"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 7 de marzo de 2013

Hundiéndose en un mar viscoso de deuda

Ya hemos hablado de Japón en un par de ocasiones. Martín Wolf nos invita a profundizar en ese difícil mar de conflictos insolubles, en el que también Europa esta inmersa, no sólo Japón. Expongo primero el problema de Japón, y luego paso al problema de Europa.

La conclusión es que el problema de la deuda no lo soluciona el "Orden Espontáneo". Es como una derrame de petróleo viscoso en el mar: sólo el Poder lo pude limpiar, por mucho que los culpables hayan sido otros.

Como ya hemos expuesto, Japón esta en una deflación permanente. Wolf nos dibuja muy bien la situación con un ejercicio de comparativa entre el hoy real y el que hubiera sido de haber ido las cosas con normalidad. Vean el gráfico. En la parte de arriba, en rojo, la tasa de inflación de IPC, por debajo de cero. En azul, el tipo de interés del bono a diez años, en 0,66%. En naranja, el tipo de interés del Banco de Japón, en un cero%. La deflación hace que el tipo de interés real sea mayor que el tipos e interés mínimo al que la inversión se movería.

Ahora miren donde estaría el nivel de precios (azul) si se hubiera mantenido una tasa de inflación el 2%, que suele ser la norma universal perseguida por los bancos Centrales, comparado con el nivel de precios.

Estaría un 40% por encima del nivel actual (rojo).



Finalmente, lo mismos pero para el PIB nominal, y la senda que tendría que recorrer el PIB nominal para, en 10 años, recuperar el nivel que se hubiera alcanzado en 2022 si ese PIB nominal hubiera crecido a la tasa anual de 3%.


Como el PIB nominal efectivo es cada vez más alejado del que hubiera sido en condiciones normales, cada vez va a ser más difícil alcanzar ese nivel. En 10 años, dicho PIB nominal se tendría que duplicar, o crecer un 5% anual, para que en 2022 el nivel de Deuda/PIB (ahora en un 230%) se redujera a la mitad.

Ese es el objetivo de Japón, una inflación del 2% y un crecimiento real del 3%., a ser posible durante 10 años.

No lo tienen tan fácil el nuevo primer ministro ni el Banco de Japón, sobre todo porque si actúan contundentemente en esa dirección no van a recibir indiferencia del resto del mundo. Lo demás países se ofenderán y responderán si eso conduce (que lo hará) a una depreciación abundante del yen.

Si no lo consigue, la Deuda/PIB seguirá aumentando, pues el gasto público es difícilmente reducible en un país tan envejecido.

Lo positivo es que la deuda de Japón esta en manos de Japoneses, principalmente. La quita, o la inflación, o la Leva, sería desposeer a los tenedores /ahorradores de sus derechos, en favor de las clases más activas y productivas, que se enfrentarían a un escenario no tan sombrío de impuestos y quiebras. Sólo que la Quita o la Leva serían más traumáticas que la inflación, pues serían a más corto plazo, lo que provocaría un hundimiento de la actividad por caída de la demanda de los acreedores.

Esto ilustra lo que decía Keynes de la deuda acumulada. La deuda está en manos de unos acreedores ("rentistas") que quieren recuperar los intereses y el capital. Ergo, se oponen a cualquier política inflacionista que les devalúe su activo. Sin embargo, una inflación es menos inaceptable y doloroso que una Quita de deuda, o una Leva de Capital, que tendría que ser muy sangrienta para cercenar esos niveles de deuda.


Este escenario, como decía Keynes, percute de lleno en la filosofía que dice que los contratos han de respetarse como si fueran sagrados. Pero esto es como asumir que las partes contratantes eran racionalmente conscientes de los riesgos a los que ese exponían, lo cual es dudoso. Llega un momento en que la vigencia del Contrato, caiga quien caiga, es imposible. Tarde o temprano el deudor quiebra y suspende pagos, y entonces las pérdidas del acreedor son mayores que si hubiera negociado o aceptado una quita. Yo creo que si los acreedores no son racionales en esas circunstancias, difícilmente lo fueron cuando firmaron el contrato.

Ni los agentes son racionales, ni tienen clarividencia sobre el futuro, aunque lo fueran. Y, en todo caso, no pueden adivinar el contexto global futuro. Lo que era asumible en un contexto de crecimiento no lo es en uno de depresión. Ai las autoridades hubieran impedido llegar a esto, no estaríamos en esta trampa. Si no lo hicieron, los enserian hacer ahora, y cuanto más tarden peor, porque esto no lo arregla el "Orden Espontáneo". El Orden Espontáneo se basa en que nuca todos van a colocarse en el mismo riesgo. Falso. El problema es que muchas hay burbujas, y son lo definición una movida de todos hacia un objetivo: pisos, peor, acciones, financiándose con deuda.

Llegados al hundimiento, Hay un conflicto de intereses, y si se respetan los derechos de los acreedores, al final todos pierden. Por otra parte, es difícil llevar a una mesa a todas las partes para que negocien ellos mismos una solución rápida. Habrá intentos de llevarse la mejor parte, incluso a riesgo de que pierdan todos. El gobiernos debe intervenir de una manera u otra. La inflación, todo lo que se quiera de moderada, es el menor de los males.

Pasemos a Europa. Lo malo de Europa es que es una situación igual, pero mucho más endemoniada, porque no somos un país, sino 17 en divergencia de intereses. Cada país está en deuda con los demás, pero no simétricamente. Nosotros le debemos a Alemania, pero Alemania no nos debe nada en términos netos. A eso se añade un BCE teóricamente neutral, pero en realidad en manos de los acreedores, como demuestra su trayectoria en la crisis: la política es que los países en dificultades paguen sus deudas a los acreedores, pase lo que pase con su nivel de renta. Así ha sido con todos, especialmente con Grecia, Portugal e Irlanda. El dudoso papel que hizo el euro cuando esos países se endeudaron, es agua pasada. No cuenta. Sólo se les ayuda para que devuelvan lo que deben, no para que se recuperen.

En todo caso. Una solución negociada es difícil, porque los países endeudados, sencillamente, no tienen bazas negociadoras. Pero que el BCE impulsara una inflación del euro para que las deudas bajaran respecto al PIB, es igual o más difícil. Esa es nuestra tragedia en la que estamos atenazados.

Y cuanto más pase el tiempo sin afrontarlo, peor.



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