En Lord Keynes hay un post sobre las interpretaciones de la ley de Say a lo largo de la historia. Es un compendio breve pero muy provechoso para entender de una vez el concepto.
Say definió su ley como una consecuencia de que el dinero no tenía utilidad propia, por lo que se retendría poco tiempo en las cajas. Los obreros trabajan para comprar bienes de primera necesidad, los empresarios venden sis peoductos para pagar a los obreros y reponer y adquirir nuevos medios de producción y materias pésimas, etc.
Creo que es un definición clara en la que inmediatamente se entiende sus debilidades; incluso Say fue consciente de ellas y redefinió su "Ley", reconociendo que había circunstancias en las que el dinero no circulaba, pues por razones diversas la gente prefería retenerlo. Ergo, ya no es una Ley, wn el sentido de que siempre se cumple.
Es cuestión de expectativas. Si el empresario cree que le va ser difícil en el futuro vender al mismo ritmo, se verá tentado en retener dinero y producir menos. Si el obrero ve peligrar su salario y/o su puesto de trabajo, empezará a ahorrar. Ahora bien, se puede pensar que mientras salen de las dudas, pueden colocar ese dinero en activos rentables, lo que haría bajar el tipo de interés, y eso animaría la inversión (teoría clásica del Ahorro siempre igual a la inversión, graciaa a las subidas y bajadas del tipo de interés, salvo breves momentos).
Es decir, el mismo Say asumía que no era tan fluida la cosa, aunque esos instantes de desconcierto y de retención eran cortos. La flexibilidad de precios salarios y tipos de interés eran señales percibidas rápidamente. Si "alguien" retenía saldos de dinero, el tipo de interés bajaba; además, como la demanda de algunos mercados bajaría por esa misma causa, los precios de esos bienes bajarían para corregir el exceso de oferta. Y, además, los salarios también se ajustarían rápidamente ante el escenario de un posible despido.
Ni en economías muy desreguladas suceden las cosas así, porque los costes de cambiar los precios son mayores que que intentar mantenerlos hasta que las cosas se aclaren. Si los precios se ajustan, lo hacen muy lentamente. Si los salarios se ajustan, lo suelen hacer más lentamente. Equivocarse en cambiar el precio puede ser catastrófico. La incertidumbre sobre la información domina las espectativas, y así es difícil pretender que se ajusten rápidamente precios y salarios. Y un tipo de interés cero no anima a la inversión.
La ley de Say es una pieza angular de la teoría clásica (incluyo austéricos). Es una ley que reduce la teoría monetaria a nada. No hace falta teoría monetaria si el dinero "quema en los bolsillos". La oferta de dinero siempre será igual a la demanda, porque la demanda es estable, ergo la velocidad de circulación del dinero es estable. Basta mantener la oferta de dinero estable, ya sea fija (patrón oro) ya sea creciendo moderadamente (Friedman), lo demás será resuelto por la flexibilidad de precios y salarios. Si bien Friedman no creía que la ley de Say fuera en toda circunstancia.
Sin embargo, la crisis actual de cinco años demuestra que la Ley es falsa.
Say definió su ley como una consecuencia de que el dinero no tenía utilidad propia, por lo que se retendría poco tiempo en las cajas. Los obreros trabajan para comprar bienes de primera necesidad, los empresarios venden sis peoductos para pagar a los obreros y reponer y adquirir nuevos medios de producción y materias pésimas, etc.
Creo que es un definición clara en la que inmediatamente se entiende sus debilidades; incluso Say fue consciente de ellas y redefinió su "Ley", reconociendo que había circunstancias en las que el dinero no circulaba, pues por razones diversas la gente prefería retenerlo. Ergo, ya no es una Ley, wn el sentido de que siempre se cumple.
Es cuestión de expectativas. Si el empresario cree que le va ser difícil en el futuro vender al mismo ritmo, se verá tentado en retener dinero y producir menos. Si el obrero ve peligrar su salario y/o su puesto de trabajo, empezará a ahorrar. Ahora bien, se puede pensar que mientras salen de las dudas, pueden colocar ese dinero en activos rentables, lo que haría bajar el tipo de interés, y eso animaría la inversión (teoría clásica del Ahorro siempre igual a la inversión, graciaa a las subidas y bajadas del tipo de interés, salvo breves momentos).
Es decir, el mismo Say asumía que no era tan fluida la cosa, aunque esos instantes de desconcierto y de retención eran cortos. La flexibilidad de precios salarios y tipos de interés eran señales percibidas rápidamente. Si "alguien" retenía saldos de dinero, el tipo de interés bajaba; además, como la demanda de algunos mercados bajaría por esa misma causa, los precios de esos bienes bajarían para corregir el exceso de oferta. Y, además, los salarios también se ajustarían rápidamente ante el escenario de un posible despido.
Ni en economías muy desreguladas suceden las cosas así, porque los costes de cambiar los precios son mayores que que intentar mantenerlos hasta que las cosas se aclaren. Si los precios se ajustan, lo hacen muy lentamente. Si los salarios se ajustan, lo suelen hacer más lentamente. Equivocarse en cambiar el precio puede ser catastrófico. La incertidumbre sobre la información domina las espectativas, y así es difícil pretender que se ajusten rápidamente precios y salarios. Y un tipo de interés cero no anima a la inversión.
La ley de Say es una pieza angular de la teoría clásica (incluyo austéricos). Es una ley que reduce la teoría monetaria a nada. No hace falta teoría monetaria si el dinero "quema en los bolsillos". La oferta de dinero siempre será igual a la demanda, porque la demanda es estable, ergo la velocidad de circulación del dinero es estable. Basta mantener la oferta de dinero estable, ya sea fija (patrón oro) ya sea creciendo moderadamente (Friedman), lo demás será resuelto por la flexibilidad de precios y salarios. Si bien Friedman no creía que la ley de Say fuera en toda circunstancia.
Sin embargo, la crisis actual de cinco años demuestra que la Ley es falsa.
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