Decía Ortega u Gasset, en su juventud más radical (Meditaciones del Quijote) que la Restauración era una obra teatral de sombras y fantasmas, cuyo empresario era Cánovas: una farsa sostenida por la corrupción del caciquismo, que era el que decidía, en las elecciones de cada circunscripción, qué fantasma tendría derecho a jugar un papel en las Cortes que el Rey acaba de cerrar.
Hoy en día se supone, algunos lo creen todavía, que las cosas son mucho mejor, porque es una democracia "homologada". No estaría tan seguro. Lo que hay de diferente con respecto a aquel ingenuo régimen (no muy distinto de los que había entonces en la Europa liberal) es que ahora los caciques están concentrados en Madrid, en la cúpula de los partidos, que son los que deciden quién ha sido obediente y merece repetir ser candidato. Por lo demás, es un régimen igual o peor de ineficaz que aquél. Incluso algún liberal diría que aquel era mucho mejor, pues el estado tenía un peso económico mucho menor.
Yo le veo una ventaja a aquel régimen que logró una paz social de 50 años: que los fantasmas eran mucho más austeros y menos codiciosos y afanadores que los de hoy. Ni siquiera tenía coche oficial; incluso sospecho que tenían que tener ciertos haberes para dedicarse a la política, porque no había pensiones de lujo que además se pudieran acumular. Eran además hombres valientes, porque el atentado anarquista estaba en boga, y muchos, empezando por Cánovas, murieron acribillados o sentándose en una bomba casera. Estas bombas eran fáciles de hacer, pese a la ausencia de internet, ya fuera porque venía descrita en los periódicos anarquistas, ya porque venía in situ del extranjero (siempre hemos depositado una fe ciega en lo que viene de fuera) a explicar cómo se hacían.
Hoy no; hoy nuestros políticos están hiperprotegidos, lo cual no se pagan de su bolsillo, faltaría más. Ahora, como todo español viviente, todo político tiene sus derechos, su jurisdicción especial, y son más inocentes que otros mientras nos e demuéstrenlo contrario. Aquí hay una frenética carrera a ver quien acumula más derechos de impunidad. Impunidad que no gozaban los pobres fantasmas de la obra teatral de Cánovas.
Lo nuestro no llega a obra teatral. Es más bien un guiñol de marionetas. Las confesiones en público de Antonio Miguel Carmona, de que a él le mueve los hilos, vía "guasap" el presidente de su partido, Griñan, certifican sin lugar a dudas de que esto es un guiñol. Pero no un guiñol para niños, que enseguida se dan cuenta de por donde va la trampa y se ponen a contar por delante lo que va a pasar, no. Es un guiñol para borregos, que somos nosotros.
Aquí las marionetas son en realidad de carne y hueso, eso sí, dirigidos por hilos, como describía Carmona cínicamente, regodeándose en su narración a los pipiolos de las juventudes socialistas, que le miraban con admiración y envidia, soñando en ser un día marionetas tan bien pagadas como Carmona. ¡Carmona, qué crack!
Bueno, y ¿quién dirige la marionetas de este retablo con un sólo argumento de fondo, la corrupción de todos, "Del rey abajo ninguno" quién no está corrompido hasta las cachas?
Este retablo de maravillas es un "circuito cerrado". Todos se tienen agarrados "por do más duele" , que es "por do más han pecado", lo cual hace que esa una maraña de hilos enredados imposible de desanudar, porque si se saliera un hilo de su sitios todos quedarían desnudos, empezando por el Rey.
En realidad están más que desnudos, lo que pasa es que la gente no lo quiere ver. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Pues los españoles somos ciegos a tope. El primero que está desnudo es el rey y su familia, que hasta el momento ha conseguido con sus hilos ningunear a la justicia y poner a los fiscales en defensa de su hija, cosa que, según he oído, nunca había pasado en España.
Está desnudo Rajoy, doblemente desnudo, porque su gestión es un desastre. Pero éste se ha puesto a tirar de los hilos de Rubalcaba para aparentar que se cubre, y se lo cree, pero un día se va a dar cuenta de que el trapo que le cuelga es de fibra elástica y se encoge cada vez que lo estira desesperadamente. También se cubre con una ilusión óptica que es Sorayita, que tiene el don de despertar ternuras infinitas cada vez que sale en televisión. Entre instintos maternales irreprimibles, y sentimientos caballerescos de defensa de la impúberes desvalidas (que es uno de los más nobles sentimientos españoles: véase el Quijote), Soraya es una pantalla eficacísima de Rajoy.
Así que están todos "ahilados" unos con otros, bastante tranquilos respecto a sus posibles procesamientos, porque en España, hay un sistema no escrito de campeones de la ESTABILIDAD. Hay funcionarios pagados que se dedican exclusivamente a eso, a defender el Hades, cual Cerberos bien pagados, para que no entre la mínima inestabilidad el sistema, que podría dejar entrar aire fresco y envenenar el aire viciado en el que sólo pueden vivir ellos. Ejemplo de probo cancerbero es el Fiscal General del Estado, el mejor abogado que tienen las marionetas que han perdido los hilos. Por ejemplo, la Infanta.
Así que, por ese lado, el de la estabilidad de sus señorías y sus intereses helvéticos, no debemos preocuparnos. El aire seguirá viciado, el cúmulo de secretos siguen siendo una tumba cerrada con siete candados, e incluso esas marionetas díscolas pueden seguir representando su papel tranquilamente, porque como el público es adulto, y español, no pasa nada.
Lo único malo es a los que nos gustan las buenas corridas de Toros, con buenos morlacos que embistan a las marionetas y les hagan pupa y las descosan. Todos los días al leer la prensa, me creo llevar una satisfacción al ver que han cogido a tal torero, o torera, pero enseguida veo que ha conseguido llegar in extremis al burladero gracias al caballeroso quite de un peón llamado Dulce, muy reputado en estas lides que aprendió en el cine americano.
Ya no hay toros como antes, ni toreros de pundonor. Ahora todo eso mezquindad y materialismo.
Hoy en día se supone, algunos lo creen todavía, que las cosas son mucho mejor, porque es una democracia "homologada". No estaría tan seguro. Lo que hay de diferente con respecto a aquel ingenuo régimen (no muy distinto de los que había entonces en la Europa liberal) es que ahora los caciques están concentrados en Madrid, en la cúpula de los partidos, que son los que deciden quién ha sido obediente y merece repetir ser candidato. Por lo demás, es un régimen igual o peor de ineficaz que aquél. Incluso algún liberal diría que aquel era mucho mejor, pues el estado tenía un peso económico mucho menor.
Yo le veo una ventaja a aquel régimen que logró una paz social de 50 años: que los fantasmas eran mucho más austeros y menos codiciosos y afanadores que los de hoy. Ni siquiera tenía coche oficial; incluso sospecho que tenían que tener ciertos haberes para dedicarse a la política, porque no había pensiones de lujo que además se pudieran acumular. Eran además hombres valientes, porque el atentado anarquista estaba en boga, y muchos, empezando por Cánovas, murieron acribillados o sentándose en una bomba casera. Estas bombas eran fáciles de hacer, pese a la ausencia de internet, ya fuera porque venía descrita en los periódicos anarquistas, ya porque venía in situ del extranjero (siempre hemos depositado una fe ciega en lo que viene de fuera) a explicar cómo se hacían.
Hoy no; hoy nuestros políticos están hiperprotegidos, lo cual no se pagan de su bolsillo, faltaría más. Ahora, como todo español viviente, todo político tiene sus derechos, su jurisdicción especial, y son más inocentes que otros mientras nos e demuéstrenlo contrario. Aquí hay una frenética carrera a ver quien acumula más derechos de impunidad. Impunidad que no gozaban los pobres fantasmas de la obra teatral de Cánovas.
Lo nuestro no llega a obra teatral. Es más bien un guiñol de marionetas. Las confesiones en público de Antonio Miguel Carmona, de que a él le mueve los hilos, vía "guasap" el presidente de su partido, Griñan, certifican sin lugar a dudas de que esto es un guiñol. Pero no un guiñol para niños, que enseguida se dan cuenta de por donde va la trampa y se ponen a contar por delante lo que va a pasar, no. Es un guiñol para borregos, que somos nosotros.
Aquí las marionetas son en realidad de carne y hueso, eso sí, dirigidos por hilos, como describía Carmona cínicamente, regodeándose en su narración a los pipiolos de las juventudes socialistas, que le miraban con admiración y envidia, soñando en ser un día marionetas tan bien pagadas como Carmona. ¡Carmona, qué crack!
Bueno, y ¿quién dirige la marionetas de este retablo con un sólo argumento de fondo, la corrupción de todos, "Del rey abajo ninguno" quién no está corrompido hasta las cachas?
Este retablo de maravillas es un "circuito cerrado". Todos se tienen agarrados "por do más duele" , que es "por do más han pecado", lo cual hace que esa una maraña de hilos enredados imposible de desanudar, porque si se saliera un hilo de su sitios todos quedarían desnudos, empezando por el Rey.
En realidad están más que desnudos, lo que pasa es que la gente no lo quiere ver. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Pues los españoles somos ciegos a tope. El primero que está desnudo es el rey y su familia, que hasta el momento ha conseguido con sus hilos ningunear a la justicia y poner a los fiscales en defensa de su hija, cosa que, según he oído, nunca había pasado en España.
Está desnudo Rajoy, doblemente desnudo, porque su gestión es un desastre. Pero éste se ha puesto a tirar de los hilos de Rubalcaba para aparentar que se cubre, y se lo cree, pero un día se va a dar cuenta de que el trapo que le cuelga es de fibra elástica y se encoge cada vez que lo estira desesperadamente. También se cubre con una ilusión óptica que es Sorayita, que tiene el don de despertar ternuras infinitas cada vez que sale en televisión. Entre instintos maternales irreprimibles, y sentimientos caballerescos de defensa de la impúberes desvalidas (que es uno de los más nobles sentimientos españoles: véase el Quijote), Soraya es una pantalla eficacísima de Rajoy.
Así que están todos "ahilados" unos con otros, bastante tranquilos respecto a sus posibles procesamientos, porque en España, hay un sistema no escrito de campeones de la ESTABILIDAD. Hay funcionarios pagados que se dedican exclusivamente a eso, a defender el Hades, cual Cerberos bien pagados, para que no entre la mínima inestabilidad el sistema, que podría dejar entrar aire fresco y envenenar el aire viciado en el que sólo pueden vivir ellos. Ejemplo de probo cancerbero es el Fiscal General del Estado, el mejor abogado que tienen las marionetas que han perdido los hilos. Por ejemplo, la Infanta.
Así que, por ese lado, el de la estabilidad de sus señorías y sus intereses helvéticos, no debemos preocuparnos. El aire seguirá viciado, el cúmulo de secretos siguen siendo una tumba cerrada con siete candados, e incluso esas marionetas díscolas pueden seguir representando su papel tranquilamente, porque como el público es adulto, y español, no pasa nada.
Lo único malo es a los que nos gustan las buenas corridas de Toros, con buenos morlacos que embistan a las marionetas y les hagan pupa y las descosan. Todos los días al leer la prensa, me creo llevar una satisfacción al ver que han cogido a tal torero, o torera, pero enseguida veo que ha conseguido llegar in extremis al burladero gracias al caballeroso quite de un peón llamado Dulce, muy reputado en estas lides que aprendió en el cine americano.
Ya no hay toros como antes, ni toreros de pundonor. Ahora todo eso mezquindad y materialismo.
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