"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 22 de febrero de 2013

Sobre la actualidad de Hobbes frente a la utopías sociales

Hobbes sigue teniendo un tono de malditismo en la cultura popular. Supongo que, como cuando yo estudié bachillerato y universidad, sigue estando en el purgatorio de los filósofos, a diferencia de Platón, por ejemplo, que era tan abocado como Hobbes o más a la sociedad tiranizada. El malditismo es algo que creo que el buscó en vida, aunque su pánico a ser perseguido le frenó un poco en su heterodoxia.

Lo que es actual de Hobbes hoy es su total y convencido anti "buenismo" de entonces y de ahora. Por eso me parece relevante, y supongo que lo ha sido en todas las épocas, porque lo que si se ha visto a lo largo de la historia es una eterna pugna de ideas entre los,"Pelagianos" y los "Agustinianos". Los Pelagianos y sus innumerables sucesores son los que dicen que el hombre es bueno por naturaleza (Rousseau es el paradigma). Otra rama e esa linea, la que impera en el presente, es Locke y su "Tabula Rasa": el hombre viene al mundo limpio, sin ideas ni formas preconcebidas, por lo tanto se le puede moldear sin limite. San Agustín es, pese a ser cristiano, el máximo oponente a esa idea. Hobbes es uno de los continuadores de esta línea que podríamos llamar pesimista, si la otra es el optimismo encarnado.

Hobbes era un temeroso confeso. Pero no un temeroso de Dios, sino de sus semejantes. Su sistema puso del revés, cabeza abajo, lo que hasta entonces se creía. De su estancia prolongada en Francia y sus contactos con Descartes, extrajo su concepto de naturaleza humana. Descartes dijo que somos dos sustancias, cuerpo y mente. El cuerpo es mecánico, y si no fuera por la mente, estaría gobernado por las pasiones. La mente es la dimensión divina. Si hay Dios es porque mi mente es capaz de concebir tal idea grandiosa, y por eso la mente es capaz de concebir todo lo que atañe al más allá.

Hobbes se queda con la mitad. Somos cuerpo, gobernados por la razón, que nos permite pensar en las consecuencias de lo que hacemos. La razón no es divina, y no es capaz de conocer el más allá. Cuando alguien expresa, como los Tomistas, que la razon nos permite "deducir" a Dios, y definir sus cualidades, está en realidad mostrando un respeto y veneración a Dios, y el deseo de que nos atienda, pero no se está demostrando nada. Nuestros actos están gobernados por nuestros deseos y nuestro rechazo. los deseos en Hobbes son en realidad el cúmulo de pasiones que hasta entonces se adjudicaban al alma y al cuerpo, diciendo que los primeros son buenos y los segundos malos. Para Hobbes no hay deseos buenos y malos, puesto que la razón no nos dice qué lo es y no lo es. No todos los deseos son egoístas. Podemos desear para los demás lo que deseamos para nosotros, por lo que la falta de moral supra terrenal no significa que nos estemos haciendo daño.

Ahora bien, para que podamos desarrollar los deseos de cada uno, debemos vivir en seguridad. Uno de nuestros mayores deseos es la seguridad. Para explicarlo, Hobbes acude a una ficción: imaginad, dice, un mundo sin estado. Dada nuestra naturaleza, estaríamos en una guerra constante de unos contra otros. La única manera de obtener paz y libertad para perseguir nuestros fines es un Estado que nos proteja de nosotros mismos. Para que ese estado sea eficaz, debe ser un poder absoluto, aunque no quiere decir unipersonal: admite que puede ser colegiado. Pero si el poder no es absoluto, se debilita y lleva a la guerra civil. Si, por otra parte, no la avenimos a vivir bajo la ley el estado, nuestro afán de seguridad nos llevaría a lograr más y más poder para protegeenos de los demás, que también quieren la mayor seguridad posible.

Pero, al contrario que Arisroteles, que decía que el hombre es político por naturaleza, Hobbes cree que si el hombre vive bajo la seguridad del estado se ocupa de sus cosas sin sentirse frustrado por no intervenir en política. En esto es contrario al liberalismo utópico del estado mínimo, como el anarquismo y el marxismo maduro, se que el estado desaparecerá una vez conseguida la igualdad. Entre el buenismo de de estos y el pesimismo de Hobbes, me quedo con éste.

Lo curioso es el método de Hobbes. No es una constatación, es una deducción "geométrica" basada en una definición de la naturaleza. Hobbes creía que la geometría era indiscutible, una ciencia exacta, y lo que el intentaba era describir geométricamente la naturaleza humana y sus consecuencias en según qué circunstancias.

Desde el punto de vista actual, la filosofía de Hobbes puede ofender. Pero si se piensa en cómo eran estas cosas en sus tiempos (1588-1679), no le faltaba razón para decir lo que decía. Vivió la guerra civil inglesa, que acabó con la victoria y tiranía de Cromwell, la Restauración en manos de Carlos II (que había sido su pupilo en el destierro de Francia y le trajo a su corte), y la guerra de los treinta años en el Continente. Hobbes no era un entusiasta de las guerras, sino de la seguridad en paz, de la protección de un Estado que garantiza que los individuos vivan seguros y lleven una vida guiada por sus deseos, siempre que estos no estén contra estado. Cabe preguntarse en qué hubiera modificado su filosofía si hubiera vivido la "Gloriosa" revolución de 1688, esa revolución pacífica que fue un pacto entre la Corona y el Parlamento que selló la definitiva paz interna para Inglaterra. Paz que cada vez que se ha intentado imitar (como el la Revolución francesa) ha acabado en guerras sin fin, pese a lo cual esta segunda siempre ha tenido un prestigio muy superior a la primera.

Pero, aparte de sus convulsos tiempos, Hobbes sigue teniendo cierta actualidad. Más actualidad, digamos, que los economistas-racionalistas, a los que Ryan Alan, en "On Politics", compara acertadamente con Hobbes en su metodología deductiva. Lo mismo que Hobbes, los economistas-racionalistas parten de un concepto de ser humano racional, calculador, con información suficiente, que actuando libremente lleva a la mejor solución social económica. El camino desde la base no es la geometría, pero sí las matemáticas más modernas. Lo que tenga luego que ver con la realidad histórica no importa. Lo que pasa es que las conclusiones a las que llega Hobbes, a pesar de su método "geométrico" y su desdén por la contrastación empírica, parecen coincidir algo con la historia.

Esa vigencia creo que nos permite analizar la situación de España (y de Europa): en España el poder es débil y fragmentado. Se gobierna ahora mismo con el miedo tácito a molestar a uno de los innumerables poderes que rigen. El poder central, que debería ser hegemónico sobre los demás, no se atreve a meter en vereda ni un ayuntamiento, no digamos ya una Comunidad en rebeldía. Por el contraio, cada vez da más muestras de ensañar su escaso poder "contra los mensajeros" que desvelan noticias que pudieran perjudicar a uno de esos poderes innumerables.

Si seguimos la lógica de Hobbes, la debilidad del poder legitimo en España esta poniendo en peligro la paz social que, se supone, debería ser el fruto máximo, el summun bonum, de la Transición. Que esto sea así o no depende de los acontecimientos, que a veces dan giros inesperados, pero no creo que se pueda negar, al menos contingentemente, que la debilidad del Estado sólo puede añadir incertidumbre a la inseguridad. A menos que uno de nuestros deseos más básicos no sea la seguridad, como decía Hobbes. Puede suceder que es deseo no sea muy agudizado cuando se vive en la seguridad. En los últimos 40 años hemos vivido en una cierta sensación de seguridad más o menos cierta. Pero una vez que se adentra uno en la inseguridad creciente (y no sólo física, económica también), la gente no se sosiega por que sí.





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