"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 11 de junio de 2013

Hicks y la tergiversación de Keynes

Hicks fue de los primeros propagadores de la teoría del Keynes, aunque muchos creen que en realidad le traicionó. Traduttore, Traditore. Hicks fue el inventor de las curvas IS-LM, que la keynesianos de la vieja escuela consideran una desviación.

Un articulo de Hicks sobre Keynes me ha sugerido que los que le critican tienen razón.
Se trata del comentario, en ese artículo, a la teoría del interés de Keynes. Según Hicks, esa teoría es puramente monetaria: el tipo de interés que equilibra la economía es el tipo de interés monetario. A continuación dice que es legítimo, porque si pensamos bien en ello, y introducimos en las condiciones de equilibrio general, el equilibrio en el mercado de dinero, sustituyendolo por el equilibrio en el mercado de bonos (o de prestamos), no hemos cambiado nada. Que el mercado de bienes (consumo e inversión) más el mercado de préstamos (ahorro y préstamos) estén en equilibrio es lo mismo que si quitamos el mercado de ahorro e inversión y lo sustituimos por el del dinero.

El equilibrio en dos de los tres mercados determina el del otro mercado. ¿Es cierto esto?

La verdad es que no me parece muy keynesiano. Keynes asignaba al mercado monetario desequilibrios que se transmitían al mercado de préstamos y de inversión. Pero también decía que el equilibrio en uno no garantizaba el equilibrio en el otro, no que el tipo de interés monetario tuviera capacidad para determinar el tipo de rendimiento de la inversión.

En los cap 13 y 14 de la TG Keynes explica su nueva teoría del tipo de interés, que pone patas arriba la teoría clásica.

Primero, El sujeto con dinero ganado fruto del trabajo, del ahorro, o de la inversión, se enfrenta a una decisión: primero, cuánto se guarda como ahorro que aumente su riqueza a costa de no consumir. Eso es una decisión de transferir capacidad de consumo al futuro, como decían los clásicos. Luego, tiene que decidir en qué instrumento coloca ese ahorro: depósitos, letras, bonos, acciones... Según el riesgo y el rendimiento.

De modo que al contrario que los clásicos, Keynes no cree que el interés sea la recompensa a no consumir, sino a no atesorar el ahorro en dinero. El dinero no devenga interés; el interés es el premio por no guardar el ahorro en liquidez, sino arriesgarlo en una compra de un título rentable.

El ahorro no se decide por el tipo de interés. Pero la inversión tampoco, lo cual rompe el equilibrio que los neoclásicos encontraban en el tipo de interés natural entre ahorro deseado e inversión deseada. Ahora, un alarga cita del capítulo 14 de la TG, en la que se lee que el ahorro y la inversión "son dos gemelos resultantes de los determinantes del sistema, es decir, la propensión al consumo, la eficiencia marginal de la inversión y el tipo de interés. Los cuales pueden ser influidos por otras variables pero no entre sí mismos.
In the second place, it has been usual to suppose that an increase in the quantity of money has a tendency to reduce the rate of interest, at any rate in the first instance and in the short period. Yet no reason has been given why a change in the quantity of money should affect either the investment demand-schedule or the readiness to save out of a given income.

Thus the traditional analysis is faulty because it has failed to isolate correctly the independent variables of the system. Saving and Investment are the determinates of the system, not the determinants. They are the twin results of the system’s determinants, namely, the propensity to consume, the schedule of the marginal efficiency of capital and the rate of interest.

These determinants are, indeed, themselves complex and each is capable of being affected by prospective changes in the others. But they remain independent in the sense that their values cannot be inferred from one another. The traditional analysis has been aware that saving depends on income but it has overlooked the fact that income depends on investment, in such fashion that, when investment changes, income must necessarily change in just that degree which is necessary to make the change in saving equal to the change in investment.
No se ve por ninguna parte esa correlación que Hicks asigna a Keynes, entre el mercado del dinero y la inversión.
La inversión depende de una estimación de las ganancias futuras durante un largo periodo, que no son fáciles de precisar. La empresa que fabrica bienes de consumo tiene relativamente fácil estimar cuales van a ser los ingresos a un año vista. Año a año puede ajustar su oferta con una precisión no muy desacertada de las ventas. Pero en las decisiones de ampliar capacidad a más largo plazo, o el fabricante de bienes de inversión, tiene que hacer una estimación de las ventas, de los precios, de los tipos de interés, de un periodo de tiempo futuro, que explica la volatilidad de la inversión. Sencillamente no controla todos los elementos que van a influir en sus resultados, por lo que tiene que recurrir a resortes de tipo sicológico que Keynes llamó los animal spirits. Cuanto más largo sea el plazo de recuperación de la inversión, más azarosa será la decisión de hacerla.

En definitiva: No creo que en Keynes, ambos mercados, dinero y prestamos, puedan ser biunívocamente determinados y decir que si uno está en equilibrio el otro también, como dice Hicks. Lo que venía a decir la Teoría General es que el mercado de dinero podía estar en equilibrio con tipos de interés muy bajos, y sin embargo no haber préstamos suficientes para una inversión de pleno empleo, pese a una rentabilidad muy alta para esos préstamos. Eso es precisamente lo que le distingue de los monetaristas: Para éstos, basta que el banco central varíe la oferta monetaria arriba o abajo para que el equilibrio (con pleno empleo sin inflación) prevalezca.
Para Keynes tampoco es cierto esto. Al final del capítulo 14 dice:
The reader will readily appreciate that the problem here under discussion is a matter of the most fundamental theoretical significance and of overwhelming practical importance. For the economic principle, on which the practical advice of economists has been almost invariably based, has assumed, in effect, that, cet. par., a decrease in spending will tend to lower the rate of interest and an increase in investment to raise it. But if what these two quantities determine is, not the rate of interest, but the aggregate volume of employment, then our outlook on the mechanism of the economic system will be profoundly changed. A decreased readiness to spend will be looked on in quite a different light if, instead of being regarded as a factor which will, cet. par., increase investment, it is seen as a factor which will, cet. par., diminish employment.
He subrayado la frase "sobre el cual principio se ha basado prácticamente todos los consejos de los economistas" por que ello sigue siendo así. Es lo que pregonan los economistas del gobierno de Rajoy. Y el gobierno lo pregona a su vez porque esta ajustado a su ideología, confusa ideología, he de decir, porque luego no la sigue con fidelidad.

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