hecho saltar las alarmas en Europa, donde ya se habla de "guerra de divisas".

Si todos hacemos lo mismo, se pueden frustrar los objetivos de cada uno. En la zona Euro, la política de austeridad de todos ha traído la frustración de la reducción de la deuda/PIB, pues la demanda interna de cada uno y la total ha caído más que la deuda. Ha provocado un círculo vicioso a la baja.

Ahora debemos preguntarnos: si todos se dedican a la expansión monetaria, ¿no se vería frustrado el objetivo de cada uno de devaluar su moneda frente a las demás? Evidentemente sí. Pero a iguales tipos de cambio entre países, la demanda interna de cada uno se incrementaría, y por ende la demanda global, aumentando las demandas de importaciones (exportaciones) de todos. En suma, se lograría un aumento de la demanda global, beneficiosa para todos, y los tipos de cambio no tendrían que alterarse. El mismo objetivo se lograría por otra vía: no expulsando al competidor del mercado, sino haciendo que aumentara su demanda interna a cambio de aumentar la de uno.

El Euro, particularmente, tendría más margen para aumentar su oferta monetaria, lo que es una necesidad urgente.

Quizás sería mejor si hiciera coordinadamente, sin reticencias, con especial atención a que el precio de la materias primas no subiera demasiado. Pero eso se me antoja imposible. Las diferencias ideológicas entre los centros principales son demasiado grandes. La desconfianza es sencillamente abismal.

De todas formas, si cada país se ciñe a su objetivos de inflación, y este es similar en las principales zonas monetarias, no hay por qué temer un aumento notable de la inflación. Es más, un aumento de un punto porcentual sobre los objetivos actuales sería muy adecuado y bien recibido por los sectores endeudados, como los gobiernos (contribuyentes) que verían disminuir su deuda.

No hay tal guerra de divisas. La supuesta guerra tiene una defensa natural, que es bajar los tipos de interés y aumentar la oferta monetaria. Es la ventaja que tienen los tipos de cambio libres, que te aíslan de las decisiones de los demás si tienes otros objetivos, y por el contrario, pues hacer lo mismo si estás en la misma situación.

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