La UE ha destapado el tarro de los aromas de nostalgia: ayer, de madrugada, desembarcaron en Chipre camiones cargados de billetes, hasta cinco mil millones de euros, para contener cualquier avalancha hacia la retirada el dinero de los abonos. Friedman tenía razón: hay una parte del dinero, que él llamaba "High Powered Money" que es el dinero de verdad, el fundamento de la pirámide financiera, el billete. Ese billete que no tiene valor intrínseco, pero cuyo valor simbólico adquiere una importancia inesperada en ciertos momentos.
Al final del final, cuando las cosas se ponen feas, todos quieren sus billetes, algo que no parecen comprender eso a mandarrianes, LLamas & Rallo, que se ufanan de que el rescate chipriota ya ha sido chipén porque se ha hecho a costa de los acreedores. Pero los chipriotas no quieren oro (con el que no pueden ira a la compra, no es un medio de cambio), quieren billetes de euro. El dinero es lo que te permite pagar y redimir deudas, y con el oro no puedes saldar tus deudas con hacienda. Resulta que el billete, ese billete que vos despreciáis, es el bien más deseado del mundo para un chipriota. Roguemos a los altares de que no les pase a los españoles. Al final se ha hecho a costa de acreedores, pero van a pagar el paro todos. Los mandarines de la UE no se saben bien la Historia Monetaria de EEUU, que Friedman acuñó para que no se olvidara.
Ese rescate nos trae efluvios de los años treinta, cuando la Reserva Federal no daba abasto para que los bancos se quedarán a cero de dinero. Cayeron como chinches, y cuantos más bancos caían, más pánico se sembraba. Si la RF hubiera cubierto el 100% de la demanda de billetes, probablemente no hubiera sido tan profunda la Gran Depresión.
El euro se hizo de espaldas a esa realidad, pues se pensó que era un imposible remoto. ¿Por qué se hizo tan chapuceramente el euro? (Porque las chapuzas no empiezan ahora, son desde el principio). Se hizo mal porque se impuso el modelo Bundesbank, y se le quitó cualquier filo de debilidad que se saliera de controlar los precios. El miedo de los alemanes a un euro más débil que su amado Marco es la irónica razón de que ahora el euro sea una moneda débil y bajo sospecha. Sospecha de ruptura, de fragmentación, por culpa de su ambición de solidez.
Malo cuando se empiezan a hacer las cosas a escondidas, de madrugada, para no levantar sospechas a la ciudadanía de que la van a esquilmar como a ovejas lanudas.
Malo cuando después de cada país rescatado cae uno nuevo en la red de los peces moribundos: ahora es el turno de Eslovenia, donde supongo que los ciudadanos habrán tomado nota de la nueva metodología de rescate merkeliano.
Al final del final, cuando las cosas se ponen feas, todos quieren sus billetes, algo que no parecen comprender eso a mandarrianes, LLamas & Rallo, que se ufanan de que el rescate chipriota ya ha sido chipén porque se ha hecho a costa de los acreedores. Pero los chipriotas no quieren oro (con el que no pueden ira a la compra, no es un medio de cambio), quieren billetes de euro. El dinero es lo que te permite pagar y redimir deudas, y con el oro no puedes saldar tus deudas con hacienda. Resulta que el billete, ese billete que vos despreciáis, es el bien más deseado del mundo para un chipriota. Roguemos a los altares de que no les pase a los españoles. Al final se ha hecho a costa de acreedores, pero van a pagar el paro todos. Los mandarines de la UE no se saben bien la Historia Monetaria de EEUU, que Friedman acuñó para que no se olvidara.
Ese rescate nos trae efluvios de los años treinta, cuando la Reserva Federal no daba abasto para que los bancos se quedarán a cero de dinero. Cayeron como chinches, y cuantos más bancos caían, más pánico se sembraba. Si la RF hubiera cubierto el 100% de la demanda de billetes, probablemente no hubiera sido tan profunda la Gran Depresión.
El euro se hizo de espaldas a esa realidad, pues se pensó que era un imposible remoto. ¿Por qué se hizo tan chapuceramente el euro? (Porque las chapuzas no empiezan ahora, son desde el principio). Se hizo mal porque se impuso el modelo Bundesbank, y se le quitó cualquier filo de debilidad que se saliera de controlar los precios. El miedo de los alemanes a un euro más débil que su amado Marco es la irónica razón de que ahora el euro sea una moneda débil y bajo sospecha. Sospecha de ruptura, de fragmentación, por culpa de su ambición de solidez.
Malo cuando se empiezan a hacer las cosas a escondidas, de madrugada, para no levantar sospechas a la ciudadanía de que la van a esquilmar como a ovejas lanudas.
Malo cuando después de cada país rescatado cae uno nuevo en la red de los peces moribundos: ahora es el turno de Eslovenia, donde supongo que los ciudadanos habrán tomado nota de la nueva metodología de rescate merkeliano.
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