"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 22 de marzo de 2013

Contra el populismo

Hay un excelente artículo de Enric González en el Mundo de hoy. Sin gran hojarasca, está lleno de intuiciones demoledoras contra el zafio populismo emergente en Europa. Unas muestras:

... Pero el populismo, incluso en su versión mejor intencionada, asoma el hocico. No necesita una ideología. Italia es desde Maquiavelo el gran laboratorio político europeo: inventó el fascismo, inventó la democracia cristiana, inventó con Berlusconi el populismo televisivo y nos ofrece ahora, de la mano del cómico Beppe Grillo, el populismo en red. El Movimiento Cinco Estrellas, lleno de gente voluntariosa que cree encarnar los sentimientos democráticos más puros, no necesita ideología. Le basta con oponerse al politiqueo estéril, a la corrupción, a la decadencia de las élites. Por simplificar, le basta con el odio a lo existente. Y es difícil no comprender a toda esa gente que grita «¡basta!»
Por el momento es sólo un ensayo más o menos simpático. ¿Qué pasaría si el fenómeno se multiplicara? No hay argumentos políticos que oponer al nuevo populismo. En la Unión Europea, la política se ha reducido a una sucesión de elecciones en la Baja Sajonia o el Palatinado, o incluso en el conjunto de Alemania, que los conservadores de Angela Merkel deben ganar a toda costa. Eso es lo único esencial. Por lo demás, el juego consiste en columnas de debe y haber, en negociaciones entre deudores y acreedores, en imposiciones procedentes de organismos que sólo se representan a sí mismos y que defienden la sacralidad del capital.
La recesión eterna a la que han sido condenados los países periféricos (una pequeña pero influyente empresa de valoración, Russell Indexes, ya ha dejado de considerar a Grecia como «país desarrollado» y la califica de «país emergente») es una recesión parcial. Sólo afecta a las clases trabajadoras en su sentido más amplio, las que padecen los impuestos sobre el salario y el consumo, las que sufragan el cada vez más achacoso Estado-nación. El gran capital sobrevuela esas pequeñeces, disfruta de la globalización y acumula cada vez más patrimonio. En los años 30 surgieron regímenes que básicamente se oponían a eso que llamaban «cosmopolitismo» y acabaron destrozando Europa. Es muy fácil construir algo parecido a una ideología a partir del odio, del resentimiento y del hartazgo.
Pero eso, dicen, no puede volver a ocurrir.
Sólo una pega: que hay una buena dosis de populismo en lo que él dice: lo del "El gran capital sobrevuela esas pequeñeces, disfruta de la globalización y acumula cada vez más patrimonio". Ese fantasma construido por la izquierda como el Satán del socialismo, el Capital, es una palabra sin contenido. Salió del título del Opus Magun de Karl Marx, Das Kapital. Libro que casi nadie ha leído, porque es ilegible, y menos para intelectuales que saben de todo y de nada.
El Kapital, ahora también llamado con gran fruición los "Mercados", es un gran fracaso histórico. Quiero decir que, como consigna, ha sido un fracaso sangriento durante 73 años hasta que cayó el muro de Berlín, ese sí, un acontecimiento histórico que no hizo apenas daño a los ayatolás de la causa. Tampoco hizo merma en el Socialismo español, que dejo pasar la oportunidad de rejuvenecerse y pisar tierra. De ahí su desconcierto actual, que no saben a que clavo colgarse y cada vez dicen más sandeces.

Y es que si un minimo esquema teórico contrastado -pero no dogmático, sino flexible- no se puede encuadrar la realidad en unas coordenadas sin hacer de ella una caricatura. El Capital, o los Mercados, como gran argumentario final, es un ejemplo de esos desbarres peligroso a que lleva seguir fundando tus juicios en una ideología dogmática del siglo XiX.

Nuestros males no viene del Kapitalismo, sino de lo raquítico que es. De lo endeble que es pese a estar hiperprotegido por los poderes. En España, pero también en Europa.

Lo que nos asfixia no es el capitalismo "volador" e inaccesible a la crisis, sino la combinación de dos cosas: una burocracia europea, y el histórico fracaso de la moneda única. Nuestro capitalismo es monopolista, raquítico y poco competitivo. Si nos comparamos con Italia, a la que pretendemos superar (Zapatero dixit) Italia tiene unas multinacionales de las que nos nosotros carecemos. Italia tiene mucha deuda, más que nosotros, sí, pero la mayor parte de esa deuda la poseen residentes italianos.

El Capitalismo, en contra de lo que imaginan estos rojos que no han leído a Marx, porque no lo entienden, es la "causa eficiente" de que hayamos alcanzado tan altos grados de bienestar, y si se empiezan a tambalear ahora, es porque el capitalismo esta agarrotado por esa burocracia que nos asfixia y que prohibe la entrada en Europa de una serie de avances que han reducido el hambre en el mundo (cultivo transgénico) y han abaratado la energía (tecnología fractal), mientras aquí seguimos subvencionanso agricultores de pacotilla que sólo están para poner la mano (Eso si, mantienen una mitología agraria que es imbatible: cuando vemos una marcha de tractores a Madrid, se nos cae el moco de la emoción). También enterramos toneladas de euros en unos molinillos que "producen" la energía más cara del mundo (pero que permite vivir muy bien a los "pueblos de España" y a otros comisionistas, entre los que está el hermano del ministro Montoro). Ambos esquemas sirven para repartir comisiones y ayudas, porque cuanto más ineficiente es un tinglado, más dinero cuesta y más gente hay que convencer. Sorprendente.

El Capitalismo es un sistema dinámico. No es un grupo de oligarcas fumando puros, que conspiran para quedarse con le mejor trozo de la tarta que otros producen. Son los que hacen que la tarta sea cada vez más grande y variada. Crean un ecosistema en el sentido de que generan oportunidades a empresas nuevas que aprovechan los huecos que dejan las grandes, y eso permite generar más empleo. Es, por eso, un sistema dinámico de empresas de todos los tamaños que al crecer hacen crecer la economía: la tarta a repartir. Si este sistema enferma, como ahora, desaparecen ciento de miles de empresas, sobre todo pequeñas. Pero todas pierden con la caída de los mercados, todas se recortan y despiden, o se van a otras latitudes donde las cosas vayan mejor. Pero la crisis no la "sobrevuelan". Es de las cosas más estúpidas que he leído de economía.

Desgraciadamente, los libros de texto de la Logse incluyeron la versión dogmática marxista, y nuestra juventud está educada en el odio a eso llamado "Mercados" o "Capitalismo" (por cierto, de cuando Rubalcaba era ministro de educación). Así han conseguido que los que llegan al mercado de trabajo se arrojen piedras a sí mismos...

Así que está servido uno de los clavos al que puede colgarse el populismo creciente que acabará explotando. Será de la pata del Capital, una nueva versión aligerada, que todavía no tiene una cabeza en la que posarse. Los intelectuales lo manejan bien, hacen frívolos juegos malabares y están deseando aclamar a los sucesores del horror. El campo está sembrado para la nueva generación de la hierba del odio.

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